Anieblados
9.2.20
Hoy la niebla es espesa, tanto que las palabras se licuan al pronunciarlas y llegan como distorsionadas a los oídos atentos. Parece que estamos en Londres, refiere alguien después de haber sido pronunciada esa misma observación más de una veintena de veces a lo largo de la mañana. Y no, la ciudad londinense no es la única que tiene el copyright de la acumulación de gotículas de agua que forma una capa amplia en contacto con el suelo terrenal y limitando la forma de ver las cosas. Tampoco se trata de una niebla tan densa que se pudiera cortar con un cuchillo, dado que esa herramienta de trozar consistente en una hoja de metal habitualmente estirada y cortante por un solo lado, en ocasiones punzante, con un astil metálico, de palo u otro material, al ser infectiva en dicho ejemplo. Descartado el smog fotoquímico queda la referencia cultural unamuniana o la más televisiva del san Bernardo de Heidi, cuando no la fenomenológica neblina engelante.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Diptongos
8.2.20
«Alguien me dijo que la verdad está en todo, incluso en el error», dilucida Jean-Luc Godard en la película Vivir su vida (Vivre sa vie). Si la vida es un equívoco cómo no va a corresponder con la certeza que nos encierra.
Etiquetas: citas, error, Jean-Luc Godard, verdad, vida
Gruñón
6.2.20
Amadeo es un hombre escéptico no por edad si no por condición. De la máxima ‘piensa mal y acertarás’ ha hecho la filosofía de su vida. Con suma velocidad descubre una conjura contra él. Todo personaje en su órbita social es rebajado a una calidad indigna o miserable, cuando no de poca inteligencia. Tan pronto encuentra en una mirada un avieso pensamiento en su contra como convierte cualquier noticia negativa sobre el mundo en una distopía que pondrá fin a la humanidad más pronto que tarde. A veces pienso si no querrá que el mundo se acabe con él arrastrándolo a la sima de la inmensa nada. Sé que ese sería el único sentimiento que le produciría una secreta satisfacción nunca declarada.
Etiquetas: Amadeo, escéptico, historias, personajes
Desahogos
3.2.20
Lo confortable no está en lo físico; es en lo mental donde hay que estar cómodo.
Etiquetas: acomodo, aforismo, confortable, físico, mental
Querencias
2.2.20
—Quiérete mucho. Eso es lo que tienes que hacer —le imploró.
—Si yo ya me quiero, pero esta maldita enfermedad me quiere aún más.
—Si yo ya me quiero, pero esta maldita enfermedad me quiere aún más.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Lindezas
31.1.20
Alguna vez leí que el insulto era un arte. Hoy mientras paseaba por un mercadillo matinal escuché entre dos vendedores en siguiente diálogo: «Dios te dé salud para enterrar a todos los tuyos», exclamó uno de ellos. «Amortajado te veas», le respondió el otro. Y seguí caminando mientras esas frases resonaban en mi cabeza e intentaba descifrar cuál sería el alcance en cada uno de los comerciantes.
Etiquetas: historias, insultos, personajes
Porfiada
30.1.20
Me demostró que estaba convencida a quitarse de en medio cuando le pregunté qué hacía subida en el taburete. «Quiero suicidarme», declaró con determinación. Entonces entendí que el ser humano es obstinado y que al suicida le corresponde una variante de esto. «No hay altura para hacer lo que piensas», le sugerí. «No importa, me lanzaré cuantas veces sea necesario», me respondió. «No será suficiente, lo sabes». Abundé en mi razonamiento. «Entonces me mataré de aburrimiento». Abatido abandoné la escena.
Etiquetas: historias, personajes, suicida, suicidio
Silencios
29.1.20
Paolo Mantegazza recomienda: «Habla poquísimo de ti, poco de los otros, mucho de las cosas». El mutismo a veces es camino para llegar a lo que importa y que no está en nosotros sino en el mundo que nos rodea.
Etiquetas: citas, hablar, Paolo Mantegazza
En la frutería
28.1.20
Atif es un joven paquistaní cuya mirada recuerda las grandes llanuras que recorre el río Indo. Vivaracho y feliz trabaja en el negocio de la fruta donde suele caer simpático entre las personas que acuden al comercio, en su mayoría mujeres a quienes habla con aroma a clavo y canela. Tras una ausencia de algunas semanas me contó que estuvo viajando en el barco del amor con su novia.
Un día su rostro entristeció y antes de desaparecer de la tienda me detalló: «estaba confundido, no sabía amar; ahora tengo que aprender».
Su compañero me reconoció que la chica lo había dejado y él marchó lejos para olvidarla.
Etiquetas: amor, Atif, historias, Pakistán, personajes
Amartelados
27.1.20
No es el amor del creador hacia su obra, es el idilio surgido entre el lector y lo creado lo que verdaderamente importa.
Agorera
26.1.20
A Casandra le daba miedo pensar en el futuro incierto porque era como construir una realidad que hasta ese momento no existía. Ella no adivinaba el porvenir, lo erigía. Y aun así era incapaz de creerse a sí misma en su narrativa adivinatoria.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Pedagogos
24.1.20
Si la escuela cultiva el ingenio y cuida el talento frente a la memorización, tendremos seres que aspiran a la libertad y no mentes llenas de simpleza.
Lustre
23.1.20
Toda apariencia es recubierta con un barniz de realidad para recubrir lo verdadero.
Etiquetas: aforismo, apariencia, realidad, verdad
Redichas
22.1.20
Hay personas que minimizan la opinión de los demás porque, cuenten lo que cuenten en su conversación, sea bueno o malo lo que les ha ocurrido, a ellas siempre les ha pasado algo similar, pero en grado superior.
Ruperta es uno de esos seres donde un vórtice del Universo concentra la adversidad. Cualquier padecimiento referido, a la hora del bocadillo, entre las compañeras de la línea del manipulado de hortalizas en la que trabaja, ella lo supera con otra dolencia. En caso de que no la haya sufrido tiene algún pariente cercano, lejano o conocido, que padece esa misma enfermedad en gravedad superlativa.
En su síndrome de empequeñecer a todos, no se da cuenta que nadie atiende a su protagonismo y sus palabras terminan siendo como un eco en un túnel de vacío.
Etiquetas: historias, personajes, Ruperta
Muertos de hambre
21.1.20
Cela afirmaba, aunque no fuera ejemplo de ello, que «Si el escritor no se siente capaz de dejarse morir de hambre, debe cambiar de oficio. La verdad del escritor no coincide con la verdad de quienes reparten el oro». Hoy en muchos casos sí que concuerda con algunos autores, para el resto de la famélica extinción equivale a mantener la escritura como quien mantenía a una querida, a costa de su dinero y su salud, como buenos hijos putativos de la vida literaria.
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