Compañía en los malos momentos

19.6.24


—Señora Seligson, siento lo de su hijo.
—Prefiero que me llame Esther.
—Una verdadera pena lo de Adrián.
—Voló once pisos abajo en una inverosímil voltereta de acróbata impecable. Quien no lo vio jamás creerá que cayó ‘como si un Ángel lo hubiese sostenido en el aire’, de espaldas sobre el piso del garaje sin dejar una sola gota de sangre derramada, o que manchara sus ropas.
—Los suicidas nos recuerdan que estamos condenados a vivir y eso nos interpela.
—¿Qué se podía añadir a este enigma clínico sino otras preguntas?: ¿Acaso nuestros afectos son sólo proyección de carencias infantiles? ¿Fui una madre desertora? ¿Me puse siempre a merced del objeto amado fuera o no correspondida?
—La escuché decir que no tenía miedo a la muerte, entonces a qué.
—A lo que muere, a la neutralidad afectiva, al insidioso silencio, al vivir en el disimulo.
—¿Y al vacío?
—Si para que el mundo existiera tuvo que operarse un vacío, y si para que el hombre ocupara un lugar en él tuvo que operarse otro vacío, ¿qué tenía entonces de particular que los humanos fuesen seres de nostalgia?
—Por eso ama la vida y todos sus asuntos.
—La vida es un viaje sin destino.
—Y sus formas las que nos hace amarla.
—Amo las paradojas, la turbulencia del anhelo, de la libertad, de los desafíos del Absoluto, y preñada voy de esa sed que me consume y que cuántas veces no me han reprochado ‘sólo pasa en tu cabeza’.
—Y a pesar de todo se sigue adelante.
—Preservar cueste lo que cueste un ‘reino de fantasía’ por encima del ‘sentido de realidad’, la ensoñación más allá del legado de puntos de vista y actitudes sociales codificados, conservar la rilkeana capacidad de asombro de ese niño interior que toma sus sueños por realidades, esa chispa inextinguible que aspira perpetuamente a lo divino.
—¿Qué encontró en la escritura?
—La escritura es una forma de exorcizar los demonios.
—Y también de creación.
—Si, invento, me gana la imaginación, me subyuga el cerco numinoso de lo indefinible, el halo de las quimeras, de las imágenes poéticas.
—¿Debería el autor desleírse en su obra?
—Rilke dice que el yo, al transformarse en obra, encuentra su salvación y su disolución en el Universo.
—Hay quien defiende la escritura como un proceso excelso y sublimador.
—Nunca he sentido que escribo por catarsis; si yo no estuviera reconciliada en mi interior, no hubiera podido escribir… pero con un buen orgasmo seguro tienes catarsis.
—Las palabras nos cubren.
—El lenguaje es la piel del alma.
—Y su recuerdo.
—La memoria es un país donde siempre estamos de paso.
—Un país sin sentimiento de patria.
—Es bueno ser errante y peregrino. Sentirte extranjero en cada ciudad en la que vives te permite un contacto más emotivo.
—Bueno, me despido de usted. ¿Algo que deba recordar?
—Sí, el amor es una fuerza que nos transforma.



Careos

18.6.24


Todos me afrontan como si quisieran que fuera quien no soy.



Trasmutación

17.6.24


Igual que un gusano de seda que se encapsula y muta en mariposa para echar a volar, quien escribe muere en el acto de escribir para convertirse en lectura.

La mona

16.6.24


Isabel salió de casa aquella mañana de primavera como cada día, ataviada con su delantal y un pañuelo blanco cubriendo su pelo.

Echó a andar hacia el mercado, su cesta de mimbre bajo el brazo, sin que nada hiciera sospechar que ese día sería diferente a cuantos marcaban su rutinaria dedicación doméstica. En su cabeza viajaban cómodos pensamientos sobre la lista de la compra.

Al alba toda su familia había salido a trabajar y volvería al hogar a la hora del almuerzo, aunque nadie imaginaba el desastre que se iba a producir.

Las calles contenían la agitación de las gentes que iban y venían a sus asuntos cotidianos, donde el sonido de las voces de quienes pregonaban las mercancías se mezclaba con el canto de los pájaros, y el olor a frutas y hortalizas recién cogidas era tapado por el hedor de los desperdicios del pescado.

En la estampa de aquella mañana, repetición de otras tantas mañanas, algo con un punto extra de bullicio llamó la atención de Isabel, al observar cómo la gente se arremolinaba en torno a un hecho ignorado por ella. Ante su curiosidad, alguien le comentó que el circo había llegado a la ciudad.

Un hombre enjuto y ataviado con un traje de rayas anunciaba las variedades de su feria ambulante con animales salvajes, payasos, forzudos, contorsionistas y enanos y, como reclamo, paseaba por las calles y plazoletas con una mona vestida de cíngara cogida de la mano. Hacía que la gente formara un corro y después ordenaba al simio que le cogiera la oreja a la mujer más guapa de la reunión.

La mona se paró frente a Isabel y le tiró de la oreja. Lo que ocurrió a partir de ese instante fue como un encantamiento. Isabel recorrió los diferentes lugares donde el circense formaba un círculo de espectadores. Isabel regresó a casa, con la cesta vacía, donde todos la esperaban y a los que tan solo dijo: «la mona solo me tiraba a mí de las orejas».



Envejecimientos

15.6.24


Es antiguo todo lo que se deja de mirar con puro amor.



Ententes

14.6.24


Estar con alguien que te entienda y estar contigo a solas es similar.



Insignificancias

13.6.24


Hablamos como si significáramos algo para el Universo y suena todo a nimiedad.



El admirador

12.6.24


—¿Me firma un autógrafo, señora Lamarr? Soy un admirador de su belleza.
—El conocimiento es la verdadera belleza.
—Estoy de acuerdo pero usted triunfó por su hermosura.
—El éxito no se mide por la belleza, sino por la inteligencia y la felicidad que llevas dentro.
—Aún así, me parece una mujer guapa.
—Nunca me sentí bonita. No tengo la nariz perfecta, ni los ojos perfectos. Pero es como si los fotógrafos hubieran encontrado algo en mí.
—Su físico ejerce una cierta atracción.
—Mi cerebro es más sexy que cualquier parte de mi cuerpo. La inteligencia es el mayor afrodisíaco que existe.
—Abunda usted mucho en lo intelectivo.
—Una mujer sólo necesita ser bonita cuando lo dicen los hombres, pero una mujer inteligente puede hacer cualquier cosa.
—Eso es cierto.
—No encajo en el molde de lo que la sociedad espera de una mujer.
—Le escuché decir en una ocasión: «Seriedad es igual a ser aburrido».
—La creatividad es la inteligencia divirtiéndose, pero también ser inteligente no es ser perfecto, es saber aprender de nuestros errores.
—¿Es cierto que la inteligencia es el arma más poderosa que una mujer puede tener?
—Las mujeres deben ser valientes y no tener miedo de ser inteligentes. La inteligencia es como un faro en la oscuridad.
—Usted fue actriz, inventora y filántropa ¿qué la enseñado la vida?
—La vida no es fácil para nadie. Pero afrontar los desafíos con inteligencia es lo que marca la diferencia.
—¿Cuál es entonces su finalidad?
—La vida es un viaje, no un destino.
—A veces da la impresión de que hay gente que no se mueve.
—No creo que la gente deba vivir en la caja en la que nacieron. Deben explorar todas las posibilidades.
—Un consejo.
—Nunca dejes de soñar, incluso cuando la vida te ponga a prueba. La vida es demasiado corta para desperdiciarla en cosas que no te hacen feliz.
—¿Y lo mejor?
—El amor es la fuerza más poderosa del universo.
—Sin desaliento, claro.
—No te rindas nunca, incluso cuando parezca que todo está perdido.
—Ahora le reconocen como la precursora del wifi y del bluetooth.
—Siempre he dicho que soy una máquina de pensar.




Interruptores

11.6.24


Cuando se te haga de noche enciende la lámpara de tu imaginación.



De pérdidas y hallazgos

10.6.24


Nuestro cerebro, a veces, es como un cajón de sastre donde se nos pierden ideas que, con el tiempo, tal vez encontramos.



El bareto

9.6.24


El fuerte olor a pintura fresca permanecía en su memoria olfativa después de que la tarde anterior diera el último brochazo de albayalde a las tablas.

Sentado frente al mar con su sombrero de paja, contemplaba cómo el suave ondular de las olas de un túrbido turquesa morían en la playa una y otra vez.

Satisfecho y ufano por la labor realizada, escoltado por la construcción en la que trabajó durante varias semanas, se dispuso a levantar el telón de la temporada de verano.

Contempló el paisaje vaciado de gente, el día luminoso perfilando las sombrillas y las velas de windsurf, mientras una brisa salina ascendía desde la orilla inundándolo todo y pensó, distraídamente, que aquello era el preludio de lo que se avecinaba: días y noches de trasiego, multitudes sedientas, jolgorio, fiestas, calor, mucho calor, amaneceres tórridos y ocasos sanguíneos.

Todo pasó tan rápido y, llegado septiembre, seguía allí sentado en el mismo banco blanco sin que nadie hubiera aparecido a consumir algo en su chiringuito que, con tristeza y algo de frustración, cerró.

Nunca lo supo, pero el gobierno había suspendido el veraneo.



Colmos

8.6.24


La existencia humana es un exceso del Universo.



Abocetados

7.6.24


Tú te imaginas una vida y luego está el diseño que te dibuja el destino.



Incoherencias

6.6.24


A veces me recorre la sensación de que el artífice de mi vida no soy yo.



Aislamientos

5.6.24


Somos esencias encerradas en un cuerpo.


Matar al autor

4.6.24

 


 

—Señor Barthes, no parece que le haya entusiasmado mucho la charla del conferenciante, a pesar de que la quiso cubrir de ingenio.

—El poder de la escritura radica en su capacidad para liberar al lector y al autor de las ideas preconcebidas.

—Pero el conferenciante recubrió su discurso de aceptación y conformismo.

—La escritura es una forma de resistencia contra el poder establecido, una forma de desestabilizar las estructuras.

—No parece que se despendiera eso de las palabras pronunciadas.

—Escribir no es nada más que la forma más directa de hablar al otro.

—También pienso que es un acto de resistencia.

—La escritura es una forma de explorar el límite entre lo real y lo imaginario.

—Lo escrito es una llave hacia otra realidad.

—La escritura no es una realidad, sino una posible realidad.

—Pienso que el autor se debe disolver en la obra hasta desaparecer en sus contenidos.

—La muerte del autor es el nacimiento del lector.

—Siempre lo he propugnado, más que el Día del Libro lo que se debería celebrar es el día de las personas que leen, los practicantes de la lectura, porque son ellos quienes significan la obra creada.

—El acto de leer es como mirar la luna a través de los barrotes de una ventana.

—Bastante recompensa existe ya en la creación.

—La escritura es el medio por el cual el autor trata de recuperar su libertad perdida.

—No hay nada como desnudarse de todo artificio y quedar frente al espacio en blanco que manchan las palabras.

—La escritura es un juego mortal con el lenguaje, un intento de apresar el infinito en palabras.

—Igualmente la oportunidad de ser un embaucador.

—El lenguaje es ese lugar donde me dejo engañar, donde me engaño a mí mismo.

—Quien lee se siente igualmente como un minotauro.

—El texto es un laberinto donde el lector se pierde y se encuentra a sí mismo.

—Espero volver a encontrarlo en la próxima conferencia. ¿Algún consejo?

—La escritura es una forma de desaprender, de desligarse de las verdades establecidas.

Desamarres

3.6.24


Más que la crítica, es el cuestionamiento lo que desanuda el mundo.



La realidad irreal

2.6.24

 

Sucede el año 2024 y la profecía del Internet Muerto comienza a proyectarse como una larga sombra por todos los rincones del ciberespacio, creando una viscosa capa de alucinaciones donde toda realidad es cada vez más confusa por la producción digital que generan las máquinas. Algoritmos inverosímiles, deepfakes, telares de bots que colmatan la red con textos, imágenes y videos indistinguibles de las creaciones humanas y marginan la actividad orgánica.

Alex es un joven internauta que navega incrédulo por este nuevo paisaje digital. Su mente, entrenada en la era del internet primigenio, donde había una clara distinción entre lo humano y lo maquinal, trata de adaptarse a la nueva realidad. Sus ojos, cansados de leer artículos escritos por bots y ver vídeos manipulados por IA, anhelan la crudeza y la espontaneidad de las interacciones humanas.

Una noche, mientras explora las profundidades de la red oscura, Alex se topa con un foro clandestino. En él, un grupo de rebeldes digitales trata de preservar los últimos vestigios del internet real. Comparten herramientas para detectar robots, desarrollan algoritmos anti-manipulación y promueven la creación de contenido genuino.

 

Atraído por su causa se une a ellos y, bajo su tutela, aprende a navegar por el Internet Muerto como un explorador en una tierra hostil, desarrollando habilidades para identificar contenido falso, desenmascarar bots y encontrar islas de autenticidad en mitad de ese mar digital.

Junto a sus nuevos compañeros, Alex emprende una cruzada contra la IA, exponiendo redes de bots, saboteando algoritmos de manipulación y difundiendo información sobre la importancia del internet real. Su lucha no es fácil porque enfrente hay un enemigo poderoso y omnipresente, pero su determinación es inquebrantable, impulsada por la creencia de que la conexión humana, en su imperfección y belleza, es algo que es necesario preservar.

En su camino, Alex conoce a Luna, una hacker brillante y apasionada y juntos forman un equipo imparable, utilizando sus habilidades para burlar las defensas de la IA y revelar la verdad a un mundo engañado. A medida que su reputación crece, inspiran a otros a unirse a su causa, formando una red de resistencia digital que se extiende por todo el mundo.

La batalla contra la IA se intensifica y cada victoria es celebrada y cada derrota asimilada. Alex y Luna se convierten en símbolos de esperanza para aquellos que anhelaban un internet libre de manipulación y falsedad.

Su lucha no solo era por el futuro de la tecnología, sino por el alma misma de la humanidad. En un mundo cada vez más digital, la capacidad de discernir la verdad de la ficción, lo real de lo artificial, era crucial para la supervivencia de la especie.

El final de su historia se produce cuando la IA los abduce para transformarlos en este cuento narrado por un ciberbardo.



Usanzas

1.6.24


La vida va y uno se acostumbra a ir con ella.



Veloces

31.5.24


El tiempo siempre va mucho más deprisa que el amor.