Topografía personal

6.6.16



Marcel Réja confesaba: «viajo para conocer mi propia geografía». Ese es un viaje donde tantas veces me pierdo por insólitos territorios, por un mapa personal desconocido.



Alimentación

5.6.16



Qué tendría que ver —se preguntaba— aquel «cómete la comida que en África hay muchos niños pasando hambre», con no querer probar bocado de lo que había cocinado mamá.



Contrapuesto

4.6.16



El poeta Licimnio de Quíos escribió: «el silencio es la lámpara de la palabra». Nada prestigia más a la luz que las sombras.



Criaturas

3.6.16



Yves Bonnefoy advierte que «la palabra, las palabras, están en el centro de todo. Son el embrión que no solo describe y señala y nombra el mundo sino que lo ordena y puede salvarlo, reordenarlo. La palabra es nuestra principal conexión con la realidad y la poesía su mejor vía. Por eso es necesario que las liberemos de ese yugo en el cual las hemos metido». Y es cierto que estamos hechos de tiempo pero también estamos hechos de palabras que son las que nos pronuncian. Su libertad es nuestra libertad.



Atributos

2.6.16



¿La condición de cada persona es la jueza de su fortuna?



Conversación con un nómada

1.6.16



—El número de vidas en un cuerpo envejecido es insoportable.
—Eso es porque hemos ido naciendo cada día, señor Nooteboom.
—Nunca podremos imaginarnos tanto futuro como pasado tenemos.
—No hay memoria para tanto olvido.
—El recuerdo es como un perro, que se echa donde le apetece.
—Los humanos nos echamos sobre aquello que muere.
—Me desperté con la ridícula sensación de que tal vez ya estaba muerto, pero en ese momento no pude determinar si ya estaba muerto de veras, si había estado muerto, o si por lo contrario no lo estaba. La muerte - había aprendido- no era nada, y si estabas muerto -esto también lo había aprendido- se paraban todas las consideraciones.
—Cuánta dificultad.
—Si se me preguntara qué es lo más difícil diría que la despedida de la mesura. No podemos prescindir de nada. La vida es para nosotros demasiado vacía, demasiado abierta; hemos inventado de todo para aferrarnos a ella: nombres, épocas, medidas, anécdotas.
—Vivir agarrarse al éter de la existencia.
—No creo en una vida después de la muerte, pero mi privilegio es imaginar lo que pudo haber sucedido.



Reclusiones

31.5.16



Me he retirado al mundo de la nada. Y ahora no hay mundo ni hay nada.






Conformismos

30.5.16



Balzac defendía que «la resignación es un suicidio cotidiano». La vida es un cajón de acomodos; vivir es inmolarse lentamente.



Sanos

29.5.16



Como la envidia era sana la nobleza fue considerada una enfermedad.



Peligrosidad

28.5.16



Pródico de Ceos, uno de los primeros sofistas, solía pregonar que «vivir es un oficio peligroso». Y tanto porque terminas por perder la vida, algo que aun sabiendo bien pronto no nos alecciona lo suficiente como para vivir como quien vive al borde del abismo.



Vocación

27.5.16



Reflexionando sobre el hecho de ser escritor recuerdo toda la energía destinada a ese empeño durante mi juventud. Más que la escritura en sí estaba el hecho de producir páginas y extraviarme en la prosa y el verso, afanoso de engordar un currículo que respaldara esa denominación de escritor.

Ahora, después de tantas páginas escritas, de invocar la palabra y ahogarme en los textos, es cuando más apocado tengo el sentimiento de ser escritor, cuando menos siento la necesidad de significarme en el mundo de las letras, agotado el furor juvenil y libre de la ambición adulta.

Es, en este momento, cuando reposan las letras en el exilio de la literatura, en la frontera de la identidad perdida, en lo transliterario, donde lo que menos importa es ser función de escritor y sí vivir dentro de ella.



Clonación

26.5.16



¿Si la historia se repite por qué no ocurre siempre lo mismo?



Caminata por un paisaje de aforismos

25.5.16



—Señor Jerzy Lec cómo se mide la libertad.
—La libertad de los esclavos se mide por la longitud de la cadena.
—Habrá alguna libertad preferirá usted.
—No os dejéis imponer la libertad de expresión antes que la libertad de pensamiento.
—¿Está rotos los sueños?
—Cuando quiere soñar con la libertad, se pone un gorro de noche en forma de gorro frigio.
—No cree en revoluciones.
—¡Libertad, igualdad, fraternidad! ¿Cómo se conjugan?
—¿Con empatía?
—El mundo no está loco en absoluto, aunque no está hecho para la gente normal. Está hecho para los normalizados.
—Y para los que no piensan.
—La estupidez no dispensa de pensar.
—¿Hay que derribar los ídolos?
—Al derribar las estatuas, respetad los pedestales. Siempre pueden ser útiles.
—¿Y escucharse a uno mismo?
—¿Quieres ahogar la voz de tu corazón? Conquista el aplauso de la multitud.
—¿El progreso es una conquista?
—Cuando griten: ¡Viva el progreso! pregunta siempre: ¿El progreso de qué?”.
—Hay estrechez de miras.
—Algunos ven por los ojos como por una mirilla.
—O están ciegos.
—¡Cómo ayuda la ceguera a dar en el blanco!
—¿El hombre?
—Persona non grata.
—¿La Tierra?
—¡Ese punto debajo de un signo de interrogación!
—Un consejo.
—Habla sabiamente, el enemigo escucha.
—Una recomendación.
—Exigid un resguardo cada vez que hagáis una reverencia.



Entelequias

24.5.16



La imaginación es despertarse y estar soñando.



Volatilizado

23.5.16



Decía Adorno que «quien piensa no está airado en la crítica: el pensamiento ha sublimado la ira». Disipar el furor para no enajenarnos para que se imponga el sosiego.



Aguas profundas

22.5.16



Nadando en sus ideas se ahogó en un mar de dudas.



Ocultamiento

21.5.16



Señalaba el pensador Apeles de Quío, discípulo de Arcesilao, que «quien evidencia lo oculto limpia los prejuicios». Demostrar las ofuscaciones siempre ha sido una tarea clarificadora.




Evasiones

20.5.16



A veces, cada vez más, me cuesta entender para qué escribo. «Se escribe siempre —decía Gilles Deleuze— para dar vida, para liberar la vida allí donde esté presa, para trazar líneas de fuga». Se escribe desde el territorio del pensamiento para escapar de uno mismo y dejar de ser quien se es. Se escribe para modificar la realidad y para evadirse de ella.



Omisiones

19.5.16



¿Auto citarse es una cuestión de vanidad o de negligencia?



El movimiento de la arena

18.5.16



—A veces señor Abe me pregunto adónde lleva tanto dudar.
—La duda conduce a la verdad.
—¿La verdad no es una apariencia?
—La realidad no necesariamente coincide con las apariencias.
—La apariencia es una mentira oculta.
—Dicen que lo mejor para ocultar una gran mentira es rodearla de numerosas mentiras pequeñas.
—Quizás solo sea un juicio de valor.
—Todo el mundo quiere juzgar a los otros de manera subjetiva. Ese método tan simple de aplicar criterios ajenos para calificar a la gente está en desuso, es como un libro enmohecido.
—Es usted muy prudente.
—Tal vez yo también había sido demasiado cauteloso para actuar con naturalidad y no cometer errores que me comprometieran. El exceso de precauciones y dudas puede terminar siendo perjudicial.
—Habrá que tener fe…
—Bueno, para quienes confían, la espera siempre es efímera, aun cuando dure cincuenta, cien años...
—Entonces habrá que tener coraje.
—Ya no me importa que usted sea amigo o enemigo, el único camino que me queda es dejar atrás esta trinchera inútil y enfrentarme al destino con todo mi coraje.
—Y algo de confianza.
—Mira, me interesa mucho tener un amigo marciano, pero el interés no siempre se asocia con la confianza. Hace falta hablar más a fondo para convertir el interés en confianza.
—¿En qué situación se encuentra ahora?
—Me permito aclarar que no soy tan optimista como para creer que ya tengo un aliado, sólo porque usted sea un ‘ser humano’ como yo quisiera que lo fuese. Me encuentro en una situación demasiado anormal para convencer a alguien de la veracidad de mi relato. Aunque usted sea un ‘ser humano’, dudo que reconozca una esencia humana en mí.
—Al final estamos solos.
—Cierta vez encontró la reproducción de un grabado, ‘El infierno de la soledad’, y la observó con curiosidad. (...) Los muertos, cada uno con diferente expresión, parecían empujarse unos a otros mientras hablaban incesantemente al hombre. ¿Por qué razón eso era ‘El infierno de la soledad’? En aquel momento pensó que se habían equivocado al poner el título; ahora podía entenderlo. La soledad es una sed que la ilusión no satisface.