Cazadores

9.11.19



Nada más tropezarme con él se me vino a la mente la imagen de Ignatius J. Reilly, el protagonista de la novela de John Kennedy Toole, ‘La conjura de los necios’. 
—Voy disfrazado de cazador de fieras —me comentó. 
—Ya te veo —sonreí—. Aunque me parece que vas a cazar a pocas por aquí. 
—No te creas, en la ciudad hay todo tipo de depredadores. 
—Eso es en la selva. 
—No, mira allí viene uno —me dijo señalando al director de la sucursal bancaria.



Vanos

8.11.19



El pensamiento se firma alrededor del nicho donde esté alojado.



Principiantes

7.11.19



—¿Cómo sabré si es poesía lo que estoy escribiendo? —preguntó el alumno. 
—Después de escribir un poema, reescríbelo literalmente como si fuera un texto continuo. Dalo a leer a amigos y conocidos y pregúntales: «¿te gusta este poema?». Si después de leerlo muchos de ellos te dicen que es una buena composición poética, prepárate para iniciar un largo camino.



Frotando

6.11.19



Tantas veces afronto el blanco de la pantalla para escribir una entrada en este blog buscando una idea redentora o un juego de palabras, sin saber qué voy a escribir. En los momentos que la desazón me puede porque nada me alumbra, me levanto y me voy a lavar los platos para atenuar mi frustración. Mientras lucho por despegar la grasa de la vajilla, mi mente se relaja y comienza a dibujar un bosque de ideas hasta devolverme a la pantalla y vencer su blancor. Esta noche no, esta noche de nada me ha valido enjabonar y limpiar los platos sucios, colocar el menaje, fregar la encimera o abrillantar la cubertería, porque he salido de la cocina lo mismo que entraba. 

Escribir es, a veces, una tarea cotidiana para limpiar la mente, despegando de las neuronas esa mugrienta grasa que nos mancha de nada.



Aniquilaciones

5.11.19



Más que morir hay que temer que te anulen.



Activar

4.11.19



César Vallejo escribía en el poema El buen sentido: «Mi madre me ajusta el cuello del abrigo, no porque empieza a nevar, sino para que empiece a nevar». Cuántas veces no pensamos las cosas porque vayan a suceder sino para que puedan ocurrir.



Zapatos de domingo

3.11.19



Intentó por enésima vez sacar el dedo para completar el lazo, pero se le volvió a escapar el nudo. Miró la complejidad de aquel artilugio cuyo funcionamiento no le entraba en la cabeza y pensó, entre resignado y convencido de su torpeza, que podría dedicar su vida a resolver el problema de por qué los niños pequeños nunca saben anudar sus zapatos.



Indistinguibles

2.11.19



Hay creaciones que de pura originalidad no son tenidas en cuenta.



Alucinaciones

1.11.19



Era muy joven cuando falleció. Llegó a la redacción un verano a realizar las prácticas. Buena gente y cálida muchacha. Después me enteré de su repentino fallecimiento, al parecer por una cardiopatía congénita. 

Ahora al pasar los años, cuando recuerdo su imagen y las conversaciones mantenidas, tengo la sensación de que nada de aquello fue cierto, que hablé con un fantasma, tibia semblanza de la existencia, que vive en mi mente poblada de tantos muertos.



Enteros

31.10.19



Llega un momento que, mentalmente, no cumplimos más años porque nos negamos a vernos de otra manera que de aquella en que nos comprendimos y nos aceptamos. El calendario se obstina en ser notario cronológico del paso de los años, mientras nuestra mirada nos va mimando para que interiormente no parezcamos un castillo en ruinas y en pie nos mantengamos.



Desescamar

30.10.19



Igual que el tronco de un guayabo que mientras robustece su madera se va desprendiendo de escamas de la corteza muerta, así es un desprenderse en la vida de todo aquello que es superficial y no nos deja crecer impidiendo fortalecernos.



Presbicias

29.10.19



Con la edad pierdes vista pero ganas en una visión más clara del mundo y de sus cosas.



Un bosque de papel

28.10.19



Escribo abedul sobre el alma blanca del abedul. Reposo mi mano y dejo fluir el alma negra de la tinta para que escriba abedul en cursivos grafismos. Y el abedul me agradece que anote su nombre sobre la sábana blanca que ahora es. Y escribo chopo, cuando pongo una palabra en este espacio en blanco para que brote el recuerdo de sus hojas y amarillee su corteza. Y me da sombra roja la picea, el pino verdes punzadas, el abeto y el alerce su blandura, el eucalipto manchado y lechoso el abedul. Y escribo un bosque de palabras que repueblan esta desforestación para el ecosistema lector y poblamiento de letras.



Cambiando la hora

27.10.19



Adelantó cada uno del centenar de relojes que guardaba en la casa un minuto sobre el anterior, desde la planta baja hasta la buhardilla, de forma que cuando hizo el recorrido inverso los relojes marcaban siempre la misma hora, experimentando la sensación paradójica de que el tiempo se había detenido o que volvía a vivir una temporalidad similar a la ya sentida. Un presente inmutable mientras se desplazaba por cada espacio diferente. Era un ensayo para determinar la percepción de su existencia, en la cual tenía la impresión de estar atrapado eternamente.



Textuales

26.10.19



El deseo de cualquier persona que escribe debería ser el de confundirse con su escritura, ser texto en vez de autor.



Vislumbrando

25.10.19



No aspiro a que me comprendan, pero ambiciono comprender.



Masticar ideas

24.10.19



Theodor Ludwig Adorno pregonó que «pensar hoy es estar a cada momento pendiente de si se puede pensar». Igual que una resonancia que va y vuelve, el magnetismo de las ideas a veces depende de su polarización. En medio de un vacío como un buda iluminándose a sí mismo.




Lecturas esenciales

23.10.19



¿Por qué siempre abrimos el libro de la vida por la página desconocida?



Cuántica

22.10.19



La mayoría del tiempo nos pasa como al gato de Schrödinger que estamos sin estar.



Tomografía

21.10.19



En ocasiones me pregunto, te pregunto: ¿valió la pena vivir? Esa es la interrogación clave que debemos hacernos. Igual que un contraste yodado facilita la visualización de distintos órganos o fluidos de nuestro cuerpo para lograr un diagnóstico, esa interrogación nos analiza ante el mundo y ante nosotros mismos. Y ese contraste ¿valió la pena?, es donde nos observamos con agrado o desencanto, con dicha o infelicidad, vacuos o llenos de sentimiento, expresiones de nuestra ipseidad.