En la frutería
28.1.20
Atif es un joven paquistaní cuya mirada recuerda las grandes llanuras que recorre el río Indo. Vivaracho y feliz trabaja en el negocio de la fruta donde suele caer simpático entre las personas que acuden al comercio, en su mayoría mujeres a quienes habla con aroma a clavo y canela. Tras una ausencia de algunas semanas me contó que estuvo viajando en el barco del amor con su novia.
Un día su rostro entristeció y antes de desaparecer de la tienda me detalló: «estaba confundido, no sabía amar; ahora tengo que aprender».
Su compañero me reconoció que la chica lo había dejado y él marchó lejos para olvidarla.
Etiquetas: amor, Atif, historias, Pakistán, personajes
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2 apostillas:
Tomar el barco del amor no cura de amores desengañados, me temo. Pero está bien salir y que el aire marino alivie el luto de la pérdida.
Un abrazo
Parece que finalmente cogió el barco del olvido.
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