La sardina protestó mientras se asaba porque no habían acudido los bomberos a su llamada.
El espeto
10.8.12
La sardina protestó mientras se asaba porque no habían acudido los bomberos a su llamada.
Etiquetas: anticuentos verano
La cata
9.8.12
El niño probó los helados uno a uno mientras el heladero suplicaba por una concordancia en el gusto infantil.
Etiquetas: anticuentos verano
Discordancia
8.8.12
El hombre que vivía en un frigorífico se quedó helado cuando salió fuera.
Etiquetas: anticuentos verano
Bucaneros
7.8.12
Vendía cedés piratas por la orilla del mar cuando lo abordaron unos agentes con patente de corso.
Etiquetas: anticuentos verano
Destino tropical
6.8.12
Nunca me dijiste que a los pingüinos les gustaban las piñas.
Etiquetas: anticuentos verano
El mensaje
5.8.12
Leyó en su WhatsApp: la isla está bien, el problema son los mosquitos, se han comido a tres turistas.
Etiquetas: anticuentos verano
Agencia de viajes
4.8.12
La promoción este verano era un viaje sin retorno.
Etiquetas: anticuentos verano
Veraneo
3.8.12
Agosto chapoteaba feliz en las leves olas del rebalaje cuando de repente su mamá lo cogió del brazo y lo sacó, bruscamente, del agua. «No te bañas más hasta que no meriendes»
Etiquetas: anticuentos verano
Armisticio
2.8.12
Las medusas habían tomado la playa tras el desembarco y los bañistas, atrincherados, resistían bajo las sombrillas. No hubo piedad para los invasores.
Etiquetas: anticuentos verano
Ficciones de estío
1.8.12
El verano es un cuento contado al revés del invierno.
Nota del autor.- Puesto en marcha el cuentógrafo canicular, estos breves textos para leer en un parpadeo, serán el único aliento del blog durante agosto.
Etiquetas: anticuentos verano
Terraza al mar
31.7.12
—Hay una hermosa vista desde aquí para perderse en el horizonte.
—Como dijo mi amigo, el cineasta Fernando Birri: «La utopía está en el horizonte. Camino dos pasos, ella se aleja dos pasos y el horizonte se corre diez pasos más allá. ¿Entonces para qué sirve la utopía? Para eso, sirve para caminar».
—¿Qué te apetece Eduardo? Yo voy a tomar un té porque como dijo Okakura Kakuzō, el té carece de la arrogancia del vino, del individualismo consciente del café, de la inocencia sonriente del cacao.
—¿Qué te apetece Eduardo? Yo voy a tomar un té porque como dijo Okakura Kakuzō, el té carece de la arrogancia del vino, del individualismo consciente del café, de la inocencia sonriente del cacao.
—Sociedad de consumo. Prodigioso envase lleno de nada. Invención de alto valor científico, que permite suprimir las necesidades reales, mediante la oportuna imposición de necesidades artificiales.
—El progreso tiene un precio.
—El desarrollo desarrolla la desigualdad.
—Y la frustración.
—El código moral del fin del milenio no condena la injusticia, sino el fracaso.
—En cambio pocos se resisten a ese juego.
—Estamos en plena cultura del envase. El contrato de matrimonio importa más que el amor, el funeral más que el muerto, la ropa más que el cuerpo y la misa más que Dios.
─Hablando de deidades, la religión como el capitalismo tienen como método común la especulación.
─Como Dios, el capitalismo tiene la mejor opinión sobre sí mismo, y no duda de su propia eternidad.
—Siempre nos quedará la caridad cristiana.
—A diferencia de la solidaridad, que es horizontal y se ejerce de igual a igual, la caridad se practica de arriba-abajo, humilla a quien la recibe y jamás altera ni un poquito las relaciones de poder.
—La gente tiene miedo y antes de rebelarse prefiere llorar para que le den.
—Quien no está preso de la necesidad, está preso del miedo: unos no duermen por la ansiedad de tener las cosas que no tienen, y otros no duermen por el pánico de perder las cosas que tienen.
—Más que personas somos contribuidores, más que ciudadanos somos consumidores para lo que nos han educado.
—La cultura de consumo, cultura del desvínculo, nos adiestra para creer que las cosas ocurren porque sí.
—O te enemistas con el que manda.
—¿No tienes enemigos? ¿Cómo que no? ¿Es que jamás dijiste la verdad, ni jamás amaste la justicia.
—O jamás te vendiste a algún precio.
—Con el dinero ocurre al revés que con las personas: cuanto más libre, peor.
—¿No es un libre mercado donde vivimos?
—En el mercado libre es natural la victoria del fuerte y legítima la aniquilación del débil. Así se eleva el racismo a la categoría de doctrina económica.
—Esta polarización del poder nos está matando.
—El poder es como un violín. Se toma con la izquierda y se toca con la derecha.
—Entonces necesitamos un verdadero cambio.
—Al fin y al cabo, somos lo que hacemos para cambiar lo que somos.
Etiquetas: aforismo dialógico, Eduardo Galeano, Fernando Birri
Mecánica personal
30.7.12
Traicionarse a sí mismo va más allá de un hundimiento propio, nos eleva a las cumbres del desprecio.
Etiquetas: aforismo
Arramblado
29.7.12
Arrastrado por la corriente de opinión se ahogó en una idea vulgar.
Etiquetas: cuentos diminutos
Valija
28.7.12
«Quien alguna vez ha sido no puede ya dejar de haber sido: ese hecho misterioso y profundamente oscuro de haber vivido constituye de ahí en más su viático para la eternidad.» Si Vladimir Jankélévitch está en lo cierto para algunos el equipaje va a ser muy pesado.
Etiquetas: citas, Vladimir Jankélévitch
Alexia
27.7.12
«El corazón es un libro abierto que no sabemos leer.» Esa incomprensión a la que apunta el poeta griego Polgítides puede que llegue del aturdido sentimiento que trastoca una visión clara de la lectura.
Etiquetas: corazón, personajes, Polgítides
Prognosis
26.7.12
La serpiente de la Historia parece que, en estos momentos, se quita una vieja camisa. La transformación puede traer sino un mundo mejor, sí un mundo más mejorado y una reorientación antropológica. Apoyados en las nuevas tecnologías se cuestiona el actual orden económico y político y se hace avanzar a la humanidad hacia esa determinación.
Aterrados algunos pronostican que es difícil imaginar un futuro de lo humano por la influencia digitalista. No se trata de desligar un proceso de otro sino de llevar el humanismo hacia un nuevo límite.
Etiquetas: digital, historia, tecnología
Control policial
24.7.12
—¿Su nombre?
—Soy el conde de Lautréamont.
—Le he pedido su nombre, no su cargo.
—Isidore Lucien Ducasse.
—Existen ciertas dudas sobre usted, se le acusa de surrealista.
—La duda es un homenaje a la esperanza.
—Comprenderá que eso es un cargo.
—Ya es hora de reaccionar contra lo que nos ofende y nos doblega autoritariamente.
—Está en una situación comprometida.
—El encanto de la muerte existe sólo para los valientes.
—¿No aprecia su vida?
—Recibí la vida como una herida y he defendido el suicidio para sanar la cicatriz.
—¿De qué me habla? Las leyes hacen justicia.
—Se puede ser justo si no se es humano.
—Me impacienta y entonces sufro.
—El sufrimiento es una debilidad y la mejor cosa que se puede hacer es pararlo.
—No me temple el ánimo, no estoy para 'filosofeses'.
—Qué es más profundo, más impenetrable de los dos: el océano o el corazón humano.
—No me copie palabras que no he dicho.
—El plagio es necesario. Está implícito en el progreso.
—Está usted diciendo insensateces.
—El elefante se deja acariciar. El piojo no.
—Esta noche duerme en el calabozo.
—El sueño es una recompensa para algunos, un castigo para los demás. Para todos, es una pena.
Etiquetas: aforismo dialógico, Lautréamont
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