Guy de Maupassant, a quien Nietzsche definió como «un verdadero romano», advierte que «la dicha está sólo en la esperanza, en la ilusión sin fin.» Algo así como una Banda de Möebius en el plano inmaterial que nos hace ilusos dentro de una conectividad infinita.
La variante de Boylston
25.1.10
Guy de Maupassant, a quien Nietzsche definió como «un verdadero romano», advierte que «la dicha está sólo en la esperanza, en la ilusión sin fin.» Algo así como una Banda de Möebius en el plano inmaterial que nos hace ilusos dentro de una conectividad infinita.
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Hay quien cree que la dicha está en la aceptación de la realidad, de manera que realidad y expectativas coincidan. Pero, aún si tuviera razón Maupasant, no puede hablarse de banda de Moebius, por cuanto dicha y esperanza no son conceptualmente lo mismo. La esperanza es una expectativa y la dicha es un resultado. Antes y después.
Existe una dicha real que cuando se da es momento presente; pero sí, creo que gran parte de nuestra dicha es en verdad producto de la esperanza de obtenerla, cuando aún no se ha llegado a la conclusión de que la misma es imposible. En esos momentos, es la dicha una ilusión (una sombra, una ficción... tal vez, como la vida, un sueño, que diría Calderón).
La dicha está efectivamente en nuestra capacidad de esperar, y a la vez en nuestra disposición de que tal vez no llegue nada, saberlo y aceptarlo.
El mayor dichoso es el que menos se plantea el origen de su dicha.
Besos de lunes invernal, amigo mío.
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