Retrasos

12.6.07


Tengo un grave problema con los lugares de espera. Se me demora todo. Me para la mujer de la limpieza, el niño y el anciano; me detienen los amigos y los conocidos; me pausan quienes quieren saber y quienes lo saben todo.

Quieren que les escuche y yo, que me nutro de palabras, me detengo y les miro a la cara y no puedo seguir adelante, aunque nunca llegue puntual al destino. Y entonces recuerdo aquello que escribió Cioran que «la puntualidad es una variedad de la ‘locura del escrúpulo’».

7 apostillas:

Joyce dijo...

Hay personas que tienen la extraña capacidad de atrapar, y otras de dejarse atrapar en conversaciones. Yo suelo ser de los segundos aunque no pocas veces estoy en el grupo de los primeros.
Algunos tienen la capacidad de no aparecer en ninguno de los grupos...

Anónimo dijo...

PREÁMBULO A UN SILENCIO

Porque se tiene conciencia de la inutilidad de tantas cosas
a veces uno se sienta tranquilamente a la sombra de un árbol
en verano
y se calla.

(? ¿Dije tranquilamente? falso, falso:
uno se sienta inquieto, haciendo extraños gestos,
pisoteando las hojas abatidas
por la furia de un otoño sombrío,
destrozando con los dedos el cartón inocente de una caja de fósforos,
mordiendo injustamente las uñas de esos dedos,
escupiendo en los charcos invernales,
golpeando con el puño cerrado la piel rugosa de las casas
que permanecen indiferentes al paso de la primavera
una primavera urbana que asoma con timidez los flecos
de sus cabellos verdes allá arriba,
detrás del zinc oscuro de los canalones,
levemente arraigada a la materia efímera de las tejas a
punto de ser de polvo.)
Eso es cierto, tan cierto
como que tengo un nombre con alas celestiales,
arcangélico nombre que a nada corresponde:
Ángel
me dicen
y yo me levanto
disciplinado y recto
con las alas mordidas
quiero decir: las uñas
y sonrío y me callo porque, en último extremo,
uno tiene conciencia
de la inutilidad de todas las palabras.

Anónimo dijo...

Ángel González.

Nerte dijo...

Para mi eso es una gran suerte, un don. Es bueno saber escuchar y que ademas la gente te elija para que la escuchen. Felicidades por ello y no te preocupes por la puntualidad. Saludos.

Anónimo dijo...

Qué manía tienen los relojes de coartar la libertad y exigirnos estar en un lugar, en el mismo momento en que las agujas marcan una hora que ni siquiera es la misma en cualquier parte y además los mismos que alguna vez nos pidieron puntualidad son los mismos que otro día nos retrasan.

Anónimo dijo...

Disfrázate cuando tengas que pasar por alguno de esos lugares...

Anónimo dijo...

A mi pasa algo similar algunos dias, afortunadamente no todos. Coincide que cuando te para uno, te paran dos y tres y te habla hasta el desconocido de la parada del bus...