Muertos de hambre

21.1.20



Cela afirmaba, aunque no fuera ejemplo de ello, que «Si el escritor no se siente capaz de dejarse morir de hambre, debe cambiar de oficio. La verdad del escritor no coincide con la verdad de quienes reparten el oro». Hoy en muchos casos sí que concuerda con algunos autores, para el resto de la famélica extinción equivale a mantener la escritura como quien mantenía a una querida, a costa de su dinero y su salud, como buenos hijos putativos de la vida literaria.



3 apostillas:

Albada Dos dijo...

Pues es verdad. Escribir puede ser un vicio caro, cuando no implique ingreso alguno.

Un abrazo

Manuela Fernández dijo...

La vida de un artista es esa, a parte de la valía tener padrino o no tenerlo.
SAludos.

Juan Poz dijo...

Juan Goytisolo defendía que el escritor había de tener un trabajo y dedicarse a la literatura en sus horas vivas, sin aspirar a vivir de ella...