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26.7.19



Gozamos de grandes avances tecnológicos que nos hacen la vida más fácil y el conocimiento más asequible, pero a través de esas herramientas nos controlan y nos observan. Vivimos una libre esclavitud.



4 apostillas:

Albada Dos dijo...

El gran hermano, que está ahí, y es un peaje muy caro

Un abrazo

mailconraul dijo...

Ser dueños de nuestras libertades es aún más terrible.

Joselu dijo...

Recuerdo el optimismo que había hacia comienzos de siglo acerca del nuevo mundo que abría la tecnología lo que suponía una relación diferente del conocimiento, la idea de compartir, el saber colectivo, el aprendizaje en red. Los congresos de profesores estaban liderados por gurús que hablaban de un nuevo paradigma, la revolución post Gutenberg... hasta que de pronto despertamos y nos encontramos en un mundo que solo puede estar alumbrado por alguna pesadilla siniestra. Es como la distopía de Orwell pero más refinada y precisa. Somos transparentes, ya no hay ninguna dimensión humana misteriosa que no haya sido tipificada y clasificada. Creo que los únicos que se evaden de ello son los vagamundos, que van de un lado a otro y no tienen móvil. No tener nada, absolutamente nada, es la única forma de escapar del control absoluto que ejercen sobre nosotros. La dictadura de Franco y sus sistemas de espionaje y control eran ingenuos comparado con la que experimentamos ahora. Y no hay defensa. Creo que antes aún pensaba que yo tenía alguna dimensión prometeica; ahora advierto que todos somos peleles cosificados escaneados permanentemente por la inteligencia artificial. Esto ha pasado sin que nos diéramos cuenta y ya no hay vuelta atrás.

Joselu dijo...

...una relación diferente “con el” conocimiento (rectifico)