Mientras ordenaba unas cajas con papelorios antiguos, una nota manuscrita cayó en mis manos. En ella se podía leer lo siguiente:
Miguel
29.10.10
Mientras ordenaba unas cajas con papelorios antiguos, una nota manuscrita cayó en mis manos. En ella se podía leer lo siguiente:
Paco:
Me voy y no pude despedirme de ti. Lo siento.
Te dejo en mi casa 100 pesetas
(cuatro pegatinas que vendí)
y 21 pegatinas que no vendí
y un bono de 500 pesetas (pídeselos a mi hermano).
A el de la emisora le di:
en metálico 1.300 pesetas
un bono de 200 pesetas
total 1.500 pesetas
Hasta octubre Paco
un abrazo
Miguel
Miguel no volvió ningún octubre. Cuatro jóvenes lo recogieron en la cuneta de una carretera mientras hacía 'autostop'. Varios kilómetros más tarde un choque frontal segó las cinco vidas.
Miguel era Miguel Pérez Choin, con ese segundo apellido de madre francesa por el que tantas bromas hubo de aguantar en el instituto. Y uno de esos personajes que suelen ser mal interpretados por la mayor parte de su entorno social y atraídos por mí, pienso porque simplemente me paro a escucharlos un instante más que el resto.
Miguel era el extraño pez en la pecera de peces de colores. Quien se implicaba en hacer aquello que los demás no querían ni mirar. Tan introvertido como incomprendido, tan excéntrico como batallador. Su recuerdo es ahora el ajado perfume de octubre que se marcha. La cita con el paso del tiempo.Y un hilo en la maraña de afectos que la vida tejedora entrelazó.
Etiquetas: Miguel, Miguel Pérez Choin, personajes
Nuevas mentes
28.10.10
Internet está rediseñando la forma de actuar de nuestro cerebro. Algunos expertos opinan que la mente de los cibernautas es más «rápida y automática» pero, a la vez, tiene un pensamiento menos profundo y riguroso. El escritor Nicholas Carr afirma que «estamos adoptando los mismos hábitos de pensamiento: distraídos, apurados y superficiales». Por otro lado, lo que ganamos en el adiestramiento espacio-visual lo perdemos en la capacidad de procesar un pensamiento más profundo y una mayor reflexión e imaginación.
Todo cambio conlleva sus contrapartidas. Baste recordar lo que significó la aparición de la imprenta para los copistas o la tradición oral, la fotografía para la pintura, el vídeo para el cine o la misma televisión para la radio.
Eliot, tuvo miedo a escribir poesía en la máquina de escribir, decía que aunque ayudaba a la lucidez dudaba que suscitara la sutileza. Vencido su miedo escribió en ese artilugio el poema 'La tierra baldía' que lo haría famoso.
Monologando ante el espejo
26.10.10
—Siempre me ha encantado esa frase «por amor al arte». Es decir, se hace arte porque se ama lo creativo sin esperar otra recompensa que no sea el gusto de quien percibe la obra. Ahora que se cuestiona tanto eso de los derechos de autor, alguien defiende que los escritores tienen derecho a vivir de lo que escriben y eso de la cultura gratis es un esnobismo interesado. Me pregunto si los escritores tienen derecho a vivir o a vivir bien o a vivir muy bien. Es decir a ganar mucho dinero porque son escritores. Recuerdo que al inicio de los noventa, Antonio Gala, cobró 300.000 pesetas por una dar una conferencia sobre el andalucismo, la misma perorata que repitió por toda Andalucía dos decenas de veces. Si Gala vivía tan bien porque no podría regalar ahora sus libros. O todos puros o todas putas y la que sea puta que suene.
Mar en calma
24.10.10
Lanzó al mar una opa hostil y absorbió todas sus acciones.
Etiquetas: cuentos diminutos
Cultivados
23.10.10
El sociólogo y filósofo alemán Georg Simmel escribió hace más de un siglo que «culto es aquel que sabe dónde encontrar lo que no sabe.» Difícil tarea. Más que buscar las cosas aprendidas.
Profesiones
22.10.10
El 'Rai' era un niño anodino, un chico torpe que apenas hablaba con los demás y jugaba por inercia. Carecía de iniciativa y casi de ánimo. A veces lo observaba y me preguntaba qué sería de él cuando, con el paso del tiempo, se hiciera mayor. Era un ser lánguido sin otra perspectiva que la de crecer como las plantas. Trascurrida la escurridiza infancia le perdí el rastro.
Al ver su foto el periódico, tras un chorro de los años, me pregunté: ¿y éste qué ha hecho para estar aquí? El titular me lo aclaró.
Se había convertido en un asesino. Jamás pensé que llegaría tan lejos.
Clientela
21.10.10
Mi padre solía visitar la taberna después de una larga jornada de trabajo. Se daban cita allí amigos y conocidos que iban a degustar un vino de la tierra y mantener un rato de charla antes de volver a casa.
Igual ocurre con los blogs que viene quien le gusta. Se bebe el vino que quiere y si le apetece vuelve borracho de bloguicidad a sus asuntos. Sólo aspiro a eso, a dar el vino que guste paladear la clientela. Sin aguarlo ni que se me avinagre. Pero como mis caldos no siempre deben tener un gusto fácil de paladear y se me queda complejo de mal tabernero, así que procuro dar conversación.
Temples
19.10.10
—Nada nos supera más que aquello que nos exacerba.
―Te refieres a esos momentos en que dejamos de ser nosotros mismos.
—Esos momentos son, precisamente, cuando más nos parecemos a lo que somos y llevamos dentro.
―Cualquiera puede ponerse nervioso alguna vez y sacar su genio.
―Lo que aflora, de repente, es el carácter más guardado, algo que verdaderamente nos delata.
Casuística
18.10.10
Es fácil deslumbrar a la inocencia. Tanto como difícil es redimir la culpabilidad.
La ciudad escrita
17.10.10
Edificios, calles, plazas, interiores y exteriores, todas las superficies de aquella ciudad habían sido pintadas con los textos escritos de miles de libros. Era un castigo para sus habitantes que nunca leían. Ahora mientras andaban por la ciudad o viajaba en trasporte miraban atónitos el decorado porque se habían vuelto analfabetos.
Etiquetas: cuentos diminutos
Búsquedas y abandonos
16.10.10
El poeta tardo romántico rumano, Mihai Eminescu, vaticinó que «los hombres se dividen en dos categorías: unos buscan toda su vida y no encuentran, otros encuentran y no están contentos.» La insatisfacción en el ser humano es compañera inseparable por no atinar jamás con algo que calme.
Altruistas
15.10.10
Kaizen es un término japonés que viene a significar cambio para optimizar o mejorar las cosas. Un ir a más, dicho de otro modo, que fue utilizado como predicamento de una filosofía ligada a la producción de automóviles de una marca del país. Realmente no se cambia para mejor sin más o al menos no si no existe una componente que dé como resultante un beneficio para otros.
Zorros y erizos
14.10.10
El politólogo e historiador de las ideas Isaiah Berlin clasificó a los escritores en zorros y erizos. Para ello acudió a la cita del poeta y mercenario Arquíloco: «el zorro sabe muchas cosas y el erizo una sola gran cosa.» Para Berlin los erizos son quienes buscan esquematizar el mundo en una sola gran idea, a diferencia de los zorros que apuestan por el detalle y lo particular. Los primeros ven el bosque mientras los segundos sólo el follaje.
Entre los blogueros, a esta fauna de zorros y erizos, habría que sumar los topos que no ven nada y los linces que los contempla todo. No faltan los buitres que son los especímenes más abundantes.
Equívocos
12.10.10
—Hay poco que decir.
―Bien poco.
―Pero tú los recuerdas como yo...
―Sí, parecían comprometidos con lo irrefutable.
―Suponiendo, claro, que la atracción en sí sea un hecho incuestionable.
―Puede que tenga un punto indiscutible pero es sospechosa de que se resuelva con fortuna en todos los casos.
—Cierto es que no parecen ellos mismos.
―Puede que tampoco nosotros miremos igual. La mirada sobre los demás es la mirada sobre nosotros mismos.
―Vale, pero el fracaso es suyo. La beligerancia puesta tras su separación también lo es.
—Aquel misterio que los embriagó ha mermado bastante.
―Y ahora son ejemplo de lo que nunca imaginaron ser.
—La condenación a un aborrecimiento perenne.
―Lo curioso es que todo lo llevaban en su ajuar sin saberlo.
Traslaciones
11.10.10
Esta marea de cuerpos me lleva a mal traer. Es un murmullo sordo que hace ininteligible su discurso y me anula para ser capaz de entender.
Fe de erratas
Gracias a la perspicacia y lucidez de avezado lector que es Juan Poz he podido corregir una errata en este 'post'. Efectivamente, como apunta Juan en su comentario, la idea del autor era que apareciera la palabra 'marea' y no como apareció en un principio 'manera', ayudado por mi torpe mecanografía y la falta de sueño. Pido, por ello, disculpas, y agradezco a Juan su agudeza.
Epistolaria
10.10.10
Remití una carta cuyo destinatario era yo mismo. Cuando recibí la misiva me sacudió la impresión de que me escribía un extraño. Y la devolví sin leerla.
Etiquetas: cuentos diminutos
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