En el mundo los ‘blogs’ producen a diario 900.000 ‘post’, el equivalente a la información que puede publicar en 19 años el periódico The New York Times. Además Facebook registra todos los días 700.000 nuevos usuarios (semejante a la población de Bahréin) y actualiza 45 millones de veces su estado frente a los 5 millones de 'tweets' que aparecen en Twitter, mientras en Flirk son publicadas 3 millones de imágenes nuevas cada día. Además 210 mil millones de 'emails' cruzan la red y 43 millones de gigabytes circulan, diariamente, por los teléfonos móviles de todo el planeta. Es una información reflejada en ‘Online Education’.
Ahí no
14.1.10
En el mundo los ‘blogs’ producen a diario 900.000 ‘post’, el equivalente a la información que puede publicar en 19 años el periódico The New York Times. Además Facebook registra todos los días 700.000 nuevos usuarios (semejante a la población de Bahréin) y actualiza 45 millones de veces su estado frente a los 5 millones de 'tweets' que aparecen en Twitter, mientras en Flirk son publicadas 3 millones de imágenes nuevas cada día. Además 210 mil millones de 'emails' cruzan la red y 43 millones de gigabytes circulan, diariamente, por los teléfonos móviles de todo el planeta. Es una información reflejada en ‘Online Education’.
Ante esta oleada creativa y superabundante de información hay que preguntarse dónde quedan las viejas reglas del negocio del periodismo y los intocables derechos de autor. No donde los quieren dejar ahora, ahí no.
No, no, no
12.1.10
—No te vi.
—¿No me viste?
—No vine a cenar.
—¿No? ¿por qué?
—No lo sé.
—No sabrás.
—¿No sabré si estarás?
—No estaré.
—¿No? No siempre fue así.
—No, no lo fue. Yo nunca lo dudé.
—No dudé.
—¿No?
—No sé lo que pasó.
—No pasó, el tiempo no pasó.
—No, padre, no.
—Pasé yo.
No
11.1.10
El filósofo galo, Albert Camus, se preguntaba «¿Qué es un rebelde? Un hombre que dice no.», terminaba por responder. La negación aparece en los primeros balbuceos de la infancia, más que por rebeldía para aprender dónde están los límites. El bebé dice no y se niega a aceptar su demarcación.
Declaración de finales
10.1.10
Llegó el juez y dijo: «que se levanten los condenados a muerte». Y toda la humanidad se puso en pie.
Etiquetas: cuentos diminutos
Necrosis dimensional
9.1.10
La realidad ha perdido credibilidad. Ayudan los dogmas informativos, las mentiras aceptadas, la perversión del discurso oficial, el enmascaramiento de las emociones y el paroxismo del consumo.
Miedos infantiles
8.1.10
Una de las mayores turbaciones de la estación de mi niñez fue el terror a las bombas. Lo fue desde el día que oí la narración sobre las que cayeron en las ciudades japonesas de Hiroshima y Nagasaki.
Me dio por pensar en cada víctima de un desastre semejante y en ser yo una víctima más de un percance de tal magnitud, algo que me impediría ir a la escuela, desayunar churros los domingos y bañarme en la playa. Y, sobre todo, jugar largas tardes con los niños del barrio.
Me horrorizaba imaginar que una bomba sin más, caída del cielo, podría borrar las calles por donde pasaba y jugaba al escondite, el viejo cine de emocionantes películas y aquel vetusto caserón donde los niños guardábamos secretos.
Me sentía desconsolado por suponer que personas como el abuelo Juan, apenas ya sin vista, que nos contaba historias incomprensibles apoyado en su cayado se desintegrara sin más, igual que la tía Emilia y sus dulces.
Sentía tristeza por los perros realengos que nos seguían a todas partes, incluso por Ricardito, aquel malvado niño que se cruzaba en mi camino para impedir mi vuelta a casa.
Una bomba atómica caída del cielo era un desastre de tal magnitud que me impediría, nunca más, volver merendar carne de membrillo.
Confusión
7.1.10
Puede que sea una ingenuidad más o tan sólo una torpeza. En estos casos me da por recordar aquello de que las barricadas siempre se alzan en nombre de la burguesía y que las revoluciones lo cambian todo para que todo siga como estaba bajo otro aspecto. A pesar de ello no puedo evitar embarcarme en una nueva aventura que terminará, vaticinó, en desastroso final igual que tantas otras.
El gobierno español ha vuelto a dar una vuelta de tuerca más en el tema de Internet, maquilla a la fiera una y otra vez para que los internautas vean que es mansa y que puede pasar.
No, no hay que dejarla pasar. Los tiempos imponen nuevos modelos de negocio cultural, que sea menos negocio y más cultural. Nuevas fórmulas de percibir ingresos de manera ajustada a la calidad del producto y no para enriquecer a las élites culturales. Internet, en su actual formato, supone una bocanada de aire fresco para muchos ciudadanos porque les otorga herramientas y productos culturales a los que acceden sin un coste desorbitado. A mayor conocimiento más amplia libertad mental.
Las leyes que se quieren aplicar confunden un hecho cultural con un soporte, un bien único con un bien general. Un hecho que se debe denunciar y, si se quiere, contra él clamar.
Diálogo no autorizado
5.1.10
—Quiero dejar de ser yo —pronunció en tono hastiado.
—Mire vuestra merced bien lo que dice, y mejor lo que hace.
—Estoy cansado y afligido de ser quien soy.
—Viera vuestra merced quién es y no estuviera contento —le replicó.
—Quiero montar tu rucio y tener tus entendimiento y despojarme destos vestidos.
—A qué ese repentino deseo después de tantos días subido en cabalgadura de paso más llano.
—Por eso mesmo porque cuanto más cabalgo más harto me veo deste papel que me han señalado.
—No puede mi señor desbaratar la obra después de varios siglos.
—Déjame montar en tu rucio y vestir tus ropajes —insistió.
—Es un disparate lo sepa vuestra merced porque antes que vuestra merced se muera estaré yo mascando barro.
—No me cuentan y cuentas de mí como loco de atar, entonces qué importa una finalmente.
Riente
4.1.10
Si me río por no llorar es porque Jean de la Bruyère dejó escrito: «Hay que reír antes de ser feliz, por temor a morir sin haber reído». Y lo hago sin motivo y en dirección hacia mí mismo, temeroso a que me quede sin fuerzas para reírme de ser feliz.
Embebimiento
3.1.10
Le pidió un ratito de ternura sensual. Ella lo abrazó entre sus pechos y él desapareció.
Etiquetas: cuentos diminutos
Esponjas e impermeables
2.1.10
Los niños son como esponjas que todo lo absorben. Los adultos como impermeables donde pocas cosas calan. Un adulto esponja y un niño impermeable pervierten la sucesión del mundo, aunque no estaría de más activar esa clave en algunos momentos.
Año nuevo, viejas ilusiones
1.1.10
Pasar por aquella madeja de calles al salir de la escuela tenía su gratificación, a pesar de llegar a casa casi con la anochecida. En una de esas angostas callejuelas se escondía una imprenta que, para fortuna de mi estatura de niño, estaba casi un metro por debajo del nivel del callejón. Cada tarde pasaba largos ratos parado en el umbral de la puerta mientras observaba, atónito, el concierto de las máquinas de sincronizados movimientos. Miraba con asombro el trasiego de los tipógrafos que corregían las pruebas embadurnados de tinta mientras me impregnaba de ese olor a resina y aceite, a barniz y cera, que desprendía el local. Era tan prodigioso ver como las palabras invadían la albura del papel, una y otra vez, bajo aquel sonido interminable: chaf-chaf, chaf-chaf. Un ruido semejante al paso de los días, ahora que comienza un nuevo año con jornadas en blanco dispuestas a dejarse impresionar por los vocablos de nuestra identidad.
Espíritu blog
31.12.09
Un blog es una locura, un disparate incontinente en los márgenes convencionales de la comunicación y la creatividad. Igual permite escribir algo sugestivo que la mayor majadería que pase por la cabeza de quien lo edita. Experimentas el vértigo de lo insondable en la información y un hastío insoportable cuando no sabes qué publicar. He ahí su grandeza y su miseria. Hay contenidos realizados con honradez y otros con delicia, que superan en calidad a otras tantas producciones culturales de abultado presupuesto. Si algo he aprendido en este lustro de blog, ha sido descubrir que hay gente desprendida que te brinda su tiempo y paciencia para leer estos textos.
Llamadas
29.12.09
Cogió el móvil y marcó un número. Mientras un café humeante la esperaba.
—Hola, he aprobado.
…
—Sí, estoy muy contenta.
…
—Gracias, adiós.
…
—Adiós.
Puso el teléfono sobre la mesa. Hizo una pausa de unos segundos y volvió a marcar.
—Hola, he aprobado.
…
—Sí, estoy muy contenta.
…
—Gracias, adiós.
…
—Adiós.
Tomó un sorbo de café. Los ojos le brillaron. Marcó otra vez.
—Hola, he aprobado.
…
—Sí, estoy muy contenta.
…
—Gracias, adiós.
…
—Adiós.
Apuró su desayuno y miró para saber que nadie la observaba. Llamó de nuevo.
—Hola, he aprobado.
…
—Sí, estoy muy contenta.
…
—Gracias, adiós.
…
—Adiós.
Piras
28.12.09
Si hacemos caso a Octavio Paz «la poesía debe ser un poco seca para que arda bien, y de este modo iluminarnos y calentarnos». Ahora que es invierno hagamos una buena fogata de versos que caliente el sórdido tiempo de la frustración humana.
Cuento apócrifo de Navidad
27.12.09
La niña de los fósforos encendió una a una todas sus ilusiones hasta agotarlas y se volvió escéptica. Al final se levantó del suelo y reclamó las condiciones a una vida digna y el reparto por derechos de autor de Hans Christian Andersen.
Etiquetas: cuentos diminutos
Menos es más
26.12.09
La humildad potencia las virtudes de quien la ejercita; el orgullo y la vanidad, en cambio, apocopan cualquier talento.
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