Moira

1.4.07




Sentimos envidia cuando los demás son afortunados y alivio cuando es la desgracia quien los toca. El azar radiografía, como nadie, la fragilidad humana ante los acontecimientos. Como escribió Pessoa: «espera lo mejor y para lo peor prepárate».



5 apostillas:

Matías dijo...

y si, espera lo mejor y para lo peor preparate, me suena un poco a redundancia, por que prepararnos para algo es esperarlo alertas y esperar algo es prepararnos para su llegada, en fin, interesante post como siempre...

Anónimo dijo...

MUy interesante, refleja la cotidianeidad de cualquiera de nosotros, en especial me siento identificada porque siempre(no se bien porque)me he rodeado de personas competitivas q están todo el tiempo midiendose con los demás y q se entristecen cuando logras algo q ellos no y asi.. Bueno, muy bueno el post... Segui asi!
Besos!

Jonás dijo...

Susan Sontag en su ensayo "Ante el dolor de los demás" llega a consideraciones muy próximas a las que hoy expones. El dolor ajeno nos sirve de lenitivo. Al fin y al cabo es a los otros a quienes les pasa y no a nosotros. Es una sensación próxima al alivio. El libro habla de las imágenes fotográficas del horror que nos ha dejado el siglo XX. ¿Deberían mostrarse? ¿Qué sentimos ante ellas? La respuesta es horror, atracción, fascinación, alivio, distancia tranquilizadora...

Adise dijo...

Demasiado complejo encuentro eso de prepararse para lo peor. Cuando llega lo peor, por mucho que creyeses estar preparado, compruebas que continuabas pensando que no te ocurriría o que tardaría mucho más en hacerlo.

Un besazo.

Anónimo dijo...

Así que era de Pessoa la frase...
A mí la desgracia ajena no me alivia.