Para
hacer cosas hermosas hay que sentir cosas hermosas.
La
curiosidad es lo que nos hace viajar más lejos.
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Pasó
la página de la tarde de otoño que le pareció triste y melacólica. En la
siguiente, más concentrada, leyó la noche. Las sucesivas estaban llenas de sueños
y se recreó en ellas porque le resultaron llamativas, con escenas que protagonizaba
y con simbolismos que no sabía interpretar. Hasta que llegaron las inquietantes
pesadillas que le aterrorizaron. Por fin, casi al final de su lectura, llegó al
amanecer y todo le resultó luminoso, lleno de bonitos colores que la animaron. Cerró
el volumen y al colocarlo en el estante se encontró encajonada entre dos
libros.
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Pesa
el sentimiento no el pensamiento.
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La soledad le acompañó toda la tarde. Cogidos
de la mano pasearon por el parque y se conmovieron con la puesta de sol.
Subieron al mirador y en el quiosco de bebidas tomaron un tentempié.
Contemplaron la ciudad iluminada al fondo y escucharon su ruidoso concierto.
Entonces se miraron a los ojos, con esa ternura que se miran los enamorados.
Él, le propuso que le hiciera compañía esa noche y a ella le resultó imposible
cambiar de nombre.
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Me
recuerdo de joven, leyendo, iluminado por el sol. Notaba que leer me hacía
diferente.
La
única manera de saltar las limitaciones de nuestra forma de pensar condicionada
por entornos afectivos, sociales y económicos, es con el conocimiento y la
lectura.
De
repente, olvidamos lo importante que fuimos para nosotros mismos.
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De las cosas buenas que te ocurran culpa siempre a quienes te rodean.
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—Hoy cumplo años.
—¿Cuántos?
—Los que el tiempo quiere.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
La
primera batalla que se pierde es la del lenguaje, cuando nos sometemos a los
dictámenes normativos de las autoridades lingüísticas.
No
te inquietes por tener contradicciones y que sea el mundo quien parezca
incoherente.
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No
conozco mejor camino para saber que leer en los libros, leer en la experiencia,
leer en los demás.
—¿A
ti te duelen los días?
—Sí,
algunas veces, cuando huelen a tristeza.
—¿Y
cómo es ese olor?
—Como
la tierra mojada por la lluvia pero emanando desde el interior.
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Cada ser humano hace una interpretación de la existencia que parece la única cierta.
Etiquetas: aforismo, existencia
Muchas cosas suceden en nuestro interior mientras afuera sigue la realidad normalizada.
Etiquetas: aforismo, normalizado, realidad
Las cosas rara vez se alinean con tus
intereses, pasiones o deseos, ya que el mundo no tiene ninguna obligación de
satisfacerlos.
La literatura inventa formas de eternidad.
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Hizo un pacto con dios y otro con el diablo y a
los dos los engañó.
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Nada puedes hacer contra la desintegración de
tu materia.
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No seremos nada y por ello, solo ante ese absurdo,
nos construyen los sentimientos. Los buenos, generosos, afables y empáticos
sentimientos.
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La escritura es una aventura personal, cuanto más íntima más libre y, por tanto, más expuesta a lo sorprendente, a lo insólito, a lo inusual de los cánones y de la crítica literaria, a la vez que desconcertante e inconveniente.
Nos repetimos las cosas para asegurarnos que nos decimos la verdad pero sabemos que no estamos en lo cierto.
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Existe la realidad y existe la ficción y luego está lo imperceptible.
Etiquetas: aforismo, ficción, imperceptible, realidad
Nunca te aguantes esas repentinas ganas de llorar cuando, saboreando la belleza, sientes que la vida se va.
Cuéntame a qué te agarras en esta caída libre que es la vida: ¿a las ganancias, a las posesiones, al prestigio social, a las conquistas? Solo el paracaídas del sentimiento aliviará el vértigo de tu salto.
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La mejor manera de prepararse contra el paso del tiempo es sentir que lo vivido valió la pena.
Resulta que quisimos sepultar la indignidad, enterrar la tristeza, inhumar la desigualdad y el resultado es un vivir subterráneo.
En ocasiones, no nos vendría nada mal tener un arrebato de valentía y lanzarnos con afecto hacia los demás.
Guardamos secretos que no nos contamos ni a nosotros mismos.
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El ser humano actual que tanto sabe sobre el modelo de vida feliz y saludable, vive haciendo lo contrario.
La única perfección que admite este mundo es la muerte.
Etiquetas: aforismo, muerte, perfección
La plenitud es aquello que rellena un poco del vacío infinito que rodea nuestro existir.
A medida que crece el sentido de lo irrepetible de la vida es cuando más se amplifica todo lo que se siente.
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Nos han desvalorizado al despojarnos de todo
cuanto quisimos en la primera edad.
Etiquetas: aforismo, despojar, desvalorización
Los seres libres nunca hacen caso a nadie por
eso su tremendo fracaso frente al mundo acordado.
Está bien invertir el poco de vida que tenemos
en algo que nos haga sentir su plenitud.
Somos un universo en movimiento donde todo cambio implica una desaparición previa a otro estado.
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Todas las palabras me parecen pocas para expresar lo sentido y lo insentido también.
Debemos andar solos el camino y cruzar el desierto, aunque con suerte podamos coincidir con alguna alucinación que comparta destino.
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Sentirse vulnerable es un mal asunto porque nos rompe la imagen de la inmortalidad.
Etiquetas: aforismo, inmortalidad, vulnerable
Podrá desaparecer aquello que amamos pero nunca el amor sentido hacia lo que quisimos.
Etiquetas: aforismo, amar, desaparecer, sentir
Esa mezcla rara de intelectualidad y decadencia a que nos somete la edad.
Etiquetas: aforismo, edad, intelectualidad
Existen cosas que solo pueden ser contadas desde una complicidad empática absoluta.
Etiquetas: aforismo, complicidad, empatía
Tras el ascenso al declive de la vida solo nos salva mantener una cierta dignidad.
Somos la conciencia de una materia organizada.
Etiquetas: aforismo, conciencia, materia
Desesperanza es buscar lo que ha desaparecido.
Etiquetas: aforismo, desaparecido, desesperanza
Como un pájaro desguarnecido que busca refugio en la tormenta, temeroso y solitario, tal es el transitar humano.
Etiquetas: aforismo, ser humano
El ser humano ha creado un modo de vivir turbio y autodestructor.
Etiquetas: aforismo, ser humano, vivir
Mi conciencia que morirá conmigo será solo conciencia en aquello que escribo.
Etiquetas: aforismo, conciencia, escribir
Dicen del amor que es la concordancia de dos personas cuyos sentimientos vibran al unísono.
Etiquetas: aforismo, amor, sentimientos
Siempre ando observando a esa persona que llevamos dentro y que vagabundea de un lugar a otro bailando, cantando, viviendo esas otras vidas que nadie conoce.
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La gente parece no darse cuenta de que su yo social está atrapado en un algoritmo.
—Señora Duras, para no creer en el amor, parece usted un corazón enamorado.
—El amor no es más que una ilusión y un
espejismo que nos hace ver lo que queremos ver. No hay amor, hay palabras y el
amor es una palabra más.
—¿Y cuál es su naturaleza?
—El verdadero amor nunca se desgasta. Cuanto
más se da, más se tiene. En el amor verdadero no hay espacio para el miedo ni
la duda. Es un sentimiento puro y sin condiciones. El amor verdadero no
necesita explicaciones ni justificaciones. Simplemente es.
—¿Qué es el amor?
—El amor es una fuerza indomable que nos
consume y nos libera al mismo tiempo. Es una forma de supervivencia, un
instinto básico que nos impulsa a seguir adelante. El amor es un lenguaje sin
palabras, un susurro del corazón que solo podemos entender a través de la
experiencia. Es un viaje sin fin, una búsqueda constante de la felicidad y la
plenitud.
—Me gusta oírla hablar.
—El amor es la única respuesta a todas las
preguntas, la fuerza que nos impulsa a seguir adelante incluso en los momentos
más oscuros. Es un río que fluye en todas las direcciones, sin restricciones ni
fronteras. Un eco perpetuo que resuena en cada latido de nuestro corazón.
—Siga, por favor, me deja anonadado.
—El amor es un regalo que se debe cuidar y
proteger, no una posesión que se puede controlar. El amor es un baile eterno en
el que dos almas se entrelazan y se complementan. La verdadera belleza del amor
radica en su capacidad para transformar y sanar incluso las heridas más
profundas.
—¿Qué requiere el amor?
—El amor es un acto de valentía, una elección
consciente de abrir nuestro corazón a la posibilidad de ser heridos. Y no se
mendiga ni se implora, se cultiva y se conquista con el tiempo y la dedicación.
—¿Y cómo lo dilucidamos?
—El amor es un laberinto en el que nos perdemos
y nos encontramos una y otra vez. No es un juego en el que se gana o se pierde, es un desafío en el que
se aprende y se crece.
—¿Y cuál es su verdad? La verdad del amor no
puede ocultarse, siempre se hace evidente en nuestras acciones y nuestras
palabras. El amor no tiene edad, es un sentimiento eterno que trasciende todas
las barreras temporales. No se puede medir ni cuantificar, es un regalo que se
vive en el presente y no por la cantidad de tiempo que pasamos juntos, sino por
la calidad de esos momentos.
—Cuánto sabe usted del amor, Marguerite.
—El amor no se busca, se encuentra en el lugar
y el momento más inesperados y no conoce límites ni condiciones, es un
sentimiento puro y desinteresado que nos eleva y nos transforma.
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Vivíamos muy asustados desde que nos explicaron
que llegaría el día del Juicio Final para hacernos un cuestionario sobre
nuestras vidas. Desde ese momento nos preguntábamos cómo sería estar haciendo
cola en el cielo y nos preocupaba que, con tanta gente la cosa iría para largo,
así que decidimos tener preparado un kit de supervivencia para pasar el rato.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
—Aquí, señora Kristóf, con el ruido monótono
que hacen las máquinas en la cadena de montaje de relojes, es difícil tener una
mente de escritor.
—Para escribir poemas, la fábrica está muy
bien. El trabajo es monótono, se puede pensar en otras cosas y las máquinas
tienen un ritmo regular que ayuda a contar los versos. En general, me contento
con escribir dentro de mi cabeza. Es más fácil. En la cabeza, todo se
desarrolla sin dificultad. Pero, en cuanto se escribe, los pensamientos se
transforman, se deforman, y todo se vuelve falso. A causa de las palabras.
—¿Se escribe contra todo y a pesar de todo?
—Escribir no es una profesión, es una vocación.
Una se hace escritora escribiendo con paciencia y obstinación, sin perder nunca
la fe en lo que se escribe. Hay que escribir, naturalmente. Luego, hay que
seguir escribiendo. Incluso cuando no le interese a nadie, incluso cuando
tenemos la impresión de que nunca interesará a nadie. Incluso cuando los
manuscritos se acumulan en los cajones y los olvidamos para escribir otros.
—¿La escritura es una herramienta de
autodescubrimiento y comprensión que permite procesar experiencias y saber
sobre la condición humana?
—Escribo para entender el mundo y a mí misma.
—¿Se escribe para amplificar las voces de aquellos
que a menudo son marginados o no escuchados?
—Escribir es una forma de dar voz a los que no
tienen voz.
—También de desafiar las normas sociales.
—Escribir es una lucha contra el silencio.
—Pero surgen dudas, interrogantes sobre el
absurdo de escribir, la mala conciencia por dejar de hacerlo y la consideración
de los demás sobre lo que uno hace.
—Incluso ahora, por la mañana, cuando la casa
se vacía y todos mis vecinos se van
a trabajar, tengo un poco de cargo de
conciencia por instalarme en la mesa de la
cocina a leer los diarios durante horas en vez
de… fregar los platos del día anterior, ir
de compras, lavar y planchar la ropa, hacer
mermeladas o pasteles… Y, ¡sobre todo!, en vez de escribir.
—¿Y al final qué hacemos?
—Realmente ya no quiero escribir más. A los
libros anteriores les fue bien. No quiero estropearlos con algo menos bueno.
—¿Y leer?
—Leo. Es como una enfermedad. Leo todo lo que
cae en mis manos, bajo los ojos: diarios, libros escolares, carteles, pedazos
de papel encontrados por la calle, recetas de cocina, libros infantiles.
Cualquier cosa impresa. Fue así como, muy joven, por casualidad y sin apenas
darme cuenta, contraje la incurable enfermedad de la lectura.
—¿Lo pasó mal entonces?
—Mi enfermedad de la lectura me traería sobre
todo reproches y desprecio: No hace nada. Se pasa el día leyendo. No sabe hacer
nada más. Es la tarea más pasiva de todas. Perezosa. Y, sobre todo, lee en vez
de… ¿en vez de qué? Hay miles de cosas más útiles, ¿no?
—¿La mentira forma parte del juego literario?
—Desconfío de la mentira de los sentimientos.
Si uno piensa, le resulta imposible amar la vida. Las palabras que definen los
sentimientos son muy vagas; es mejor evitarlas y atenerse a la descripción de
los objetos, de los seres humanos y de uno mismo, es decir, a la descripción
fiel de los hechos.
—¿Y la tristeza?
—Hay vidas que son más tristes que el más
triste de todos los libros. Por muy triste que sea un libro, nunca puede ser
tan triste como la vida.
Etiquetas: aforismo dialógico, Ágota Kristóf
Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»