Castillo de naipes

19.6.07




Lu-Chi Ai-ti acudió al gran maestro para que le aconsejara sobre las adversidades que el destino, a veces, depara.
–Sabio anciano –interpeló–. Si después de colocar con trabajo y esmero cada pieza importante de mi vida, el infortunio se empeña en derribarlo todo como si fuera un castillo de naipes, ¿debo abandonar toda empresa y rendirme a la indolencia?
El anciano lo miró, extendió sus manos y cerró sus párpados. Permaneció callado durante un tiempo que a Lu-Chi le pareció eterno. Luego dijo:
–No eres tú quien contiene a la existencia dada sino ella quien te contiene a ti. Tú eres ese destino que se derrumba en un instante y quien al acto debe levantarse. No te abandones a la suerte porque tú eres el azar mismo de esa carta caída y levantada hasta la eternidad.



Resistir o morir

17.6.07


A la capacidad para superar las tragedias o el dolor emocional y a la aptitud para continuar con un proyecto de futuro, aun durante la época adversa, se le denomina resiliencia. Por ello una buena ducha de estoicismo no nos vendría mal cada mañana.

Flor de Antínoo

16.6.07


A Páncrates de Alejandría se le atribuye la máxima de que «en el amor todo aquello que no se realiza termina agrandándose y se convierte en algo fantasmal y frustrante que el paso tiempo no logra menguar».

Despedidas

15.6.07


En un almuerzo de despedida, los comensales reunidos parecen compadecer a la persona que se marcha del espacio público compartido con ellos los últimos veinte años. El adiós les lleva a emitir discursos afectuosos nunca antes pronunciados. Parece que se apenaran por su marcha. Pero lo que no perciben, en el fondo, es que esa persona se lleva, en su retirada, parte de ellos en el tiempo que fue compartido.

Adagio

14.6.07


Esquilo confiaba en la justicia de los dioses pero reconocía que tan sólo por la vía del sufrimiento se logra conocer la realidad del mundo: «Por el dolor a la sabiduría», solía referir y, por tanto, más necesario que rezar es tomar un calmante.

Corazones ciegos

13.6.07


A menudo he escuchado en una conversación entre hombres: «no me explico cómo esa mujer puede tener como pareja a ese mentecato». La respuesta puede ser más simple que la pregunta: es porque, en el fondo, son muy parecidos. Si no cómo explicar que una jueza se enamore de un camello que la surte de drogas y hasta la ‘castiga’. Será por aquello de que el amor es ciego o, al menos, nubla la vista.

Retrasos

12.6.07


Tengo un grave problema con los lugares de espera. Se me demora todo. Me para la mujer de la limpieza, el niño y el anciano; me detienen los amigos y los conocidos; me pausan quienes quieren saber y quienes lo saben todo.

Quieren que les escuche y yo, que me nutro de palabras, me detengo y les miro a la cara y no puedo seguir adelante, aunque nunca llegue puntual al destino. Y entonces recuerdo aquello que escribió Cioran que «la puntualidad es una variedad de la ‘locura del escrúpulo’».

Avenencias

11.6.07


–Después de tantos años casado cómo es que no te has divorciado todavía.
–Mi mujer y yo mantenemos fuertes discrepancias sobre el prelavado. Pero por lo demás bastante bien.

La bitácora maldita

10.6.07


El discurrir del viaje a veces se antoja llevadero. Anotas los sucesos con suma facilidad como dejándose rodar en el tiempo. Pero hay días que abres la bitácora y ves ese cuaderno que se transforma en maldito, donde debes anotar el suceso de un día que no ha sucedido. Porque existen en la vida días inexistentes o improbables que se han borrado de la memoria y no están. Quién puede rememorar lo que le ocurría, pongamos al azar, un 19 de febrero de 1991 a las 9 de la noche.

Escurrir el bulto

9.6.07


Me lo encuentro sentado en el parque sin echarle de comer a las palomas en actitud serena, como quien medita algo intrascendente. Me acerco y le pregunto: «qué haces».
Levanta una de sus cejas y cierra el ojo contrario antes de responderme.
–Trato de sortear el destino aciago.
–Eso qué es.
–Algo así como escurrir el bulto.
–No sabes que la inacción nos despersonaliza.
Entonces fue cuando se incorporó bruscamente y me dijo medio enojado:
–Siempre he procurado que en la escuela no me preguntaran la lección; que en la mili no me cayera algún castigo; que en el trabajo no toque atender los asuntos más engorrosos; y que en la sociedad no me señalen con el dedo. Porque como dice un proverbio chino: «el clavo que sobresale siempre recibe un martillazo».
Y se marchó sin despedirse.

Hospital

8.6.07


Lo malo de acudir a un centro hospitalario es la sensación de fragilidad que sientes cuando comienzas a encontrarte gente conocida gravemente enferma.

Mientras pensaba en esto vi que salía con un volante médico en las manos. Se acercó hasta mí y sin mediar palabra me dijo: «Me van a ingresar en la morgue. Me han diagnosticado que estoy muerto».

Contradicción

7.6.07


¿Si la vida de un iluso es real la de un materialista es ilusoria?

Problemas

6.6.07


Me cuenta una conocida recién casada el discurso existencial en el que está inmersa tras su nuevo estado civil: «Existen tres problemas clásicos en la geometría que los griegos no supieron resolver: la cuadratura del círculo, la espiral de Arquímedes y la trisectriz de Hipias. En cambio, yo que sí puedo solucionarlos no sé freír un huevo».

Los inmortales

5.6.07




Hay gente que no quiere hablar de la muerte. Es un tema del que huyen rápidamente hacia otra conversación. Es como si al evitar hablar de ello impedirán su propia extinción. Debe ser alguna especie de atavismo tribal que llevamos en la mochila de nuestra herencia cultural.

Extrañeza

4.6.07




Siempre se había considerado un ser fuera de lo normal. Se pensaba como alguien raro, como un extraterrestre llegado desde otro planeta porque no congeniaba con el pensamiento común de sus congéneres.

Hasta el día que se dio cuenta que sus sentimientos eran tan comunes como los del resto de la humanidad.

Escribidores

3.6.07



Hoy en día son muchas las personas que escriben y con buena calidad, pero son pocas obras las que impresionan. Cuántas buenas novelas recordamos que, con exigencia, superen la calificación de geniales o al menos de extraordinarias últimamente. A mi juicio pocas.

Puede ser que me agotara de leer a las grandes figuras literarias y después de eso pocas creaciones me dan satisfacción. También que nunca antes, como en este momento, los escritores han estado tan entregados al mercado editorial y a la pura mercadotecnia.

Ahora la mayor parte de la producción literaria es literatura de consumo. Para escribir una buena novela se necesita tiempo, además de oficio y talento, requisitos que se muestran precarios ante la voracidad de las editoriales que exprimen a los escritores de turno.

La manzana mordida

2.6.07




Desde que Adán y Eva mordieron la manzana los bocados del fruto prohibido han aportado múltiples variables al destino humano.

Blancanieves con su bocado de inocencia se envenenó de sueño y Alan Turing, en cambio, se intoxicó tras morder una manzana con cianuro.

También fueron mordidas otras manzanas. Newton se comió la manzana de la Ley de la Gravedad camino de su laboratorio y mordisqueó la Física. Einstein afirmó que como el espacio es curvo por más que se pusiera debajo del árbol jamás le alcanzaría la manzana.

La última y más expeditiva de las dentelladas para arrebatar conocimiento al Universo la dio Macintosh.



Análisis matemático

1.6.07



Álgebra de las cosas: materia más conciencia más azar igual a nada.

Declaración

31.5.07




Hoy me he declarado a Hacienda porque es el único amor siempre correspondido. Me pide todo y no me devuelve nada.


Marcado

30.5.07




Hay versos que te atrapan para toda la vida. Frases que son innegociables porque se te pegan al cuerpo como un tatuaje a la piel.

Fue al leer a Pavese cuando se me anegó el corazón de sentimiento igual que si se te llenara la boca de agua hasta ahogarte:

«Verrà la morte e avrà i tuoi occhi» (Vendrá la muerte y tendrá tus ojos).

Y su reverberación aparece infinita.