Miguelón

12.2.10



Soy de la opinión que no existe un destino atadura de lo que somos aunque, al final, sí terminamos atados a un destino preciso.

Ese es el caso de Miguelón, apodado así desde el instituto porque tanto su físico como su personalidad se derramaban del simple molde de Miguel. Con su cachaza y su frialdad de ánimo, nada parecía inquietarle.

Estaba allí porque le habían mandado igual que un niño va donde le ordenan porque tiene que cumplir con un encargo, todo sin el más mínimo interés. Así lo fue hasta terminar, con los años que fueron necesarios y las ayudas oportunas, su carrera de Farmacia.

Hace unos días lo vi cruzar la calle con un cigarrillo en la mano. Salía de la farmacia que regenta y cuya licencia adquirió por herencia familiar. Llevaba el mismo gesto despreocupado que cuando caminaba, lerdo, tardo, por los pasillos del instituto.

Cien metros más abajo, Isidro, un chico de la misma generación que era todo pundonor en los estudios, que lograba buenas notas y se entregaba a las causas de los compañeros, y que estudió Farmacia con un expediente inmaculado, regenta un herbolario mientras medita tranquilo ejercer un destino diferente.

Epistolario cibernético

11.2.10




Sé que los robots de Google leen mis correos electrónicos y hurgan en sus intimidades. Lo que no sé es si extraen consecuencias de palabras contenidas en ellos como afecto, abrazo, amistad, saludo o beso.

Sé que los robots de Google leen mis mensajes para incluir en ellos publicidad relevante y de aparente interés como internauta. Lo que ignoro es si extraen consecuencias notables de palabras como ternura, corazonada, lluvia, cariño o tiempo.

Y a pesar de ello, me reconforta que alguien, aunque sea un androide, lea en mis cartas expresiones tales como cordial, ensimismado, alegre, atentamente o deseo.

Monotonía

10.2.10



¿Es la monotonía el mayor consumidor del tiempo personal?

Diálogo mudo

9.2.10


—Yo no nací ayer.


—Ni me he criado en un verano.


—Tampoco estoy dispuesto a comulgar con ruedas de molino.

Boberías

8.2.10



«Hay que saber hacer las tonterías que nos pide nuestro carácter.» Si hay que dar por cierto esta máxima de Nicholas Chamfort, la condición de algunas personas no tiene parangón.

El narrador pigmeo

7.2.10



Fue un escritor con muchos textículos.

Nebulización al vacío

6.2.10



Anhelar lo que el deseo nos niega es como aspirar una bocanada de ‘nadeidad’.

Miguelito

5.2.10



Siempre que lo veo me da un tímido saludo balbuciente; siempre desde que lo conozco y que es desde toda la vida. Y aún así es un ser enigmático desde mi infancia.

Es el mayor de cinco hermanos y el peso de su primogenitura le hizo pronto buscar un oficio. Así le conocí como un veinteañero postulante a ser una persona que rápido disfrutara de pareja, constituyera una familia y vegetara más o menos feliz como una gran mayoría de congéneres. Eso fue lo que ocurrió con el resto de sus hermanos pero no con él.

Durante años le vi palidecer mientras iba y venía del trabajo a su casa, a un hogar cada vez más despoblado hasta vivir, finalmente, sólo con su anciana madre. Sin amigos, sin aficiones, sin alguna pasión que no sea convivir con su rutina y hacer algunos apaños caseros o trabajos relacionados con su oficio de mecánico, le he visto como borrarse del mundo.

Mi incertidumbre, cada vez que me cruzo con él, es la misma: ¿habrá algún plus de emoción oculta en su existencia que desmonte ese retrato público?

Destinos paralelos

4.2.10



Descarto la existencia de otros universos fuera del que habitamos a pesar de que se pueda desarrollar, matemáticamente, la veracidad de modelos multidimensionales. Sí, en cambio, entiendo que cohabiten destinos paralelos o múltiples.

Alguien se demora unos segundos ante el cambio de luz en un semáforo y mira asombrado como un camión se salta el semáforo en rojo, algo que salva su vida. Otra persona se apresura a llegar a tiempo a una cita, un suicida salta al vacío en ese momento, le cae encima y la mata, mientras éste salva su vida. Tomar un rumbo diferente, en cada instante, nos da un azar distinto. Pero no morimos otras vidas, solamente esta.

Intríngulis

3.2.10



¿Tener defectos es una virtud?

Sosiegos

2.2.10



—Te veo tranquilo.

—No sé por qué no iba a estarlo.

—La situación merece estar en tensión.

—Con el estrés no es bueno pasarse. Hay quien sospecha que en las personas estresadas hay una mayor incidencia de cáncer.

—Lo que no se puede es tener la sangre en pastillas.

—Para la desesperación nunca es tarde.

Eterno ahora

1.2.10



«El futuro tiene muchos nombres. Para los débiles es lo inalcanzable. Para los temerosos, lo desconocido. Para los valientes, es la oportunidad», según Víctor Hugo. En cambio para el maestro zen sólo existe el ahora irresistible, en el que debemos y estar y permanecer con todas las consecuencias porque, aunque mañana muera, hoy estoy vivo.

Cuento predador

31.1.10




Devoró al lector.



Atestación

30.1.10



Si el mundo es como es, es porque sobre él pesan todos los conocimientos, todos los avances científicos. E igualmente todas las necedades.

El farol de Guno

29.1.10



Guno era un hombre ciego. Cuando caminaba de noche por la calle se iluminaba con un farol y explicaba, a quien le preguntaba, que la luz no era para ver la calzada que conocía de memoria, sino para iluminar el camino a los demás. Es una historia conocida en la que hay quienes ven la moraleja de la entrega hacia los demás.

Quizás en un mundo antiguo la fábula de Guno tuviera sentido, no en cambio en este. En los tiempos enceguecidos que corren, muchos son los que necesitan ser vistos, llamar la atención para que el ojo ciego de la actualidad y de la fama. Por eso encienden su farol, para saber que sepan que están ahí.


Corrientes

28.1.10



Internet es como el mar: siempre en movimiento. O para ser más lírico se puede recurrir a un verso del 'Cementerio marino' de Paul Valery, de forma intertextualizada: Internet, Internet, «toujours recommencée.»

Correcciones

27.1.10



¿Es la respuesta correcta o la sincera la que mejora el mundo?

Ontología del diálogo

26.1.10



—¿Quién habla ahora?

—No soy yo.

—Entonces ¿soy quien pregunta?

—Es probable.

—Y tú que me respondes quién eres. ¿No eres acaso ese otro yo?

—No podría decirte si yo soy tú mismo.

—Será quien nos escribe el que habla.

—Puede que sólo sea a quien escucha al pensar.

—Entonces somos los hijos de su pensamiento.

—No, sólo simple diálogo leído por un lector. Eso es lo que somos.

—Permite que dude.

La variante de Boylston

25.1.10



Guy de Maupassant, a quien Nietzsche definió como «un verdadero romano», advierte que «la dicha está sólo en la esperanza, en la ilusión sin fin.» Algo así como una Banda de Möebius en el plano inmaterial que nos hace ilusos dentro de una conectividad infinita.

Egoístas

24.1.10




Tenía tanto ego que le resultaba imposible soportarse a sí mismo y le disparó al espejo.