Lunes

20.3.06




Ante los lunes suelo recordar lo que decía Diógenes Laercio: «Un hombre debe vivir tan cerca de sus superiores como cerca del fuego; ni tan cerca que se queme, ni tan lejos que se hiele». Entonces sé que estoy preparado para ir a trabajar.



El inspector de blogs

19.3.06




La pasada semana mientras intentaba colocar un comentario en la bitácora recibí la visita de un extraño personaje:

― Buenos días.
― Buenos tenga usted. ¿Qué desea?
― ¿Es usted el dueño de esta bitácora?
― Bueno, tanto como el dueño…
― ¿Es usted Francisco M. Ortega Palomares?
― Hasta la presente sí.
― Pertenezco al Ministerio de Tecnología y Ciencia. Al cuerpo de inspectores de nuevas tecnologías. Sección bitácoras.
― Usted dirá.
― Voy a hacerle una inspección de la bitácora.
― ¿Es obligatorio?
― Obligatorio y necesario. Va siendo hora de poner orden a todo este desbarajuste que se traen ustedes entre manos.
― Oiga que yo actúo por mi cuenta.
― Eso es lo que dicen todos pero hemos descubierto que existen nexos entre algunos ‘bitacoristas’.
― ¿Y tiene que empezar por mí?
― Está usted en la lista de los más sospechosos.
― ¿Sospechoso de qué?
― Es usted un ‘bloguero’ de dudosa presencia en el ciberespacio. Se le acusa de cargos como:
No escribir textos objetivos
Hablar de cuestiones personales
Adjetivar las oraciones
Repetir más de 30 veces la palabra ‘corazón’ en el último año
Hacer críticas intempestivas al orden establecido
Abusar compulsivamente de la imaginación
Tener déficit de contenidos científicos
Falta de vínculos a otros ‘blogs’ prestigiosos
Escasez de referencias al mundo de las bitácoras
No criticar otros ‘blogs’
No ser un ‘geek’
― ¿Me va a multar?
― No, le vamos a suspender de bitácora y sueldo un mes. Si no cambia de actitud nos veremos obligados a quitarle el carné de ‘bloguero’.
― Me está usted asustando. ¿Se puede presentar una reclamación?
― No, porque no existe ni la Oficina de Reclamaciones de Bitácoras ni el Defensor del ‘Bloguero’.
― Entonces estoy perdido.
― Lo está.



‘Hombritud’

18.3.06



Curioso. Leo en un artículo que un escritor provinciano dedica a glosar la figura de un autor ‘famoso’ con motivo de su aniversario que, cuando le conoció años atrás, lo que más le impresionó de su figura fue la fuerza con que estrechaba la mano y su voz contundente. Supongo que son dos cualidades apreciadas en la masculinidad ante las cuales me siento muy poco hombre.




Metempsícosis

17.3.06


El filósofo argentino Robert Armengol defiende, frente a la reencarnación clásica hinduista o budista, una variante. En realidad, señala, son los mismos seres que mueren quienes toman el cuerpo de otros seres ya vivos. Una vez muertos sus almas ocupan el cuerpo de un bebé y vuelven a la vida.
Así, sostiene, todos los genios habidos en la humanidad han vuelto a tener una carcasa humana. Él sin ir más lejos dice ser la reencarnación de Albert Camus. La función de la existencia humana por tanto sería la de un proceso de mejoramiento del mundo en continuo reciclaje de sus espíritus.
Este proceso de acoplamiento del alma al nuevo cuerpo suele tener desajustes que provocan, entre otras cuestiones, disfunciones en la memoria que impiden recordar quien se ha sido en una vida anterior. El hecho de que cada vez existan más habitantes en la Tierra, lo explica porque en el mecanismo de la reencarnación del alma semeja a la actuación celular y se divide en dos partes.

Diseño genético

16.3.06



Diseñados biológicamente con una fecha de caducidad, nos empeñamos de forma impertinente en alargar la edad hasta querer ser inmortales.

Plegar velas

15.3.06

En el amor como en la guerra, una retirada a tiempo vale más que una victoria. Según el Gran Libro de Estrategias Chinas nada se consigue con insistir en el fracaso. Salvo engordar la cuenta corriente del psiquiatra, digo yo.

Interiorismo

14.3.06


Hay gente que vive con la obsesión de cuidar cada detalle de su hogar: decoración, limpieza, orden. Una preocupación que, en algunos casos, raya en lo patológico. En cambio son gentes de lo más relajada en cuanto al mejoramiento personal y en nada les preocupa alcanzar cotas más altas.

Oxidación

13.3.06




La producción de radicales libres provoca la oxidación celular y, por tanto, el envejecimiento. Hay quien apuesta por utilizar antioxidantes naturales como las frutas y verduras para atemperar ese proceso sin percatarse que no somos nosotros quienes nos malogramos, que quien se oxida es el tiempo que nos contiene.



La bola de cristal

12.3.06



Como los seres humanos tendemos a hacer pronósticos no sucumbo a la idea de preguntarme cuál será el futuro de los ‘malditos’ ‘blogs’. Algo se ve venir. El sistema económico en el que nos movemos lo fagocita todo y buena parte de las bitácoras terminarán por ser meros escaparates publicitarios, fórmulas para venderse o vender. Pero además está el hecho, nada ominoso, del poder de la comunicación. Por ahí ya se ven los ‘blogs’ que los grandes medios de comunicación han puesto en marcha para que el invento no se les vaya de las manos. Si no pueden imponer su ley con las bitácoras que firman los nombres famosos, con los que tienen buen entendimiento, terminarán por fichar a quien destaque.

La alternativa será, como siempre, las de los francotiradores que van por libre y están solos. También y aunque no les gustes a los de Borjamari (“tanto empalagoso adolescente mental que acaba reconciliándote con las bitácoras”), toda esa pléyade de bitácoras sin otra pretensión que la de expresarse como quien hace una pintada en una pared.

Lo único es pedir suerte.

Fundamentalismo

11.3.06

Cada vez que veo a una persona que pasa las horas jugando al solitario en un ordenador pienso «qué aberración». Eso deriva del pensamiento fundamental que para mí tiene el juego y el ordenador: un espacio lúdico donde mezclar ideas y palabras.

Los días venideros

10.3.06




Cada vez que paso una buena racha pienso en disfrutarla, sabedor de que vendrán días peores. Cuando todo se vuelve en contra me digo que los malos días también terminarán. El secreto de la vida según el sabio chino Zhuang Zi está en no tener más preocupación que poder escuchar los latidos del corazón.



Reparto igualitario

9.3.06




Celia es una amiga a quien se le quedan pequeñas las relaciones de pareja. El otro día me comentó: «Yo no busco el amor de mi vida. A veces me gustaría cortar mi corazón en pedacitos y repartirlo. No sería de nadie pero sería de todos».



Distinguidos

8.3.06

A punto de cumplir los cien años el escritor Francisco Ayala no para de recibir homenajes. Lo veo en las imágenes de televisión moverse con la fatiga propia de su edad y pienso si todos esos actos protocolarios le llenaran de alguna satisfacción, cuando se supone que con el paso de tiempo a lo que se aspira es a la tranquilidad.

Pero lo que veo detrás de esa imagen son a los verdaderos homenajeados. Una cohorte de protagonistas que giran a su alrededor que son quienes se auto homenajean colocándose junto a Ayala.

Cómo se los montan algunos intelectuales de medio pelo, escritores mediocres y artistas prejubilados para estar en el escaparate mediático.

Fieles

7.3.06


Ella estaba casada y tenía una hija. Él también lo estaba y era padre de dos niños. Ambos llevaban unidos a sus parejas un tiempo casi similar y un proceso paralelo de ‘normalización’ matrimonial (*).

El azar los reunió. El amor les dio alas y mantuvieron una relación secreta y pasional durante muchos años, sin deshacer ninguno sus primigenias parejas. Al final se les gastó el amor y cada uno continuó con su vida.


(*)Eso que llaman fases del amor: enamoramiento romántico que suele durar un año; la etapa madura de vivir juntos, tener hijos y hacer proyectos; y el último ciclo de consolidación donde prevalece la complicidad, la amistad y el cariño. Después de estas tres fases hay quien dice que es mejor cerrar los ojos.

El tejido del corazón

6.3.06




Me cuenta Paula que la primera vez que nos rompen el corazón parece el fin del mundo y, en cambio, con el tiempo comprendemos que forma parte de nuestro aprendizaje afectivo y se compadece de quien no le haya ocurrido. Explica que este proceso no debe ser traumático porque el corazón se recupera debido a la gran capacidad de regeneración de su tejido cardiaco.

Nota del autor.- Al parecer, según avalan ciertos estudios, las células que componen el tejido cardiaco tienen una gran capacidad para volver a regenerar la parte dañada cuando actúan sobre ellas sustancias como el olvido y la indiferencia.



Charcos

5.3.06




De pequeño me mentía en los charcos de agua y disfrutaba lo indecible. Apenas dejaba de llover me calzaba las botas de agua y me ponía a cruzar aquellos pequeños mares y lagos. A mi madre no le hacía ninguna gracia y, en alguna ocasión, recibí una azotaina porque había más agua en mis botas de goma que en el propio charco.

Ahora me meto en otro tipo de charcos bien sea por amistad, por no saber estar callado o por ingenuidad. Y a pesar de que me mojó –a veces casi me ahogo-, no me importa. Ya lo dijo el filósofo griego Nausífanes de Teos, para salvarse antes hay que naufragar.



Películas

4.3.06


Tras la repercusión mediática y escandalosa levantada en Estados Unidos por la película ‘Broken Mountain’ espero, con impaciencia, la versión española. Una historia de dos toreros homosexuales que se podría titular ‘Plaza Rota’.

Cables cruzados

3.3.06


No puedo sustraerme a la petición que una mujer hace de su desayuno.
―¿Qué va a tomar?― pregunta la camarera.
―Por favor me pone un café con leche desnatada y sacarina. Y una tostada de mantequilla y mermelada― responde la mujer.
Después me pregunto qué información recibimos sobre la nutrición que provoca este tipo de desconciertos.

Los sumisos

2.3.06


Condena un poeta consagrado a los sumisos, a los gregarios. Habla amparado en la seguridad que le dan unos versos donde critica la guerra de Iraq y otros desastres de la humanidad.
Pienso que hablar es muy fácil, más aún desde las trincheras del bienestar acomodaticio y no ignoro que quien alza su voz contra los sumisos no lo es menos, o acaso no es un acto de sumisión recibir el Premio Nacional de las Letras, ser académico, invitado ilustre de tertulias, conferenciante –previo pago-, así como otras ocupaciones perfectamente encastradas en un sistema de acatamientos. ¿O sólo somos sumisos los que nos levantamos temprano porque tenemos que ir a trabajar para pagar el traje que nos cubre, la casa que habitamos y el pan que nos alimenta?

Contingencia

1.3.06

Cada día es una oportunidad para escribir un nuevo comentario en esta bitácora.