Día 11
El día amanece teñido de azul vibrante y, como cada mañana, ejecuto el ritual de la sombrilla de playa. Clavo en la arena el tubo de hierro y la abro dispuesto a conquistar el paisaje milimetrado en píxeles de mayólica.
He ayudado a Xu Yueying a colocar las suyas y me ha expresado su gratitud con un: «¡Ay, las manos de un hombre!». Y en la frase he entendido que se refería a las manos que acarician, a las manos solidarias, a las que crean y levantan sus alas. No esas otras que golpean, a esas manos violentas y castigadoras, manos de verdugos sobre víctimas, torturadoras.
Al caer la tarde un vuelo de gansos en formación traza la geometría opalina del cielo. Se alejan y me alejo con ellos en la imaginación hacia el contorno del verano de polifonías calurosas. Un grupo de chiquillos lanza piedras que rebotan, dibujando ondas, sobre la superficie del agua salina, en gesto similar al que yo repetí hace tanto con el anhelo de que las piedras planearan sin hundirse hasta la infinitud.
Otro grupo de zagales llega renegrido desde los arrozales. Vienen heridos de una batalla de bolas barro a enjuagar su derrota. Ríen alegres como si la vida no pasara.
Vacaciones en el mar de China
11.8.19
Etiquetas: Xu Yueying
Vacaciones en el mar de China
10.8.19
Día 10
El viento de Poniente ha dibujado de escamas de peces la superficie de este mar de la China.
Wei Zifu, el tabernero, seca cada mañana sus tomates al sol. Calmo como una grulla, este hombre parece escuchar todas las confesiones de los parroquianos que acuden hasta su bodega. Nunca habla en voz alta y junto a cada consumición regala un poema. A mí me ha tocado uno que dice:
Abrir los ojos
y buscar, a ciegas,
el sentido de la luz.
Al anochecer un geco escucha el llanto de las luciérnagas mientras el paisaje y los pensamientos se tornan brunos.
Etiquetas: Wei Zifu
Vacaciones en el mar de China
9.8.19
Día 9
Escucho el canto de las libélulas y recuerdo aquel sonido familiar de otros veranos, ese sonar de las chicharras que, solitarias, en los campos de la infancia, recitaban juglarescas historias sin memoria. Entonces las fronteras se delineaban por trazos ambivalentes de fantasía e ingenuidad.
El océano era un pentagrama de líneas coloreadas donde se podían leer notas entusiasmadas y melodías de olas que interpretaban caballitos de mar cristalizados.
Nunca la vida ha vuelto a ser tan espléndida ni diáfana como entonces y ahora no hay ninguna respuesta bajo la bóveda de este cielo calmo y potenciador de tormentas.
La leyenda del pueblo aparece borrada y en sus calles no parece haber nadie más allá de las camisas de sus fantasmas oreándose al aire. Solo el crepitar de las estrellas rompe la mudez del momento.
Vacaciones en el mar de China
8.8.19
Día 8
El oleaje de las horas llena la orilla de ausencias. El mar del tiempo moja de recuerdos esmeraldas el rebalaje de la vida, la existencia líquida.
En tierra firme la gente se apresura a resolver sus pocos asuntos cotidianos.
Yu Xuanji hace tres días que se marchó a la capital.
Yu es una mujer ancestral que mueve hilos invisibles en la realidad de este lugar de veraneo.
Es capaz de tejer finalmente un bordado de relaciones encantadoras en su senectud, con delicado encaje y palabras amables, para todos los vecinos que pueblan el barrio. Su ausencia es el ojo enmudecido del sueño.
Ahora el crepúsculo cierra el día con escarchados juncos reflejados en el mar que ahonda su sentimiento de plenitud y de alejamiento.
Un geco me acompaña cada noche y caza mis pesadillas más atribuladas, esas que toman cuerpo en la encrucijada del ser humano actual. A veces, lame mis heridas y me acomoda en el sueño.
Vacaciones en el mar de China
7.8.19
Día 7
Los días de vacaciones parecen no tener fin porque sus cuerdas vocales vibran en tonos inusuales y su tempo es largo y soleado.
Al refrescar el día la gente se arremolina en grupos a lo largo del paseo marítimo. Las charlas se animan sobre temas variados y cotidianos.
Xu Yueying refiere como sus antepasados despertaron el pueblo con su esfuerzo de campesinos.
Xu habla de los años cuando la gente pasaba hambre, cuando amasaban pan para una semana y las hortalizas crecían con el esfuerzo de manos que las mimaban.
Arriba, los aldeanos de la montaña, celebran sus fiestas populares y los fuegos artificiales pintan con su colorido la oscuridad del Universo. Arreglados con ropas incandescentes, animan su vivir en estos oasis de alegría donde ofrendan a sus dioses por la fortuna de estar juntos y el disfrutar del aire que respiran.
Etiquetas: Xu, Xu Yueying
Vacaciones en el mar de China
6.8.19
Día 6
Nanshianjiao es un pequeño lugar en el mapa del mundo y un gran espacio en el corazón de las gentes que lo habitan generación tras generación, donde los vínculos de amistad, vecindad y sangre se entremezclan con el paso de los años.
Todo parece espontáneo y sencillo, aunque bajo esa pintura apacible y bondadosa existen vínculos ancestrales y secretos que contienen la génesis de este minúsculo pueblo.
A mitad de la tarde un banco de niebla ha inundado la playa y en él se podía leer una lista de cosas olvidadas como los primeros saludos y los besos callados. Son diálogos que el mar ha oxidado y nadie pronuncia por temor a enfermar de herrumbre.
La marina refresca los pensamientos y, por un momento, me siento aliviado de la opresión del mundo y de las algas que pueblan el deseo.
Etiquetas: Nanshianjiao
Vacaciones en el mar de China
5.8.19
Día 5
La muerte es desconcertante a veces. Su impacto no procura tristeza, ni dolor; solo perplejidad y absurdo. Obstruye la conciencia y abre un paisaje vacío que, al mirarlo, no ofrece detalles ni escenas. Es como una perspectiva sin punto de fuga.
Xu Yueying, una mujer viuda del vecindario, me aconseja que no me pierda la suelta de las linternas volantes. Simbolizan el dejar las preocupaciones y alejarlas de nosotros y su luz apunta el camino a seguir.
Sé que el viaje no está fuera y que la luz alumbra el interior como una llama oscura. La flama de este día la refresca un ocaso sin tristeza.
Etiquetas: Xu Yueying
Vacaciones en el mar de China
4.8.19
Día 4
Anoche unos amigos me invitaron al Festival de los Dragones Voladores, una fiesta de la música y la amistad. La música traspasa el alma y la amistad el corazón. La melodía del tiempo interpretó una partitura estelar que se quedó conmigo casi hasta la alborada. Muchos rostros desconocidos me saludaron con amabilidad envolviéndome en un ovillo de desahogos personales, como queriendo cautivar al extranjero que ha venido hasta aquí. Su tranquila cercanía asedió la muralla de mi timidez hasta derrumbarla.
La sonrisa prístina de la mañana ha sido la de Xue, la pescadera que me vende los peces asombrosos que atrapa Yuan. Me ha pesado el apetito y me ha ofrecido media docena de piezas. Compra siempre por debajo de tu avidez, me ha recomendado.
Vacaciones en el mar de China
3.8.19
Día 3
Me levanto y el aire es de un azul celestial, abajo el mar reflejo de ese cielo. En mi bolsillo aun guardo la premura que llegó conmigo.
En el trazo quebrado del horizonte Yuan, un lugareño que conocí la noche anterior, pesca con su balsa de bambú como cada amanecida. Espera extraer peces fabulosos de los que ya no existen en los océanos, porque imagina bajo la superficie, una realidad inversa. La verdad oficial para él no cuenta porque inventa adversidades, como la plaga de medusas que se materializa cada estío gracias a la propaganda del gobierno.
Pasa Li Ye, una mujer menuda de carácter fuerte, me regala una sonrisa y unos buenos días. Me siento en un sombrajo frente al mar y me pierdo en un cielo de pensamientos, mientras la brisa me cuchichea inconfesables confidencias.
Vacaciones en el mar de China
2.8.19
Día 2
El día amaneció jaspeado y yo con un murmullo de rutinas que aún no me he sacudido. Vinieron conmigo en la maleta de las equivocaciones y las traje sin querer.
He conocido a la joven vendedora de ajos Su Xiaoxiao. El color de sus ojos cambia según la luz del mar. Hoy sus destellos eran de un cobalto urgente. Cada cabeza de ajos que oferta tiene su historia. A mí me ha vendido una que narra su experiencia vital: la de una mujer que entrega siempre su corazón al hombre equivocado. Por eso su desdicha es profunda como el mar de China, pero no tiene riberas.
Al pasear por la playa he observado un grupo de jóvenes jugando a las cartas. Entre risas una zagala ha dicho: afortunada en el juego, desgraciada en amores. Me he acordado de Su Xiaoxiao, su sonrisa rota y sus noches de nadie.
Etiquetas: Su Xiaoxiao
Vacaciones en el mar de China
1.8.19
En mi primer paseo, he conocido a Qiang, un albañil de la antigua Gran Muralla, hombre de trato áspero, empeñado en contravenir cualquier trazado urbanístico que no se ajuste al canon de su amurallada mente.
Al atardecer miro un cielo filatélico donde aparecen pegadas algunas las estrellas mientras el mar respira.
La perspectiva del mundo cambia según el punto de fuga.
Etiquetas: Qiang
En la arena
31.7.19
Etiquetas: aforismo, circo, personajes
Obligaciones
30.7.19
Repeticiones
29.7.19
Etiquetas: aforismo, originalidad, único
Compras
28.7.19
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Repelentes
27.7.19
Etiquetas: citas, éxito, mérito, Víctor Hugo
Accesibles
26.7.19
Etiquetas: conocimiento, herramienta, historia, tecnología
Ocupas
25.7.19
Etiquetas: aforismo, distinciones, homenajes, premios
Pillamoscas
23.7.19
Atrapar el sentimiento poético es como pillar moscas al vuelo, donde hay que ser intuitivo y rápido de reflejos. La persona que lo intenta nunca está segura si ha agarrado al díptero y si abre la mano, para comprobarlo, el insecto escapa.
Etiquetas: aforismo, pillar, poética, voluntario