Figuraciones

6.8.14



Ante su propio espejismo decidió ser sólo una ilusión.



El frasco

5.8.14



Enfrascado en sus pensamientos quedó atrapado en una idea.



Apariciones

4.8.14



Los fantasmas de aquel escritor eran libros escritos espantosamente.



Conversión

3.8.14



Se hizo creyente sólo para poder cometer actos impuros.




El inventor

2.8.14



Encontró el antídoto contra la muerte pero fue peor el remedio que la enfermedad.



El peregrino

1.8.14



Apenas atravesó el pórtico del templo y puso pie en su destino final entendió que ahora comenzaba su auténtico viaje.



Nota del autor.- Hoy primero de agosto, fecha elegida para abrir una brecha en este blog y, como en años anteriores, publicar someros micro cuentos. Y qué mejor que 'el cuento del verano' para escribir algunas postales de estío con destino a vosotros, mis lectores.

Plexo

31.7.14



La ‘red’ tiene un razonable parecido con un conjunto de filamentos nerviosos o vasculares entrelazados. Formamos parte de un organismo del que no tenemos conciencia. El día que enferme notaremos cuál es nuestra afección.



Democracia

30.7.14



¿La democracia funciona mejor en sociedades cohesionadas y con valores comunes?



Indiferencias

29.7.14



—Estamos cambiando tiempo por dinero.
—El tiempo es el único recurso del cual pueden disponer gratuitamente los que viven en el escalón más bajo de la sociedad.
—Ante esa racanería para disponer de tiempo me pregunto si la rutina no en una estrategia para economizar el tiempo.
—La rutina puede degradar, pero también puede proteger; puede descomponer el trabajo, pero también componer una vida.
—Es difícil encajar eso en una sociedad disuelta en la instantaneidad.
—Lo que hoy tiene de particular la incertidumbre es que existe sin la amenaza de un desastre histórico; y en cambio, está integrada en las prácticas cotidianas de un capitalismo vigoroso (…). La consigna “nada a largo plazo” desorienta la acción planificada, disuelve los vínculos de confianza y compromiso y separa la voluntad del comportamiento.
—En cambio lo rutinario no tiene buena prensa.
—La repugnancia a la rutina burocrática y la búsqueda de la flexibilidad han producido nuevas estructuras de poder y control en lugar de crear las condiciones de liberación.
—Y qué lectura hacer.
—Desde el punto de vista operacional, todo es perfectamente claro; desde el punto de vista emocional, en cambio, terriblemente ilegible.
—¿Y ahí radica el desastre?
—La cultura moderna del riesgo se caracteriza porque no moverse es sinónimo de fracaso, y la estabilidad parece casi una muerte en vida. Por lo tanto, el destino importa menos que el acto de partir. Inmensas fuerzas económicas y sociales dan forma a la insistencia de marcharse; el desorden de las instituciones, el sistema de producción flexible, realidades materiales que se hacen a la mar.
—¿Nos necesitan, señor Sennett?
—¿Quién me necesita? Es una cuestión de carácter que sufre un cambio radical en el capitalismo moderno. El sistema irradia indiferencia.


Descorazonados

28.7.14



El sueño no es premonición, es sentimiento de presente.



Robinsones

27.7.14



Estuvo tanto tiempo solo que terminó por establecer amistad consigo mismo.


Cuentacuentos

26.7.14



Daniel Kahneman opina que «somos incapaces de desentrañar la complejidad del mundo, así que nos contamos un cuento simplificador para poder decidir y reducir la ansiedad que nos crea que sea incomprensible e imprevisible». La suerte que tienen los simples es no tener que descifrar nada.



Succionados

25.7.14



El «mañana sin hoy» que proclamaba el poeta Sosicles tiene en el arrobamiento digital de este ahora su esencia y su causa.



En línea

24.7.14



La tecnología ha desdoblado la realidad cotidiana. La intermitencia con el mundo ‘online’ nos enciende y nos apaga del lugar donde estamos. El soy y estoy en presentes distantes. Desconectamos nuestra mente de estar en un aquí para estar en un allí.



Tecnificados

23.7.14



¿Es el teléfono móvil el nuevo dios personal?



Pensar de nuevo

22.7.14



—Los libros y las prostitutas entrecruzan el tiempo. Dominan la noche como el día y el día como la noche.
—Esa encrucijada temporal nos marca a todos en la lectura de la realidad.
—Alguien que se cree abandonado está leyendo, y le duele que la página que quiere pasar esté cortada, que ya ni siquiera ella lo necesite.
—A propósito de esa página rota, son pasajes que quisiéramos hacer desaparecer.
—Nos hemos vuelto pobres. Hemos ido perdiendo uno tras otro pedazos de la herencia de la humanidad; a menudo hemos tenido que empeñarlos en la casa de préstamos por la centésima parte de su valor, a cambio de la calderilla de lo «actual». Nos espera a la puerta la crisis económica, y tras ella una sombra, la próxima guerra. Aguantar hoy se ha convertido en cosa de unos pocos poderosos, que Dios sabe que son más humanos que la mayoría; suelen ser más bárbaros, pero no en la buena forma. Y los otros tienen que arreglárselas, una vez más, con poco. Recurren a los hombres que han hecho su causa de lo completamente nuevo y que, además, lo basan en el conocimiento y la renuncia. En sus edificios, sus cuadros y sus historias, la humanidad se prepara para sobrevivir a la cultura, si es que esto le fuera necesario. Y lo más importante es que lo hace riendo. Y tal vez esa risa pueda sonar bárbara en uno y otro sitio. Bueno. El individuo puede ceder a veces un poco de humanidad a esa masa que, un día, se la devolverá con intereses.
—Señor Benjamin, a veces es difícil ese reconocimiento.
—La tradición de los oprimidos nos enseña que la regla es el «estado de excepción» en el que vivimos.
—Y para remediarlo qué se puede aplicar.
—En la improvisación reside la fuerza. Todos los golpes decisivos habrán de asestarse como sin querer.




Sacudida

21.7.14



En el temblor, no en la duda, es donde nos sabemos chispa iluminadora de la oscuridad.



Narratología

20.7.14



El planteamiento le provocó tal nudo que ahogó el desenlace.



Atemorizados

19.7.14



Walter Benjamin decía que «ser feliz significa poder percibirse a sí mismo sin temor». Somos la amenaza constante que nos acecha.



Filosofías

18.7.14



Pepe, ‘el macho’—nunca supe el porqué del apodo—, nos visitaba de tarde en tarde. Era un compañero de trabajo a quien mi padre tenía especial aprecio, supongo que por su honestidad. Dicharachero y alegre, un cáncer se lo llevó con treinta y pocos años. Su imagen, con el pasar del tiempo, se me ha ido diluyendo y casi me borró su rostro, pero aún recuerdo algo que solía repetir: «No creo en cosas extraordinarias o trascendentes como el más allá o los seres divinos. Las cosas cotidianas, por sí mismas, ya me parecen una maravilla». Aquello tan enigmático para mi mente infantil entonces, es hoy un corolario desde el que leo mi vida.