Agorafilia

9.3.07




Si a la sensación morbosa de angustia o miedo ante los espacios despejados, como las plazas o las avenidas, se le denomina agorafobia, a lo contrario se le debería designar agorafilia.
Conozco a un tipo que dice sentirse bien en los grandes espacios vacíos de gente. Me explica que es una sensación como de recogimiento sentarse en las gradas de un estadio vacío donde parece distinguirse el eco de las voces que lo habitaron. Caminar por las calles de la ciudad vacía. Cambiarse solitario en el vestuario de una instalación deportiva. Deambular una mañana por un cementerio sin encontrar a nadie. Visitar un teatro o una sala de cine en su inacción. «En el silencio pareces percibir como rumor lejano de seres aquiescentes», me dice.
Lo curioso es que cuando me paro a pensar en ello, por momentos, ese tipo se parece a mí.

La mujer de Lot

8.3.07


«Dios nunca ha querido que miremos con curiosidad las cosas del mundo. Ya castigó a la díscola Lilith y a Eva la expulsó del Paraíso por su hambre de conocimientos».

Simulacros

7.3.07




«El escándalo, en nuestros días, no consiste en atentar contra los valores morales, sino contra el principio de realidad», escribió Jean Baudrillard. Sólo, entonces, desde la impostura se sabe de la verdadera simulación que es la vida.



Según la publicidad...

6.3.07




Los maridos roncan
Los bancos son nuestros amigos porque nos escuchan y nos ayudan
Los coches nos dan una filosofía de vida
A las mujeres les preocupa el blanco de la ropa
Los jóvenes son siempre divertidos
Un motivo importante para vivir es ver el fútbol
La familia ideal se compone de cuatro miembros todos felices en torno a una mesa



Criaderos de perlas

5.3.07


Hay quien compara al corazón con las capas de la cebolla que se superponen según la historia de sus sentimientos. Sin ir más lejos yo hice un símil en este mismo blog con la Dendrocronología. Pero hay quien señala que es más válida la analogía con el nácar donde un cuerpo extraño atrapado en el interior del molusco, es cubierto, lentamente, con una mezcla de cristales de carbonato de calcio y una proteína llamada conchiolina, hasta formar un corazón con las diversas capas del nácar. Me pregunto,entonces, si no ocurre igual con quien amamos: ese extraño a quien el corazón atrapa y cubre con la costumbre del amor.



Estigma

4.3.07




«En la jungla social de la existencia humana uno no puede sentirse vivo si no retiene un sentimiento de identidad», escribió Erik Erikson. Será por eso que, cada vez más, parecemos una marca publicitaria.



Paseo lunar

3.3.07


El primer hombre que pisó la luna trajo las suelas de sus zapatos manchadas de queso.

Privilegios

2.3.07




Hay quien habla de subgénero literario a la hora de referirse a las bitácoras y quizás esté en lo cierto.

Los escritores de ‘blogs’ somos unos privilegiados. Mantener una escritura instantánea con el mundo y obtener de inmediato una respuesta, es una gracia por la que muchos grandes autores de la literatura hubieran pagado un buen precio.

Un ‘blog’ es como un organismo vivo que se regenera por momentos y puede reescribirse por instantes.

Todo esto pasará hasta que la idea de crear la Real Academia de Bitácoras y Blogs se le ocurra a alguien.



Momento angular

1.3.07




Dado que la felicidad no existe como tal mientras cohabite con el sufrimiento, la vida recompensa su existencia en la suma de momentos angulares de alegría y entusiasmo.



Anhelo

28.2.07




Un día me confesó como si hiciera balance de su existencia: «No deseo mayor fortuna en esta vida que recuperar algún día de los que he vivido y ya no recuerdo cómo fue. Alguna de aquellas jornadas anodinas e insípidas que nada más levantarme di por desperdiciada».



Hábitos saludables

27.2.07




Deleuze escribió que «el mundo es el conjunto de síntomas cuya enfermedad se confunde con el hombre». La literatura se presenta entonces como una iniciativa de salud. Vistas las indicaciones no hay mejor remedio que seguir en el brecha.



Etnografía

25.2.07


Paso por una obra y veo a dos jóvenes negros de aspecto fornido y atlético. Junto a ellos un hombre blanco bajito y barrigudo que le da instrucciones. Entonces pienso cómo puede haber gente de mi raza que se considere superior a ellos.

Despedida


Tengo sobre la mesa la antología de una poetisa que murió joven afectada por una leucemia. Miro la portada del libro que preside un dibujo de su retrato. Leo sus poemas y me detengo en algunos de sus versos. Contienen la emoción de quien vivió un compromiso con la palabra poética.

Entonces pienso que sólo nos trascendemos en la muerte ajena ya que la propia nos cierra todas las opciones.

Ecoética

24.2.07


–Prefiero una persona que recicle sus residuos a otra que vaya a misa –dijo convencido.
–¿No exageras? –le pregunté.
–No. Hoy día se es mejor persona si respeta el medio ambiente, se hace un consumo racional de los recursos y no se despilfarra energía porque sí, que si te pasas todo el día rezando.
–Me dices que la moral estará en mantener una actitud ecológica más que espiritual.
–Por supuesto. Si seguimos a este ritmo esto no va a haber dios quien lo arregle.

Desasosiego

23.2.07


Aún en tiempos de bonanza nunca se deja de pensar en la tormenta.

Heredad

22.2.07


Galina Ukhova es una joven moscovita que trabaja en un club de alterne. De su madre ha heredado la cándida sonrisa y una belleza melancólica. De su padre la entereza y la sobriedad.

Y de su país la desgracia.

Miércoles de Ceniza

21.2.07


La primera vez que descubrí aquella sentencia me llamó la atención. Contaba pocos años de edad y, al entrar al camposanto, la pude observar sin entender qué significaba: «Polvus eris et in polvus reverteris». Si estaba en ese lugar, me dije, su importancia debería tener. Más tarde supe que anunciaba la única certeza irreductible. La única inalterada.

Hoy que entiendo su valor prefiero aferrarme, en versión libre, al verso que culmina un memorable soneto de Quevedo: «Polvo seré más polvo enamorado».

Desafecto

20.2.07


Cuando ya no se ama cuesta mucho romper.

El inmigrante

19.2.07


Aquel europeo llegó a África en una patera en busca de una vida mejor. Trataba de descontaminarse del estrés y, en contacto con la naturaleza, volver a respirar aire puro. Escapaba de un mundo decadente, opulento y agotado.

Lo detuvieron nada más pisar suelo africano por su elevada renta per cápita, sus tarjetas de crédito y sus papeles que probaban que venía de un mundo rico. Lo expatriaron en primera clase.

Agua bendita

17.2.07


La tuve de vecina hace muchos años. La mujer pasaba por un mal momento porque el marido la había abandonado. Se quedó con los hijos en casa: dos niñas y dos niños. El más pequeño apenas contaba un par de años.

Comencé a descubrir hábitos inusuales en su conducta. Pequeña rarezas como planchar de madrugada con la radio a todo volumen o gritar a todas horas. A veces la escuchaba pronunciar una retahíla de imprecaciones contra su pequeño vástago.

Un día me crucé con ella en el portal de la casa. Llevaba una garrafa de mediano tamaño en una de sus manos.

La saludé y me contó que venía de la iglesia donde había ido para que le bendijeran el agua que contenía la botella que transportaba.

Ante mi cara de asombro, la mujer me explicó que echaba el agua consagrada en la lavadora cuando hacía la colaba con la ropa de su niño pequeño. «Creo que está endemoniado», me dijo.