No
hay que hacerle caso a nadie, en todo caso extraer de las equivocaciones el
conocimiento justo para avanzar.
No
hay que hacerle caso a nadie, en todo caso extraer de las equivocaciones el
conocimiento justo para avanzar.
Etiquetas: aforismo, conocimiento, equivocación
Ante
una persona amable solo cabe ser amable también.
Etiquetas: aforismo, amabilidad, amable
Llega
un momento donde las impresiones solapadas sobre otras previas nos otorgan un
profundo latido existencial.
Etiquetas: aforismo, existencia, impresión
A
las personas se las ama como son, sin correcciones.
Etiquetas: aforismo, amar, correcciones, personas
Dorotea
arrastraba a diario su carrito de la compra por un itinerario invariable. Nadie
la vio nunca comprar nada en ninguna tienda o comercio del barrio. Su vecina
Adriana recelaba de ella y sospechaba que algo se traía entre manos. Bajo
aquella apariencia de mujer distraída y solitaria, latía algún asunto turbio.
Un día se plantó delante de Dorotea interrumpiendo su camino y la interrogó
sobre el contenido del carrito. Ella, con una tierna sonrisa, le contestó:
«cabezas». La palabra le rebotó dentro como si fuera un eco, mientras veía como
se alejaba la mujer. ¿Cabezas?, sería una asesina en serie que mutilaba los
cuerpos y los transportaba hasta un vertedero, pensó. Y de inmediato corrió
tras de Dorotea para pedirle más explicaciones. «¿Cómo que cabezas?», la
interpeló. «Sí, hija, cabezas de ajo, porque no sé si te has enterado de que,
con la llegada del buen tiempo, ha comenzado la temporada de vampiros y están
por todos lados».
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Si
has estado alguna vez en el infierno lo que menos esperas es poder salir de
allí.
—Hace una tarde estupenda y aun así siento que
somos prisioneros en una botella de cristal cuyas paredes transparentes nos
hacen creer en la ilusión de la libertad.
—El sentido de la vida es que termina, y en su final encontramos su mayor verdad. No es la felicidad lo que buscamos, sino la intensidad; algo que ilumina la monotonía y el gris de los días. La vida es un resplandor fugaz entre dos oscuridades.
—Y
tanto que lo es, pero en ese intermedio entre una nada y otra nada, cuál es el
relleno.
—No
vivimos para nosotros solos. Vivimos en compañía, en la memoria, en el amor de
los otros. Cada uno tiene su propio tiempo, su propio ritmo, y la vida se
despliega en estos latidos. Lo importante no es lo que hacemos, sino lo que
sentimos mientras lo hacemos.
—Lo
que sentimos en toda su extensión.
—La
vida no es una cadena de episodios, sino una corriente de conciencia en la que
lo más trivial y lo más profundo coexisten. Los pequeños actos y las
percepciones fugaces son lo que realmente constituye la vida que es, a la vez,
aterradora y maravillosa. Solo necesitamos aprender a sostener ambas emociones
sin caer.
—Un
diccionario es una cárcel de palabras?
—Desde
luego, es posible atrapar las palabras y disponerlas por orden alfabético en
los diccionarios. Pero las palabras no viven en los diccionarios, viven en la
mente. La prueba es que, en los momentos de emoción, cuando más necesidad
tenemos de ellas, no encontramos ninguna. Y, sin embargo, allí está el
diccionario a nuestro servicio, con medio millón de palabras en orden
alfabético.
—Nadie
debería decirnos si la escritura es mala o buena porque no hay otro valor que
el placer de su creación.
—Escribir
lo que uno quiere escribir, es lo único que importa; y que eso importe por
siglos o por horas, es lo de menos. La tarea del escritor no es sólo registrar
lo visible, sino captar lo invisible, las corrientes subterráneas de pensamiento
y emoción.
—Y
algunas cosas más.
—El
escritor se dirige no solo al lector presente, sino al lector del futuro, a
quien le entrega la antorcha. Escribir es ese interminable intento de capturar
lo imposible. No hay nada más apasionante que sentarse ante una página en
blanco y crear algo que nunca ha existido. Escribo para comprenderme a mí misma
y al mundo que me rodea.
—En
su ensayo ‘Una habitación propia’, sostiene que una mujer necesita tener
ingresos y un lugar para escribir.
—Una
mujer debe tener dinero y una habitación propia si va a escribir ficción.
Imagina lo que hubiera escrito Shakespeare si hubiera tenido una hermana igual
de talentosa que él, pero sin educación ni independencia.
—¿Y
el amor es una ilusión?
—El
amor no es solamente lo que das, sino lo que permite que otros descubran en ti.
El verdadero amor es el que se mantiene en equilibrio entre dar libertad y
sostener el corazón. El amor es más que físico; es el lazo de la comprensión,
de la imaginación compartida.
Etiquetas: aforismo dialógico, Virginia Woolf
Estaba
muerto de risa cuando el forense contó el chiste de su fallecimiento.
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
—Me
alegra encontrarla esta tarde en el parque tan propicio para las parejas y el
amor.
—Debes
casarte por amor o arruinarás tu vida. [...] Estoy segura de que vas a hacer lo
que todo el mundo considerará extremadamente imprudente, pero conociéndote como
te conozco, creo que se te debe permitir hacer lo que creas mejor. Después de
todo, el amor es un gran pacto.
—Isabel,
usted escribió que el desamor puede ser devastador.
—El
desamor provoca una sensación de estar muerta en vida. Es un estado en el que
se anhela vivir plenamente, pero se siente como cenizas. Aunque ese amor puede
causar dolor, también es lo que nos hace sentir vivas. A veces, desearía
maldecirlo, pero reconozco su importancia en mi existencia.
—Suena
como una lucha interna porque el tiempo pasa factura.
—Al
llegar a una cierta edad, el atractivo de un hombre se vuelve insignificante en
comparación con la alegría de la infancia. La inocencia y la pureza de un niño
pueden ser más valiosas que las complicaciones del amor adulto.
—¿Maduró
el mundo con el sufragio femenino?
—El
derecho al sufragio es, sin duda, la reivindicación más elemental para las
mujeres. Sin él, carecemos de independencia y personalidad jurídica. La
igualdad política es la llave de la verdadera igualdad. Sin este derecho, las
mujeres seguirán siendo ciudadanas de segunda clase.
—Y
la Educación debe ser parte de este proceso de igualdad.
—Absolutamente.
Las mujeres y los hombres no podrán ser verdaderamente iguales hasta que ambos
sean educados con los mismos derechos y responsabilidades desde la infancia. La
educación es fundamental para empoderar a las mujeres y permitirles participar
plenamente en la sociedad.
—Pero
no basta con exigir derechos, sino que también hay que asumir obligaciones.
——Hablar de igualdad implica una responsabilidad compartida. No se trata solo
de obtener derechos, sino también de cumplir con nuestras obligaciones como
ciudadanos. La igualdad no puede ser una carga para unos pocos; debe ser un
compromiso colectivo.
—Su
obra relaciona la familia y la identidad.
—Nunca
olvidaré cómo me agradaba que mi madre dijera que yo era la imagen fea de mi
tía. A pesar de ser un cumplido peculiar, me ayudó a aceptar mi identidad.
Además, cuando regresé a Málaga y le mostré a mi madre el dinero que había
ganado, sentí un inmenso orgullo. No eran solo números; era la prueba de que
podía ganarme la vida y asegurar mi futuro.
—¿Y
qué siente al pensar en el matrimonio en relación con su deseo de
independencia?
—Cuando
pienso en el matrimonio, siento lo mismo que cuando estaba en el convento: una
sensación de atadura. No quiero estar atada. Valoro mi libertad y la
posibilidad de ser dueña de mi propio destino.
Etiquetas: aforismo dialógico, Isabel Oyarzábal Smith
Habremos
llegado aquí por pura casualidad, no me cabe duda, pero lo cierto es que es
donde estamos.
Etiquetas: aforismo, casualidad
Miró el móvil. Le pareció un objeto frío y sin vida. En su pantalla oscurecida se reflejaba el paisaje del horizonte que entraba por la ventana. Ningún mensaje, ninguna llamada, sonido, alerta, requisitoria de su atención. En ese lapso de tiempo que le percibió demasiado extenso, comenzó a inquietarse. Después se sintió calmado y pensó que, como caja de Pandora, de allí salían todos sus males. A continuación, observó unas manchas sobre la superficie azabache y frotó con un paño de fieltro tres veces. Lo que sucedió, seguidamente, tenía muchas similitudes con lo narrado en un cuento oriental. Fue entonces que una voz casi humana le dijo: «despierta Aladino».
Etiquetas: cuentos de domingo, cuentos diminutos
Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»