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Desistimientos

19.9.16



Vladimir Jankélévitch señalaba que «para ser alguien aquí y ahora, hay que renunciar a ser otro, en otra parte o más tarde». La vida es un abandono de instantes y una renuncia de todo aquello que no fuimos queriendo serlo. Será por eso que Cees Nooteboom manifestó: «¡tenía mil vidas y elegí una sola!»



Auténticos

22.7.16



Decía Cees Nooteboom que «el único auténtico lector, del cual soy muy celoso, es el lector que no hace otra cosa que leer, que no tiene otro pensamiento más que la lectura. Me refiero al lector que no es escritor ni crítico». Ese es el que da verdadero sentido a la escritura y por el que cada palabra escrita importa. Por él vale la pena arriesgarse y fracasar tantas veces como intentos de escribir algo valioso. ¿Qué sería de la escritura sin estos verdaderos lectores?



Conversación con un nómada

1.6.16



—El número de vidas en un cuerpo envejecido es insoportable.
—Eso es porque hemos ido naciendo cada día, señor Nooteboom.
—Nunca podremos imaginarnos tanto futuro como pasado tenemos.
—No hay memoria para tanto olvido.
—El recuerdo es como un perro, que se echa donde le apetece.
—Los humanos nos echamos sobre aquello que muere.
—Me desperté con la ridícula sensación de que tal vez ya estaba muerto, pero en ese momento no pude determinar si ya estaba muerto de veras, si había estado muerto, o si por lo contrario no lo estaba. La muerte - había aprendido- no era nada, y si estabas muerto -esto también lo había aprendido- se paraban todas las consideraciones.
—Cuánta dificultad.
—Si se me preguntara qué es lo más difícil diría que la despedida de la mesura. No podemos prescindir de nada. La vida es para nosotros demasiado vacía, demasiado abierta; hemos inventado de todo para aferrarnos a ella: nombres, épocas, medidas, anécdotas.
—Vivir agarrarse al éter de la existencia.
—No creo en una vida después de la muerte, pero mi privilegio es imaginar lo que pudo haber sucedido.



Karma

11.4.16



Cees Nooteboom afirma que «el número de vidas en un cuerpo envejecido es insoportable». Pienso que nos reencarnamos en nosotros mismos a diario.



Dormir a pierna suelta

8.2.16



Es difícil acostarse y tranquilizar la conciencia de todas las personas que nos habitan. A mí, por ejemplo, me desvela cada noche un individuo distinto. La última madrugada me tuvo en vigilia el hijo responsable por la salud de sus progenitores. Otras veces es el amigo, el compañero, el cónyuge, el hermano o el padre. También el ciudadano y el vecino, el que va a trabajar y el solitario, incluso el que garabatea en este 'blog'. No sé cuántos yoes hay distintos que, en insomnio perpetuo, no me dejan dormir, a pierna suelta, como cuando era un niño. Debe ser que, como afirmaba Cees Nooteboom, «de todos los hombres que es uno, alguno duerme y los demás velan. Cuantos menos hombres se es, más y mejor se duerme».