Retropropulsión

17.11.18



Declino, educadamente, una invitación para formar parte del jurado de un certamen literario. No me siento capaz de juzgar a nadie, a pesar de como lector puedo ser muy exigente. 

Entonces pienso en lo frustrante que puede ser para algunas personas que su creación no merezca un cierto crédito, un aliento y sea apartada hasta el limbo de la insignificancia. 

Ahora recuerdo episodios de frustración a los que me hube de enfrentar cuando, por el juicio de algunos lectores de mis escritos, esas obras eran condenadas y denigradas. 

Aunque al principio me quedaba un poco frío, a la larga el efecto que provocaba en mí, era como cuando tiras hacia atrás de la goma de un tirachinas para salir propulsado con más fuerza.

En la vida las contrariedades deben alimentar el empeño para seguir, con más brío, hacia adelante.



Transparentes

16.11.18



Al pasar por la puerta de un taller de tatuajes he sentido un deseo irrefrenable de entrar a hacerme uno. Ya dentro, le he pedido al grabador que me dibuje un verso en la frente. Eso sí, le he dicho que lo haga con tinta invisible. Al salir he tenido la sensación de que todo el mundo con quien me cruzaba me estaba leyendo el pensamiento.



La fotocopia

15.11.18



Esta tarde al pasar por una copistería he pensado que podía redondear el día. He entrado al establecimiento donde un hombre avezado en duplicar realidades me ha atendido con amabilidad. Le he pedido que si me podía hacer una fotocopia de la mañana luminosa y gentil que he vivido. Me ha dicho que eso era imposible. Tras darle las gracias me he marchado. 

Al salir he pensado que no se pueden plagiar los buenos momentos por mucha tecnología que tengamos a nuestro alcance. No hay calco de aquello que es irrepetible.



Fundamentaciones

14.11.18



La arquitectura ética que sostiene esta sociedad pivota en la falsedad y se cimenta en la ignominia.



Arqueología de las ideas

13.11.18



¿Hasta dónde escarbar para saber si una idea es prístina?



Peripatéticos

12.11.18



Es ridículo vivir sin darse cuenta, pero lo es aún más tener conciencia de ello y no haber vivido.



El corrector díptero

11.11.18



Una mosca zumbadora quiere comunicarse conmigo. Ha efectuado tres pasadas rápidas por mi oreja derecha, lo que quiere decir que me he comido un complemento directo en el primer párrafo. Después pasa dos veces delante de mis ojos, realizando un picado para hacerme ver la concordancia de polaridad que acabo de añadir al texto. Y así, sucesivamente, es capaz de corregirme cuanto escribo. Mientras pienso que será el espíritu de un lingüista aplicado fallecido, entiendo como una suerte tener una mosca doctorada en tipología lingüística, sin que me tenga que mosquear, claro.



Entregas

10.11.18



Cada noche, cuando este blog se actualiza, lejos de aquí, a unos doce mil kilómetros de distancia, a punto allí de abrirse la mañana, una persona para mí entrañable, lee estas letras. ¡Qué confusión de sentimientos al pensar en este prodigio humano! La noche agrieta su obscura cáscara para dejar salir la luz del día mientras mi día se hunde en el pantanoso sueño. 

Pienso en ella y en su familia y amigos, tan distantes y distintos a mí. Mares de arroz, campos marinos con peces de colores, sonrisas a flor de piel. La extraña lejanía de lo lejos.

En este vertido de palabras, molde de mi pensamiento, me expongo ante vuestros ojos para ser redimido por la lectura.

Es una exhortación del tiempo poseído e ido a la vez, que me complace dar a quien se quiera dar con su generosidad a él.



Tácticas

9.11.18



Hay personas que piensan que la mejor defensa es un buen ataque y cualquier acotación sobre sus actos lo interpretan como una agresión, zahiriendo a quien lo pronuncia. El nivel de comunicación verbal se eleva si la otra persona responde en la misma tesitura y queda bloqueado cualquier intento de entendimiento. A veces es mejor elevar el silencio a categoría de parlamento para calmar tanta agresividad.



Palabras como puños

8.11.18



Cuando era niño me defendía con las palabras. Recuerdo a mis mayores reprocharme: «tienes la lengua muy larga». En la infancia de los juegos hay también un territorio hostil, hasta cruel, que es esa otra cara de la niñez, opuesta a la amistosa, juguetona y afable. Afortunadamente a esa edad inocente la capacidad de reparar heridas es rápida. 

Escribo desde que tengo uso de razón y eso es desde la adolescencia cuando, espoleado por los profesores de Literatura, comencé a ensayar los primerizos y ridículos versos de amor, impulsados por la turbulencia del incomprensible enamoramiento. Frente a otros chicos más ágiles, más fuertes o más descarados, entendí, ante un mundo de peleas y liderazgos infantiles que mi ‘puños’ eran las palabras y que toda mi fortaleza estaba, ante la hostilidad del mundo, en las palabras. 

Ellas me han enredado siempre implicadas en lo que sentí y con ellas, ahora, doy guantadas al aire de la adversidad y puñetazos a las hostilidades. Con ellas me defiendo del mundo y de mí.



Ángulo muerto

7.11.18



El insomnio permite ver iluminados los sueños y ver su luz que es toda oscura.



Figurantes

6.11.18



Marco un número de teléfono para solicitar un servicio que me urge realizar. Al otro lado una voz me responde que me he equivocado. Con tono arrisco me reprocha que por qué he llamado allí. Le respondo que es el número que me han dado. Parece molesta con la explicación que le doy, a pesar de pedir disculpas. Pienso que es alguien que está en un segundo plano al problema a resolver y termino la conversación para tratar de encontrar una solución. En la película de la vida hay personajes secundarios a los que no hay que prestar mucha atención, aunque quieran ser protagonistas, más que nada porque no ayudan a resolver la trama.



Mundo global

5.11.18



Cuando entré al establecimiento me recibió una sonrisa oriental y una mirada rasgada. Pensé, entonces, en la cultura milenaria que ha envuelto su pueblo: los dragones de la sabiduría, las tortugas de la longevidad, la interminable muralla, la poesía china. El ying y el yang. 

Ella apenas se fijó en mi presencia mientras se reía viendo un programa chino de telebasura que observaba en un soporte tecnológico. 

El mundo se ha vuelto proverbialmente indolente y culturalmente uniforme.



Encogimientos

4.11.18



Leyó en un libro que la gente mayor menguaba por cada susto se les daba. Así que comenzó a asustar a mamá hasta que ella se fue haciendo pequeñita mientras él crecía. Hasta que llegó el día que su hijo comenzó a asustarlo a él y comprendió el poder menguante que confiere el miedo.




Construcciones

3.11.18



Si con la palabra trazas el plano de lo que dices ser, son tus actos quienes lo edifican.



Nesciencias

2.11.18



Hay personas que siempre están enfadas contra algo o contra alguien, para ellas la alegría es un estado de ignorancia.



Dedicatorias

1.11.18



Encuentro una anotación manuscrita en la portadilla de un libro de segunda mano: «Regalo de Teresa por mi 35 cumpleaños». Una nube de interrogantes se agolpa en mi mente tras su lectura. ¿Teresa no sabía escribir? ¿No tuvo el detalle de ponerle unas palabras? ¿Era su amante, una buena amiga, su pareja de siempre que lo abandonó? ¿Tuvo que auto dedicarse el libro porque Teresa era muy despistada? No tengo una respuesta cierta, pero la cita me deja un cierto perfume de soledad y tristeza.



Cuentos modernos

31.10.18



En esta sociedad son los padres quienes encarnan a Peter Pan, arrastrando ese complejo son quienes ahora no quieren ver a sus hijos crecer.



Casimiro

30.10.18



Cada mañana, al levantarse, se saluda inversamente en el espejo porque ese otro yo que tiene el corazón al otro lado, es el mejor interlocutor que tiene. Con él ejercita las primeras palabras, esas que serán cruciales en las primeras circunstancias de la jornada, el «buenos-días», «cómo-está-usted-esta-mañana», «hoy parece que no va a hacer buen tiempo». Lo hace desde que hace unos años le ocurrió que, tras un monólogo interior de muchas horas, cuando abrió la boca para saludar, se le cayeron las palabras al suelo, por pura pereza de las mismas o porque aún no se habían despertado. Y, por eso, para que no le vuelva a ocurrir lo mismo, desde que abre los ojos parlamenta hasta con su sombra.



Últimas escenas

29.10.18



«No quiero sufrir más», me confesaba una persona hace unos días enferma de riñón, con innumerables sesiones de diálisis, viuda desde hace dos años, desalojada de la vivienda que habita y con escasos recursos económicos para encontrar dónde alojarse. 

Ese «no quiero sufrir más», no es el anuncio de quien desea morir, es la petición de quien se prepara para adentrarse, tranquilamente, en ese horizonte que pone ocaso a la existencia. Porque en muchos casos morir será eso, la búsqueda de un tiempo placentero que dé descanso al bregar de la vida.