2020

31.12.20


Querido dos mil veinte:

Te marchas igual que cualquier otro año, un 31 de diciembre, después de sorprendernos y desconcertarnos. Derribaste evidencias, cuestionaste certezas y confundiste a mucha gente que no esperaba tu despliegue de azar. Hay personas que abominan de ti y si quisieran huir de un año de sus vidas, desprenderse de tu tiempo como quien tira un objeto inservible. Luego serán quienes, pasados los años, cuenten como una hazaña estos meses vividos, alardeando de la experiencia.

Dicen que el espectro del odio ha provocado una mayor polarización entre los seres humanos y pienso que si nos hemos dado a odiarnos es porque no sabemos querernos.

No puedo decir que me haya ido mal porque en tu año, dos mil veinte, pude sentir un mundo detenido que amparaba el silencio, hablaba de otros ritmos, sugería otro estilo de vida. Luego todo eso lo mató la urgencia por volver a la normalidad que no volverá a ser la misma.

También me has dejado más tiempo para estar con la gente que quiero e incluso frente a mí con mis contradicciones y mis desacertados pensamientos, inmersos en la palabra siempre.

Heridas de guerra

30.12.20



Nunca me ha importado quemarme en los asuntos cotidianos. Nadie atraviesa la selva y sale indemne sin recibir algún arañazo.




Sagacidades

29.12.20



Las cosas empiezan a ser distintas porque las comenzamos a sentir diferentes.



Chicueleteo

28.12.20



Mejor hablar solo que hablar con nadie.



*N. del A.- Chicueleteo: sinónimo de chismorreo

Témpanos

27.12.20



Los habitantes de Oymyakon, el lugar más frío del planeta, no dejan de pecar ni un solo día, seducidos por la idea de que los manden al infierno.




Torpes

26.12.20



No hay peor piedra que la de tropezar dos veces con uno mismo.




Mapeos

25.12.20



He volcado todo el futuro en el pasado y no sé cuántas fronteras he atravesado hasta llegar a este presente.



Vertiginosidad

24.12.20



Asomarse a las cosas es abismarse en ellas.



Perderse

23.12.20

A veces hay que borrar las huellas para no saber volver.

Malabaristas

22.12.20



Un aforista haciendo aforismos es como un leñador haciendo el pino.



Maleabilidades

21.12.20



Ser inflexible ante los demás nos aísla. Ser rígido ante uno mismo nos destruye.



Apnea

20.12.20



Frecuentemente bajaba a pulmón en busca de los pensamientos más profundos, hasta que un día le faltó el aire de las ideas nuevas y sucumbió antes de alcanzar la superficie de la libertad de pensar.



Tergiversaciones

19.12.20



Según Enrique Vila-Matas «Lo penoso del éxito es que siempre se le quita a otro. Sólo pueden gozar de él los inconscientes, las mentes obtusas que no entienden que entre los frustrados siempre hay seres superiores a ellos». Suelo pensar que todo éxito es un malentendido

Declinares

18.12.20



Mi amigo Marcelo afirma que «lo peor de dejar de ser joven no es perder la lozana juventud. Es peor tener que renunciar a lo que fuiste para no aparecer ante tus hijos como un mal ejemplo». Ignoramos en lo ajeno lo que somos en lo propio.



Desnegados

17.12.20



Es preferible la frustración propia a la que te pueden infligir los demás.



Legitimidades

16.12.20



Siempre he querido ser yo mismo y en eso se resume sustancialmente mi fracaso.



Mentiras como iceberg

15.12.20



Un día como hoy de hace 54 años moría Walter Elias Disney, recordado popularmente como Walt Disney y más que su vida de una enorme trascendencia en la cultura moderna, lo que siempre llamó mi atención fue su muerte. Desde que era un niño escuchaba a los adultos repetir esa fábula de que este hombre había sido congelado para, en el futuro, cuando hubiera cura para la enfermedad que acabó con él, descongelarlo y devolverlo a la vida. La historia en el imaginario popular sonaba fantástica y algunos decían que, de tener dinero, haría igual que Walt Disney. 

Lo que se criogenizó en 1966 no fue el cuerpo del dibujante americano, lo que se congeló fue una mentira que, aún hoy, está a la espera de ser descongelada.


¡chsss!

14.12.20



El silencio es una respuesta locuaz.



El viejo maestro

13.12.20



El cadáver se incorporó del féretro donde había sido alojado y con voz grave, ante la mirada de asombro de quienes asistían al velatorio, les dijo: 

«No os asustéis, sigo muerto. Solo he vuelto un momento para escribir mi obituario. No me fío para nada de los plumillas que están en esta sala fingiendo que me conocían a fondo y le importaba lo que hacía. Cuando mi cuerpo esté acartonado y os disputéis el mérito de contar lo que conmigo habéis compartido os citaré el Eclesiastés: ¡Oh vanidad de vanidades, todo es vanidad! Porque fui un vanidoso y no honesto conmigo y por ello busqué fama y adulación, allí donde los mediocres me esperaban para pasarme la mano por el lomo y obtener rédito social, porque por cada paso dado hice de mi vida un acontecimiento llamativo y sonoro, un permanente reclamo de reverencias, mientras os miraba como culebreabais entre mis pies. ¡Moscas empalagosas, ni una letra escribáis sobre mí!». 

Dicho lo cual, el muerto murió de nuevo, tan petimetre como siempre y sin despeinarse.



Deletéreos

12.12.20



—Procuramos siempre obtener lo satisfactorio del mundo, cazadores de la felicidad.

—Lo que nos gusta muchas veces no es lo que mejor nos sienta, pero es lo que nos hace más felices. Ese es el lado tóxico de la felicidad—replicó el compañero. 

—Eso es porque nos han envenenado el pensamiento.