Porfiada

30.1.20



Me demostró que estaba convencida a quitarse de en medio cuando le pregunté qué hacía subida en el taburete. «Quiero suicidarme», declaró con determinación. Entonces entendí que el ser humano es obstinado y que al suicida le corresponde una variante de esto. «No hay altura para hacer lo que piensas», le sugerí. «No importa, me lanzaré cuantas veces sea necesario», me respondió. «No será suficiente, lo sabes». Abundé en mi razonamiento. «Entonces me mataré de aburrimiento». Abatido abandoné la escena.



3 apostillas:

Gustavo Aguilar Alterno Espiraaaal dijo...

Siempre hay que perseverar no?

Albada Dos dijo...

Eso es empeño, pero muy divertido en este caso

Un abrazo

Juan Poz dijo...

El tercer recurso es definitivo...