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Encuentro en la vieja escuela

10.12.13



—En los liceos de Condorcet y Fénelon no tienen buen recuerdo de usted.
—La juventud sabe lo que no quiere antes de saber lo que quiere.
—Por eso no consiguieron entender lo que era.
—Lo que los demás rechazan de ti, cultívalo. Eso eres tú.
―Pero eran sus maestros...
—No se debe confundir la verdad con la opinión de la mayoría.
—Y dónde ponemos los límites.
—El tacto en la audacia es saber hasta dónde se puede ir demasiado lejos.
—Eso ayuda pero no es suficiente.
—Plantearse los menos problemas posibles es la única manera de resolverlos.
—A veces llegan solos.
—No se puede ser indiferente ante la contaminación interior del hombre.
—Ni renunciar a una cierta sensibilidad al arte o la poesía.
—La poesía es indispensable, me gustaría saber para qué.
—Esencial para los poetas.
―El poeta es un mentiroso que siempre dice la verdad.
—Y por ello llega más lejos.
―Lo consiguieron porque no sabían que era imposible.
―Le veo hoy algo negativo.
―Mi pesimismo no es sino una variedad del optimismo.
―Un optimista es más egoísta que un pesimista.
―Un egoísta es aquel sujeto que se empeña en hablarte de sí mismo cuando tú te estás muriendo de ganas de hablar de ti.
—Se estará labrando su futuro.
―El futuro no pertenece a nadie. No hay precursores, sólo hay rezagados.
―Quizás sean más felices.
—Es muy difícil hacer bella la felicidad. Una felicidad que sólo es ausencia de desdicha es cosa fea.
—Como la vida, señor Cocteau.
―La vida es una caída horizontal.