Roedores

19.11.19



Mientras paseo observo la siguiente escena. Un hombre llama la atención a un joven de etnia gitana que acaba de pintar una cruz gamada en un banco urbano. 

—¿Sabes qué has pintado? —le pregunta. 
—Yo pinto lo que me sale de los cojones —contesta desairado. 
—Vale, pero sus seguidores exterminaron cientos de miles de personas de tu etnia. 
—Eso es mentira —le replica mientras se marcha. 

La ignorancia está royendo en alma de la democracia.



Eclipsados

18.11.19






Cuando la realidad te cerque, fúgate hacia sus umbrales.

Redivivo

17.11.19



Luis era alegre con sus amigos y campechano con la gente, además de amar profundamente a su familia. En nada parecido a su vida anterior con la que un día decidió acabar. Desde entonces cuando hablaba de él lo hacía en pasado como si estuviera muerto. Luis —decía Luis— era un hombre violento y alcoholizado, mala gente, se lo digo yo, ese tal Luis.



Análogos

16.11.19



Si pienso diferente entre mis iguales no es por ser original o estar distante, no; es la voz que surge singular desde adentro.



Remociones

15.11.19



A nadie puedes poner frente a su espejo, pensará que lo acusas de ser quien es.



Salvedades

14.11.19



La excepcionalidad de cada aforismo confirma el grado de su certeza.



Recusado

13.11.19



Cuando escribo me ocurre como a esas personas que no quiere que las retraten porque no les gusta cómo salen después en la foto. De igual modo cuando me leo nunca termina de gustarme aquello que veo.


Vida inútil

12.11.19



Mientras esperaba junto a un recinto deportivo, los he visto salir de un cementerio cercano, las manos recogidas en la espalda, las cabezas gachas, los pasos calmos y la conversación salpicada de silencios. Pareciera que el único horizonte de sus vidas es la muerte. Morir cuando la vida ya no es útil. Durante muchos años les hicieron creer que eran importantes para la sociedad, que su esfuerzo en el trabajo era de una gran utilidad para todo el mundo. Acabada su vida eficiente, al igual que ocurre con esos motores y máquinas que tienen una duración determinada, nada parece tener sentido, más cuando, desde el principio, les hicieron creer que en el trabajo estaba su salvación. Y aún sin ser cierto, solo les queda morir como el último cumplimiento a su experiencia productora.



Vocaciones perdidas

11.11.19



En cierta ocasión, un buen colega de profesión, me hizo una confesión sincera: «a ti lo que te pasa es que eres mejor poeta que periodista». Lo dijo como un halago a mis versos entonces bisoños y soñadores, pero le debió sonar fatal y rectificó sobre la marcha para señalar que no es que fuera mal periodista. No le dejé terminar la frase porque lo vi apurado y le dije que había entendido lo que quería decir. Pero aquella anécdota abrió las grietas de la duda y el auto interrogatorio. 

Lo mejor de mí, supe, no iba a salir de mi profesión y mi salario, sometida a las ganancias empresariales y beneficios de los integrantes de los consejos de administración, y en la que a pesar de todo he puesto la dignidad que soy capaz de ejercer en ella y mi entrega profesional. También razoné que siempre conseguiría lo mejor donde no hubiera límites y expresará lo que pienso y lo que siento. Por eso deduzco que el poeta le ganó al periodista.





Alarmada

10.11.19



Suena una primera alarma. Levanta su larvado cuerpo de la cama. Quién se lo hubiera dicho la noche anterior, que iba a ver otro día, otra mañana. Mira por la ventana y ve que la ciudad permanece fuera, llena de ruido y de furia como el día anterior. Suena un segundo aviso acústico y se dirige a la cocina donde hay huellas invisibles del vuelo de las moscas. Enciende la placa eléctrica para calentar el café. No espera nada del día, no espera nada de la vida. Nunca espera nada ni a nadie. Mientras desayuna la tercera señal llega. Es la hora de hacer las mismas cosas de ayer. Revisa todo antes de salir a la calle y frente a su portal ve la carnicería ‘El pollo feliz’ y su grasiento propietario. Pasa el urbano y no se detiene en la parada. Echa a andar y cruza la calle sin mirar. Escucha en su interior la cuarta alarma. Es el momento. Mira en un parque cercano y se sienta en un banco frente al busto de un insigne poeta. Ahora sabe que no hay esperanza. Ha vuelto a ocurrir.



Cazadores

9.11.19



Nada más tropezarme con él se me vino a la mente la imagen de Ignatius J. Reilly, el protagonista de la novela de John Kennedy Toole, ‘La conjura de los necios’. 
—Voy disfrazado de cazador de fieras —me comentó. 
—Ya te veo —sonreí—. Aunque me parece que vas a cazar a pocas por aquí. 
—No te creas, en la ciudad hay todo tipo de depredadores. 
—Eso es en la selva. 
—No, mira allí viene uno —me dijo señalando al director de la sucursal bancaria.



Vanos

8.11.19



El pensamiento se firma alrededor del nicho donde esté alojado.



Principiantes

7.11.19



—¿Cómo sabré si es poesía lo que estoy escribiendo? —preguntó el alumno. 
—Después de escribir un poema, reescríbelo literalmente como si fuera un texto continuo. Dalo a leer a amigos y conocidos y pregúntales: «¿te gusta este poema?». Si después de leerlo muchos de ellos te dicen que es una buena composición poética, prepárate para iniciar un largo camino.



Frotando

6.11.19



Tantas veces afronto el blanco de la pantalla para escribir una entrada en este blog buscando una idea redentora o un juego de palabras, sin saber qué voy a escribir. En los momentos que la desazón me puede porque nada me alumbra, me levanto y me voy a lavar los platos para atenuar mi frustración. Mientras lucho por despegar la grasa de la vajilla, mi mente se relaja y comienza a dibujar un bosque de ideas hasta devolverme a la pantalla y vencer su blancor. Esta noche no, esta noche de nada me ha valido enjabonar y limpiar los platos sucios, colocar el menaje, fregar la encimera o abrillantar la cubertería, porque he salido de la cocina lo mismo que entraba. 

Escribir es, a veces, una tarea cotidiana para limpiar la mente, despegando de las neuronas esa mugrienta grasa que nos mancha de nada.



Aniquilaciones

5.11.19



Más que morir hay que temer que te anulen.



Activar

4.11.19



César Vallejo escribía en el poema El buen sentido: «Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza a nevar, sino para que empiece a nevar». Cuántas veces no pensamos las cosas porque vayan a suceder sino para que puedan ocurrir.



Zapatos de domingo

3.11.19



Intentó por enésima vez sacar el dedo para completar el lazo, pero se le volvió a escapar el nudo. Miró la complejidad de aquel artilugio cuyo funcionamiento no le entraba en la cabeza y pensó, entre resignado y convencido de su torpeza, que podría dedicar su vida a resolver el problema de por qué los niños pequeños nunca saben anudar sus zapatos.



Indistinguibles

2.11.19



Hay creaciones que de pura originalidad no son tenidas en cuenta.



Alucinaciones

1.11.19



Era muy joven cuando falleció. Llegó a la redacción un verano a realizar las prácticas. Buena gente y cálida muchacha. Después me enteré de su repentino fallecimiento, al parecer por una cardiopatía congénita. 

Ahora al pasar los años, cuando recuerdo su imagen y las conversaciones mantenidas, tengo la sensación de que nada de aquello fue cierto, que hablé con un fantasma, tibia semblanza de la existencia, que vive en mi mente poblada de tantos muertos.



Enteros

31.10.19



Llega un momento que, mentalmente, no cumplimos más años porque nos negamos a vernos de otra manera que de aquella en que nos comprendimos y nos aceptamos. El calendario se obstina en ser notario cronológico del paso de los años, mientras nuestra mirada nos va mimando para que interiormente no parezcamos un castillo en ruinas y en pie nos mantengamos.