Llevaba sin verla desde el pasado verano y un tropiezo casual me hizo detenerme con ella. Tras mostrarse su alegría por el encuentro comenzó un relato de sueños y premoniciones. Me contó que, días antes, había soñado con un amigo común pero que en el sueño una metamorfosis lo transformaba en mí, un presagio de que algo me iba a ocurrir. Igual que a una sobrina suya a la que llamó por teléfono porque había soñado que en Canarias, donde vive, ocurría un terremoto. Me refirió más historias de presentimiento onírico.
A mí, que soy un descreído, me resulta llamativa esa forma de entender el mundo y construir una realidad basada en la fantasía adulta.
5 apostillas:
Yo soía reirme de todas esas cosas, pero un día me pasó. Soñé con el Tsunami la noche antes de que sucediera. Sí, casualidad seguramente, pero sea como sea, los pelos de punta, oye.
Un saludo!
Yo tampoco creo en las premoniciones oníricas, pero sí pienso que todas esas historias irreales que vivimos en sueños son fruto de nuestro estado anímico.
He encontrado este blog por casualidad y me ha gustado leerte. Un saludo ;)
Yo creo, como decía aquella obra, que los sueños, sueños son.
A veces parece verdad, que con los sueños, el inconsciente se adelanta a impresiones fuertes.
Quiza sea que conscientemente relacionamos despues, sueños con impesiones fuertes.
Parece que tenemos relaciones con la realidad no explicadas del todo. Vale mas tomarlo como curiosidad, no demasiado en serio. Mejor no vivir pendiente de ello, de los que nos puede pasar, segun lo que soñamos.
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