Oportunidad laboral

4.4.06


Al entrar en el hipermercado me la encontré y no la reconocí. Alguien me llamaba desde dentro de un móvil de gomaespuma. Era mi amiga Ana.
― ¿Qué haces ahí dentro? ― le pregunté.
― Curro unos días ― me dijo a la vez que me daba un folleto de propaganda sobre telefonía móvil.
Su currículo profesional refleja una larga experiencia de humillaciones para jóvenes que se incorporan al mundo laboral. Fue cajera esta Navidad en un ‘súper’ le pusieron unos cuernos rojos de reno en la cabeza. Andó un tiempo en patines y minifalda para repartir folletos por el centro comercial. Estuvo en un lavadero de coches donde sólo trabajaban mujeres para entretener la mirada de los conductores que esperaban mientras les limpiaban sus autos. Ahora lo del móvil. Lo próximo puede ser peor.

Desdoblamiento

3.4.06




Llamé a mi casa y me contestó mi voz.
-¿Sí? Dígame.
-Soy tú le dije.
-Me gasta una broma o qué.
-¿No me reconoces?
-Mire no tengo mucho tiempo que perder. O me explica lo que quiere o le cuelgo.
-No te pongas en ese plan de situarte en un plano superior que te conozco.
-Usted a mí no me conoce de nada.
-¿Cómo que no? Te conozco cuando te levantas por la mañana maldiciendo el hecho de tener que ir a trabajar; cuando te impacientas en los atascos; cuando te exaltas porque alguien se demora haciendo la compra, mientras tú esperas… ¿Quieres que siga?
-Vale, no siga usted. ¿Qué quiere venderme? ¿Es una nueva oferta telefónica, libros, algo a plazos? ¿O se trata de una encuesta camuflada? Le aseguro que si es algo de alguna confesión religiosa hemos terminado de hablar.
-No vas a cambiar nunca, siempre te precipitas sobre las cosas.
-Hombre, encima me da consejos de comportamiento. Dígame qué quiere.
-Quiero que reflexiones sobre tu vida.
-Eso es muy metafísico.
-No eso es muy real. Piensa a qué dedicas tu tiempo.
-Lo dedico a aquello que me veo obligado a hacer y, cuando puedo, a lo que me gusta.
-Pierdes el tiempo en cosas absurdas: escribir, Internet, en especial esas dos cosas juntas, bajar al mar, hablar con los amigos, intercambiar afectos, dedicarte al tiempo inútil de la meditación, leer, poner un acento escéptico y pesimista a la forma de ver el mundo…¿Crees que por ahí vas a llegar a alguna parte?
-No lo sé. ¿Si usted me dice dónde hay que llegar?
-Podrías replantearte tu modo de vida. Antes no eras así.
-Me parece que es un poco tarde para cambiar las cosas. Además ya no recuerdo como era antes.
-Inocente, espontáneo, combativo, enamoradizo, libre.
-También cabezota, inconsciente, irresponsable, indolente con los que me rodeaban.
-Pero ahora eres demasiado metódico y ritualista. El pragmatismo se ha apoderado de ti y no haces nada que no tengas programado.
-Se me escapa el tiempo.
-Por eso, no echas de menos el cometer más errores, correr más riesgos. Hacer más tonterías. Jugar como un niño.
-Siempre me faltará aquello que no tengo pero lo que no tendré nunca será otra vida para repetirme.
-Por eso come más pasteles y bebe más vino. Ten más complicaciones reales y menos problemas imaginarios.
-Mi realidad imaginaria tiene tanto peso como el mundo físico. Sin uno no podría vivir en el otro.
-La vida está hecha de momentos. No hay que dejar escapar el ahora.
-Vivir es un momento. Ese es mi ahora.
Al colgar pensé: esta es la última vez que hablo con un desconocido.



Reincidencia

2.4.06

Tras sufrir un grave accidente de moto decidió invertir la indemnización en la compra de un coche.

Día gris

1.4.06




Sobre los días grises mejor no escribir nada. Aunque bien pensado mejor sería describirlo todo fracción a fracción. De la monotonía han surgido, a veces, las más grandes creaciones artísticas, desde Homero a James Joyce. Desde un Ulises a otro Ulises.



Focalizaciones

31.3.06




Escribió el filósofo Epicteto de Frigia que “un barco no debería navegar con una sola ancla, ni la vida con una sola esperanza”. Aferrarse a un solo deseo, centrar la vida en una sola dirección no parece una buena decisión. Aunque no sea fácil repartir los esfuerzos y multiplicar las dudas.



Teoría del sueño

30.3.06




Mi amigo Jesús tiene una teoría sobre el sueño. Dice que cumplida cierta edad se duerme menos porque se quiere vivir más. Es un mecanismo de defensa que genera el organismo humano contra el paso del tiempo. En cambio hay quienes con los años duermen más debido, dice, a que necesitan soñar que vivirán más tiempo.
― ¿Y los que no duermen ni más ni menos? ― le pregunto.
― Esos son lo que aún no han llegado a viejos.



Corredores de fondo

29.3.06




El poeta latino Ausonio escribió: «Collige, virgo, rosas dum flos novas et nova pubes et memor esto aevumsic properare tuum» (Coge, niña, las rosas mientras existe la flor fresca y la nueva juventud y recuerda que así corre tu tiempo). Y Ovidio sentenció: «Tempus edax rerum» (El tiempo devorador de todo).
Algunas personas interpretan, a raíz de estas palabras, que la vida es una carrera de velocidad. Y en cambio se trata, más bien, de una carrera de resistencia. Gana quien más aguanta.


Genealogía de la moral

28.3.06

Mi amigo Arsenio defiende que el mundo los pueblan dos clases de personas según su carácter: las antipáticas y las que no los son (concretamente emplea la palabra fondinga). Con esta simple división de la especie humana él se maneja en la vida. No necesita más clasificaciones para entenderse con sus semejantes. Además su teoría mantiene que podemos ser una cosa o la otra, durante más o menos tiempo, pero que todos pasamos por los dos estados.

Lectores

27.3.06



Los lectores de poesía son en un noventa por ciento de los casos otros poetas, bien sean consagrados, desconocidos, inéditos, principiantes o principales. Es un universo cerrado del que participan, casi en exclusiva, quienes gustan escribir versos.

La analogía con el mundo de las bitácoras es tremenda. En un altísimo porcentaje los lectores de blogs son productores de bitácoras. Y aunque, día a día, aumente el número de blogs, podemos decir que estamos solos en el universo de Internet.

Encantos

26.3.06




Stevenson defendía que existe una virtud sin la cual todas las demás son inútiles; esa virtud es el encanto. Borges recuerda esta cita para habla de Oscar Wilde al que considera el más encantador de los escritores. Pero el encanto se tiene o no se tiene, no se puede aprender en ningún taller de escritura.



Grafitos amatorios pompeyanos

25.3.06


Escrito en un grafito electoral dentro de la letra ‘O’ de la fórmula O.V.F. (os pido que lo votéis), se puede leer la siguiente pintada:

«Me he jodido a la tía de la taberna».

Pasados más de dos mil años no parece que hayamos cambiado tanto.

Universitas

24.3.06


Los universitarios franceses andan en pie de guerra con su gobierno. En algún medio de comunicación han llegado a comparar, en un alarde de exageración propio del periodismo actual, lo que ahora sucede con Mayo del 68. Una larga tradición ampara a los franceses en las luchas sociales. Después pienso en la Universidad española y noto una plácida complacencia, un déficit de espíritu crítico. Parece como si los jóvenes de este país nunca vayan a padecer los inmisericordes arbitrios del mercado laboral.

Matemático

23.3.06

Resolver la ecuación del mundo. Despejar las incógnitas que nos acorralan en esta realidad.

Accidente mortal

22.3.06

Lo peor de morirse es que después uno no recuerda nada, dijo después de lo ocurrido.

Lecciones

21.3.06




Gianni Rodari escribió en los preliminares de su ‘Gramática de la fantasía’ que «la pasión, el desorden y la voluntad dan frutos cien veces mayores que cien años de escuela». Un ideario que se me ha pegado a la piel desde que comencé a escribir esta bitácora, aunque no exento de ciertas incomprensiones.



Lunes

20.3.06




Ante los lunes suelo recordar lo que decía Diógenes Laercio: «Un hombre debe vivir tan cerca de sus superiores como cerca del fuego; ni tan cerca que se queme, ni tan lejos que se hiele». Entonces sé que estoy preparado para ir a trabajar.



El inspector de blogs

19.3.06




La pasada semana mientras intentaba colocar un comentario en la bitácora recibí la visita de un extraño personaje:

― Buenos días.
― Buenos tenga usted. ¿Qué desea?
― ¿Es usted el dueño de esta bitácora?
― Bueno, tanto como el dueño…
― ¿Es usted Francisco M. Ortega Palomares?
― Hasta la presente sí.
― Pertenezco al Ministerio de Tecnología y Ciencia. Al cuerpo de inspectores de nuevas tecnologías. Sección bitácoras.
― Usted dirá.
― Voy a hacerle una inspección de la bitácora.
― ¿Es obligatorio?
― Obligatorio y necesario. Va siendo hora de poner orden a todo este desbarajuste que se traen ustedes entre manos.
― Oiga que yo actúo por mi cuenta.
― Eso es lo que dicen todos pero hemos descubierto que existen nexos entre algunos ‘bitacoristas’.
― ¿Y tiene que empezar por mí?
― Está usted en la lista de los más sospechosos.
― ¿Sospechoso de qué?
― Es usted un ‘bloguero’ de dudosa presencia en el ciberespacio. Se le acusa de cargos como:
No escribir textos objetivos
Hablar de cuestiones personales
Adjetivar las oraciones
Repetir más de 30 veces la palabra ‘corazón’ en el último año
Hacer críticas intempestivas al orden establecido
Abusar compulsivamente de la imaginación
Tener déficit de contenidos científicos
Falta de vínculos a otros ‘blogs’ prestigiosos
Escasez de referencias al mundo de las bitácoras
No criticar otros ‘blogs’
No ser un ‘geek’
― ¿Me va a multar?
― No, le vamos a suspender de bitácora y sueldo un mes. Si no cambia de actitud nos veremos obligados a quitarle el carné de ‘bloguero’.
― Me está usted asustando. ¿Se puede presentar una reclamación?
― No, porque no existe ni la Oficina de Reclamaciones de Bitácoras ni el Defensor del ‘Bloguero’.
― Entonces estoy perdido.
― Lo está.



‘Hombritud’

18.3.06



Curioso. Leo en un artículo que un escritor provinciano dedica a glosar la figura de un autor ‘famoso’ con motivo de su aniversario que, cuando le conoció años atrás, lo que más le impresionó de su figura fue la fuerza con que estrechaba la mano y su voz contundente. Supongo que son dos cualidades apreciadas en la masculinidad ante las cuales me siento muy poco hombre.




Metempsícosis

17.3.06


El filósofo argentino Robert Armengol defiende, frente a la reencarnación clásica hinduista o budista, una variante. En realidad, señala, son los mismos seres que mueren quienes toman el cuerpo de otros seres ya vivos. Una vez muertos sus almas ocupan el cuerpo de un bebé y vuelven a la vida.
Así, sostiene, todos los genios habidos en la humanidad han vuelto a tener una carcasa humana. Él sin ir más lejos dice ser la reencarnación de Albert Camus. La función de la existencia humana por tanto sería la de un proceso de mejoramiento del mundo en continuo reciclaje de sus espíritus.
Este proceso de acoplamiento del alma al nuevo cuerpo suele tener desajustes que provocan, entre otras cuestiones, disfunciones en la memoria que impiden recordar quien se ha sido en una vida anterior. El hecho de que cada vez existan más habitantes en la Tierra, lo explica porque en el mecanismo de la reencarnación del alma semeja a la actuación celular y se divide en dos partes.

Diseño genético

16.3.06



Diseñados biológicamente con una fecha de caducidad, nos empeñamos de forma impertinente en alargar la edad hasta querer ser inmortales.