Críticas

11.4.07




Cada vez que alguien me entrega un texto original suyo para que lo lea, trato de imaginar qué espera de mí. Supongo que quienes escriben precisan un parabién, una frase halagadora, un estímulo que le impulse a continuar o un comentario que valga para afirmar su creación.
Cuando me enfrento a ese hecho, primero pienso en el mérito que tiene gastar tiempo y esfuerzo en algo, materialmente, poco provechoso.
Más tarde dudo entre decir lo que pienso con total crudeza, no exenta de equivocación, o regalar un juicio afable.
En cambio entiendo que lo necesario es la crítica descarnada y destructiva, exponerse a ser ‘descuartizado’. Sólo a partir de la destrucción se puede retomar un nuevo proceso creativo más depurado.



8 apostillas:

Anónimo dijo...

Puede ser cierto, pero no siempre todo texto merece "la critica descarnada y destructiva". Hay lecturas originales que, yo al menos lei, que no merecen ni el mas minimo de los reproches.
Igual... la mejor critica no es ni dar halabanzas falsas ni tirarles tomates por que si... lo mejor es decir lo que piensa uno mismo del texto y listo xD

bue.. que se yo.. solo pasaba por que estaba aburrido con internet.

Nos Leeremos

Toni Rajo dijo...

Yo opino lo contrario, no hay que dar alabanzas innecesarias pero tampoco es cuestión de dinamitar la esperanza y las ganas de escribir de alguien, si la crítica a mi primer escrito hubiera sido descarnada, debido a mi personalidad por aquel entonces, tan facilmente manipulable, seguramente no hubiera escrito nada más, ni este simple comentario.

Yo siempre pregono el NO a todas las verdades, si con esa verdad puedes herir a alguien.

Adise dijo...

Creo, que como casi siempre, no se puede generalizar tampoco en este caso. Depende de la persona.

Hay gente que desde los escombros es capaz de construir el más maravilloso de los edificios; mientras que hay otros que, rodeados de escombros, sólo se les ocurre hundirse en ellos.

Un beso.

Anónimo dijo...

Personalmente, discrepo. En mi opinión hay que sacarle defectos a los textos que encontrmos maravillosos y virtudes a los que no nos convencen en absoluto, ni que sea para evitarnos caer en la crítica cruel o en el perpétuo halago.
Saludos, Joan.

Jonás dijo...

Yo en este tema soy muy cauto. Como profesor que soy, he de valorar siempre todo desde una óptica positiva. La negativa he de guardármela aunque la tenga. Puedes sugerir añadir, completar, depurar... pero hacerlo con amabilidad. En el caso de amigos que me pidan su opinión, es un tema complicado. No se puede decir siempre toda la verdad. Creo que la crítica ha de ser parcial y amable. Yo no me atrevo a hacer una crítica destructiva, aunque en mi fuero interno la sienta así. ¿Quién soy yo para machacar a alguien que intenta decir algo? Ya la realidad se encarga de poner a cada uno en su lugar. No es fácil sobresalir en el mundo de la escritura.

Principito Desencantado dijo...

Siempre me gustó la sinceridad.

Anónimo dijo...

No me gustan las mentiras, ni siquiera las piadosas. Creo que quien te ofrece un texto para que lo leas, espera que le digas lo que realmente te inspira, sea lo que sea.

A veces, tan importante es lo que digas como el cómo lo digas... ¿no?

Anónimo dijo...

A mí me gusta que la gente sea sincera. Ya sea con mis textos o conmigo en todo slos aspectos.
Me encanta cuando alguien critica mis textos, así, la próxima vez, intento no hacer le mismo error.
Un saludo.