Espíritu blog

31.12.09



Un blog es una locura, un disparate incontinente en los márgenes convencionales de la comunicación y la creatividad. Igual permite escribir algo sugestivo que la mayor majadería que pase por la cabeza de quien lo edita. Experimentas el vértigo de lo insondable en la información y un hastío insoportable cuando no sabes qué publicar. He ahí su grandeza y su miseria. Hay contenidos realizados con honradez y otros con delicia, que superan en calidad a otras tantas producciones culturales de abultado presupuesto. Si algo he aprendido en este lustro de blog, ha sido descubrir que hay gente desprendida que te brinda su tiempo y paciencia para leer estos textos.

10 apostillas:

Emilio Calvo de Mora dijo...

Anoche mi amigo K. me aconsejó que dejara el blog. Sostuvo la infame teoría que usaba el poeta Rainer María Rilke para su poesía y quién sabe si para su vida: eso de que todo a lo que se entregaba se hacía rico, quedando él pobre. Mi pobreza es circunstancial, en todo caso. La riqueza del blog, una amabilidad semántica de K., que me aprecia después de tantos años soportándonos y consultando el oráculo diario de la amistad por ver si encontramos algo nuevo. Contra pronóstico, el tiempo juega siempre a favor. Cuanto más días acumula el contador de entradas, ese chivato de las estadísticas que me dice que han ingresado en el blog más o menos transeúntes casuales que ayer y que alguno, oh fatum, ha permanecido en un post lo suficiente como para leerlo, más apego siento por la ocurrencia de inventar este rincón. Me puede pasar como a un buen amigo (bloguero, inevitablemente en este caso) que cerró el kiosko al sentirse abrumado por la necesidad de escribir. Como la bestia que precisa carne todos los días. Como la novia ninfómana que nunca tuvimos del todo.
A K. le confío mis cuitas porque se pringa: hay que premiar al tozudo, aunque lo que nos revele termine por molestarnos. Él escribe unas cositas sueltas en una moleskine doméstica que guarda en su chaquetón de invierno y que, en verano, olvida en casa y la desatiende casi por completo. Así no se pueden hacer las cosas, le suelto mientras apuramos un café en un bar. Llueve en Lucena obstinadamente. Literatura de Navidad, apuntes sentimentales a pie de cerrar un año muy bueno en muchas cosas y nefasto, por supuesto, en otras. Letras heridas por el frío tuteladas en el forro de tela de marca. Recuerdo cuando empecé a escribir: recuerdo sobre todo la distancia entre el pudor y el deseo de liberar algún tipo de dolor que me oprimía el pecho. Venció la liberación de toda posible toxina. El pudor no existe, K. El blog es un campo nudista, en ese sentido: una especie de territorio libre de abrigos en el que es posible mostrar todas las miserias de nuestra caligrafía y, quién sabe, algún posible brinco del genio creativo que todos llevamos dentro. Rilke murió paupérrimo y eso que la poesía no es un género al que se entreguen toneladas de material confesable. En un blog cabe de todo y caso de que tuviésemos todo el tiempo del mundo podríamos dedicarnos en exclusiva a facturar entradas y a contar el ritmo de la respiración de los pájaros que se posan en el alféizar de mi ventana, a renombrar la dicha. Esta tarde la dicha se llama Charlie Parker: Charlie Parker otra vez. Charlie Parker with Strings. No sé si ya estaba muy tocado, pero sopla como un ángel bendito.
Este Rilke dio con la frase favorita de K. O fue al revés. Nunca encuentra quien escribe mejor pasión que la retorcer las palabras y encontrar en el envés de ese agravio el zumo exacto de su significado. Ahí andamos. En la franquicia del tedio, en el júbilo, en la concurrencia divina de algunos azares que posibilitan que llame un amigo justo cuando más lo echábamos en falta o que la realidad no nos aturda en exceso. Suele hacerlo. Suele noquearnos a gusto con la certidumbre de que no podemos librarnos de ella. Volvemos, incautos, a la plaza de armas. A la disciplina de las horas. En esa disciplina estamos todos. Hoy, desgraciadamente, ha muerto la madre de un buen amigo y el día, que ya era gris y turbio, roto en lluvia, se me ha puesto imposible.

Escribí esto hace pocos días, Francisco. Tú lo has contado de parecida manera, en menos espacio, más adrede. Un abrazo. Feliz salida/entrada de año. Sé bueno. Disfruta lo que puedas.

Juan Navarro dijo...

Un blog y una verdulería se parecen en todo y sólo se diferencian en dos cosas: no hay diferencia entre el patán y el filósofo en la cola del verdulero, y el verdulero no intenta vender lechugas en el blog.

Marta Domínguez Senra dijo...

Hay quien ve, sobre todo desde fuera, lo de los blogs como una pérdida de tiempo. Eso como si poseyéramos otra cosa.
Feliz año y un beso.

ar dijo...

Me sorprende a mí más que haya gente desprendida que escriba estos textos en el blog a cambio de nada, que el que algunos gastemos nuestro tiempo leyendolos

Joselu dijo...

La cultura bloguer es un hito en la historia de la humanidad. Yo cuando tenía dieciséis años era director de una modesta revista de un club juvenil llamado Virgen del Carmen. La revista se llamaba "Nosotros" y se mantuvo durante casi veinte números. La hacíamos a ciclostil y la portada estaba hecha a fotocopia (eran recientes y novedad tecnológica). Abordé aquella etapa con pasión. Mi ilusión durante muchso años fue la de llegar a ser periodista. Me equivoqué y me dediqué a ser profesor. Ya no tiene solución, pero participar en el mundo de los blogs me hace producir dopamina y abundantes endorfinas. Es uno delos placeres de mi vida. Y encontrar amigos que complementan y enriquecen mis puntos de vista así como conocer sus reflexiones, su forma de ser, su sensibilidad es una de las mayores oportunidades de acceso al conocimiento que conozco. Antes llevaba un diario personal, pero el blog lo sustituye con ventaja. Mi blog es la continuación de aquella vocación periodística que no llegué a desarrollar y mi vocación apasionada de diarista que he dejado aparcada. En la blogosfera hay auténticas genialidades (también mucho ruido y hojarasca, claro está) pero pienso que todo el mundo intenta sacar lo mejor de sí mismo para mostrárselo a los demás. Soy irremediablemente y apasionadamente blogger. Un cordial saludo.

Anónimo dijo...

¡Hola!
Nosotros hemos descubierto, en los blogs, un mundo nuevo, a veces encantador y a veces cruel.
En la red uno se encuentra con todo tipo de gente que escribe también de diversas maneras. Nos quedamos y abrazamos a aquellas almas que destilan amor, son muchas afortunadamente. Basta leerlos una vez, para darse cuenta que no tienen maldad, que no están para hacer daño.
Tú eres uno de ellos, por eso estamos aquí. Eres un alma amiga y eso se percibe al momento.
¡Abrazos y muy feliz 2010!

Juan Poz dijo...

Dimas Mas escribió este poema en su poemario "Provincia mayor (1936-1939), y aunque sólo sea por que eres tocayo del gran Francisco, creo que puedo "robárselo" -está colgado en Badosa.com- para dedicártelo, así como lo mejor para el año entrante.


PROVINCIA MAYOR QUE EL MUNDO
soy, Francisco, y se estremecen
mis fronteras al saberse
adarves de tan poca tierra
y tierra de tan parco fruto.
Yermo soy de sola una hierba
sedienta que extiende
sus raíces hacia la vena
del corazón y alimenta
en mi sangre indefensa
el verdor de la muerte.
Provincia vencida del tiempo
soy, Francisco, sí,
y desierto que se desmorona
como en un reloj la arena
levantando la tumba de su hora.


Entrar y salir de este blog, querido Francisco, se ha convertido, salvo ausencias obligadas, en una necesidad cotidiana.Gracias por mantenerlo y mantenernos...

marichuy dijo...

Creo que hemos aprendido lo mismo: con sus altas y sus bajas, bloguear puede ser muy enriquecedor.

Saludos y buen 2010

Erne dijo...

El blog nos ha dado a todos la oportunidad de expresarnos, de opinar, de autoanalizarnos, de subirnos la autoestima ...
La alegría de que , aunque no valga un pimiento, alguien, alguna vez. entre y te salude..
La suerte de encontrar algunos en los que verdaderamente se disfruta y se aprende .

Me encanta el mundo del blog.

Gracias a mi blog he llegado a este.
Saludos.

Adolfo González dijo...

El tuyo está muy bien.