Al acecho

28.5.15



Virginia Woolf explicaba: «quiero vigilar y ver cómo aparece la idea. Quiero observar mis propios procesos». Y así andamos en la acechanza de cada frase escrita, buscando el rastro que nos descubre ese origen irracional e incierto del pensamiento.



Discernir

27.5.15



¿Repudiamos aquello que no entendemos?



Charla con Fénelon

26.5.15



—Señor Fénelon, ¿a este mundo se viene a sufrir?
—El que no ha sufrido no sabe nada; no conoce ni el bien ni el mal; ni conoce a los hombres ni se conoce a sí mismo.
—El dolor parece el catecismo de la existencia.
—El sufrimiento depende no tanto de lo que se padece cuanto de nuestra imaginación, que aumenta nuestros males.
—Entonces ¿las desgracias son ajenas?
—El más desgraciado de todos los hombres es el que cree serlo.
—Estamos condenados de antemano.
—El más libre de todos los hombres es aquel que puede ser libre dentro de la esclavitud.
—Habrá que mirar la muerte como liberación.
—La muerte sólo será triste para los que no han pensado en ella.
—¿Y la guerra?
—La guerra es un mal que deshonra al género humano.
—¿A todos los seres humanos?
—Todas las guerras son guerras civiles, porque todos los hombres son iguales.
—Hay quien siembra el bien.
—Jamás es perdido el bien que se hace.
—Eso merece alabanza.
—Huye de los elogios pero trata de merecerlos.




Cálculo obsceno

25.5.15



Los políticos practican, siempre que pueden, sus sucios logaritmos de poder, algo que termina por desmejorar la vida.



La lectura

24.5.15



Cuando despertó con el libro entre las manos no supo decir si había leído aquella novela o solo la había soñado.



Desasosiegos

23.5.15



«Pensar es pensar la incertidumbre», afirma Jorge Wagensberg Lubinski. En eso estamos y eso es lo que conforma el pensamiento, el no estar seguros ni tener claro lo que conocemos.



Interpretaciones

22.5.15



Mi padre solía decir: «cada casa es un mundo y en algunas son dos». Entendernos es sabernos tan diferentes y tan incomprendidos.



Palabreando

21.5.15



Fernando Pessoa, en el ‘Libro del desasosiego’, apuesta por el abandono en la escritura: «como todos los grandes enamorados, me place la delicia de la pérdida de mí mismo, cuando el gozo de la entrega se vive de una forma absoluta. Y así, muchas veces, escribo sin querer pensar, en un devaneo exterior, dejando que las palabras me hagan fiestas, como niño que llevaran al cuello. Son frases sin sentido, corriendo mórbidas, con una fluidez de agua sentida, un olvidarse…» Quién pudiera siempre perderse en aquello que ha escrito y no encontrarse repetido en cada página o fragmento, perseguido por su propia conciencia.

Añade Pessoa: «me gusta hablar. O mejor: me gusta palabrear. Las palabras son para mí cuerpos tangibles, sirenas visibles, sensualidades incorporadas. Tal vez porque la sensualidad real carece para mí de cualquier interés —ni siquiera mental o de ensoñación—, se me transmutó el deseo en aquello que en mí crea ritmos verbales, o los oye de los otros».  Y en ese juego mental permanecemos prisioneros.



Apuestas

20.5.15



¿Favorece más el azar a los prudentes o a los arriesgados?



Ideas fugaces

19.5.15



—Tendemos demasiado a creer que, cuando se tiene algún talento, el trabajo debería resultarnos fácil. ¡Esfuérzate siempre, hombre, si quieres hacer algo grande!
—Parece enfadado señor Lichtenberg
—El grado más alto hasta donde puede elevarse un espíritu mediocre, pero provisto de experiencia, es el talento de descubrir las debilidades de los hombres que valen más que él.
—No hay que ponerse así.
—Mi hipocondría, a decir verdad, es un talento especial que consiste en esto: saber extraer de cada incidente de la vida, sea cual sea el nombre que lleve, la mayor cantidad de veneno para mi propio uso.
—Parece usted muy serio hablando con esa gravedad.
—Hay gente que cree que todo cuanto se hace poniendo cara seria es razonable.
—Por eso creen en algunos políticos.
—Todo no puede funcionar a la perfección en el mundo, pues a los hombres aún hay que gobernarlos con engaños.
—Está corrosivo.
—Como todas las sustancias corrosivas, el ingenio y el humor tienen que utilizarse con cautela.
—Aunque nunca le falta su genio.
—Todos somos un genio al menos una vez al año. Los verdaderos genios simplemente tienen sus ideas brillantes próximas a ello.
—Será ocasionalmente.
—La ocasión hace al ladrón, pero también a los grandes hombres.



Asimetrías

18.5.15



Nací defectuoso: me da miedo ser normal.



Calor bígamo

17.5.15



Se abrigó con un hombre reversible y tuvo dos amantes en uno.



Desasosiego democrático

16.5.15



Escuché decir al ex miembro del Parlamento británico Tony Benn que existe dos formas de controlar a la gente: primero asustarla y luego desmoralizarla. El miedo es libre pero que te hunda la moral es miserable. Un pueblo sin arrestos es como un enfermo en estado vegetal.



Ahogados

15.5.15



Damóxenes de Atenas, filósofo epicúreo y poeta cómico, proclamó: «siempre nado entre dos aguas y, en consecuencia, me ahogo dos veces». Será como repetirnos en nuestros errores.



La palabra perdida

14.5.15



Afirma John Berger que «si se pudiera dar un nombre a todo lo que sucede, sobrarían las historias. Tal y como son aquí las cosas, la vida suele superar a nuestro vocabulario. Falta una palabra, y entonces hay que relatar una historia». Así se puede andar mendigando esa palabra generadora de una idea que luego de dar vueltas dentro de la cabeza se transforma en una de tantas historias maravillosas. Es la tortuosa magia de la escritura.



Irreverencias

13.5.15



¿Las grandes verdades empezaron siendo blasfemias?



Convivencias

12.5.15



―¿La vida es un camino de fracasos señor Illich?
—Todos miden su éxito por el fracaso de los demás.
—Un fracaso que se aprende desde la escuela.
—La escuela hace de la alienación una preparación para la vida.
—Es la pedagogía del consumo que nos educa consumidores.
—Toda la sociedad es introducida desde la escuela en el mito del crecimiento ilimitado, del rendimiento, de la productividad y del consumo.
—Pero la escuela está ahí.
—Los programas revolucionarios que no tienden a eliminar las escuelas, no son, más que gritos demagógicos para el aumento de lo mismo.
—¿Y de qué nutrimos nuestro conocimiento?
—Casi todos debemos nuestro conocimiento de la realidad, nuestra comprensión de la vida y del trabajo, a una amistad o amor, a la televisión o a una lectura, al ejemplo y al estímulo de nuestros semejantes.
—¿Y en la igualdad?
—El sexismo es una indignidad específicamente moderna. 
—¿Cuál es nuestra elección?
―El hombre ha de escoger entre ser rico en cosas o en la libertad de usarlas.




Superviviente

11.5.15



Soy el dolor de haberme sobrevivido.



Círculo vicioso

10.5.15



Pintó una circunferencia en el suelo y quedó prisionero dentro de ella.



Privilegiados

9.5.15



Loie J. D. Wacquant, profesor del Departamento de Sociología de la Universidad de California, Berkeley, afirma que «guardando una gran semejanza con el refrán decimonónico que decía que el 'mejor indio' era el 'indio muerto', hoy el 'mejor pobre' es el 'pobre invisible', el que no hace ninguna reclamación a la comunidad civil, se mantiene fuera del paso y sufre en silencio mientras que los ciudadanos más privilegiados se felicitan por haber terminado con las prestaciones sociales tal y como ellos las conocen». Abominable mundo el del desierto de la empatía.