Crucifixión

6.4.07





Trabajaba en Disney Land París. Era la princesa Badrulbudur subida en una alfombra mágica junto a Aladino. El sueldo le daba para vivir. Su ex novio se había suicidado después de que cortaran la relación. Algunas noches se sentía culpable. Los antidepresivos no la ayudaban mucho a pesar de tomarlos desde que, hacía unos meses, un infarto acabó con la vida de su padre. Su madre los había abandonado cuando ella apenas contaba dos años. Cuando la conocí su mirada era triste como la de un animal encerrado en su destino.



4 apostillas:

Symp dijo...

Cuentan los psiquiatras, que la mayoría de los que se suicidan por "amor", no es por nada que tenga que ver con ese sentimiento.
Ni siquiera por el miedo a la soledad.

Es por la satisfacción que les da el pensar, que con su muerte causarán dolor, y que desde el más allá, aunque no sean creyentes, podrán disfrutar viendo su propio entierro y el llanto de aquel o aquella que decidió vivir sin ellos.

Jonás dijo...

Hay personas a las que la vida se les muestra con todos sus ángulos cortantes. Lo admirable es ver cómo algunas personas sucumben ante esa adversidad terrible y otras se sobreponen y logran salir adelante con las banderas desplegadas. No todos estamos hechos de la misma pasta. Por eso es difícil enjuiciar las existencias ajenas y aun la misma propia.

Symp dijo...

Tal vez hablo demasiado de psicología o de esas cosas, y eso puede dar la impresión de que sólo capto las cosas desde su vertiente científica o medible.
Pero no es cierto, primero esta el sentimiento humano, que no es explicado, y luego surgen las preguntas... porque busco entender.

Jonás, sobre esa capacidad de sobreponerse a toda adversidad, tal vez te guste esta palabra, que tiene musicalidad: "resiliencia".
Antes se aplicaba a una propiedad de los materiales, ahora se aplica a las personas.

Supongo que quieren saber de que estamos hechos.

Al59 dijo...

Un animal encerrado en su destino. Por hallazgos como éste queda justificada nuestra blogadicción.