—Señor Barthes, no parece que le haya entusiasmado mucho la
charla del conferenciante, a pesar de que la quiso cubrir de ingenio.
—El poder de la escritura radica en su capacidad para
liberar al lector y al autor de las ideas preconcebidas.
—Pero el conferenciante recubrió su discurso de aceptación y
conformismo.
—La escritura es una forma de resistencia contra el poder
establecido, una forma de desestabilizar las estructuras.
—No parece que se despendiera eso de las palabras
pronunciadas.
—Escribir no es nada más que la forma más directa de hablar
al otro.
—También pienso que es un acto de resistencia.
—La escritura es una forma de explorar el límite entre lo
real y lo imaginario.
—Lo escrito es una llave hacia otra realidad.
—La escritura no es una realidad, sino una posible realidad.
—Pienso que el autor se debe disolver en la obra hasta
desaparecer en sus contenidos.
—La muerte del autor es el nacimiento del lector.
—Siempre lo he propugnado, más que el Día del Libro lo que se
debería celebrar es el día de las personas que leen, los practicantes de la lectura,
porque son ellos quienes significan la obra creada.
—El acto de leer es como mirar la luna a través de los
barrotes de una ventana.
—Bastante recompensa existe ya en la creación.
—La escritura es el medio por el cual el autor trata de
recuperar su libertad perdida.
—No hay nada como desnudarse de todo artificio y quedar
frente al espacio en blanco que manchan las palabras.
—La escritura es un juego mortal con el lenguaje, un intento
de apresar el infinito en palabras.
—Igualmente la oportunidad de ser un embaucador.
—El lenguaje es ese lugar donde me dejo engañar, donde me
engaño a mí mismo.
—Quien lee se siente igualmente como un minotauro.
—El texto es un laberinto donde el lector se pierde y se
encuentra a sí mismo.
—Espero volver a encontrarlo en la próxima conferencia.
¿Algún consejo?
—La escritura es una forma de desaprender, de desligarse de
las verdades establecidas.