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En la taberna

8.10.13



—¿Le apetece un vaso de vino don Francisco?
—Dijo la rana al mosquito desde una tinaja: más quiero morir en el vino que vivir en el agua...
—No me sea usted tragicómico, que sólo con sus efluvios y sin haberlo probado, ya me viene hablando de muerte.
— Vive sólo para ti si pudieres, pues sólo para ti si mueres, mueres.
—Más lirismo y menos guerra le hace falta a este mundo tan enrevesado. Es ahora como con el tema de Cataluña, qué piensa.
— En tanto en Cataluña quedase un solo catalán, y piedras en los campos desiertos, hemos de tener enemigos y guerra.
—Veo que no tiene usted buen beber y sin embargo le considero un hombre enamorado.
— El amor es la última filosofía de la tierra y del cielo.
—Ese es un lenguaje que le gusta.
— Los que de corazón se quieren sólo con el corazón se hablan.
—Y también es hombre razonable.
— Donde hay poca justicia es un peligro tener razón.
—Pero usted nunca se arruga.
—Apocarse es virtud, poder y humildad; dejarse apocar es vileza y delito.
—También reconocer nuestros errores.
— Bien acierta quien sospecha que siempre yerra.
—Y aplacar nuestras miserias.
— La soberbia nunca baja de donde sube, pero siempre cae de donde subió.
—Que se somete a la palabra.
— Más fácil es escribir contra la soberbia que vencerla.
—Y más difícil la necedad.
—Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen.
—En esta viva nunca llueve a gusto de todos.
—El que quiere de esta vida todas las cosas a su gusto, tendrá muchos disgustos.
—De eso nos morimos, de las mortificaciones.
—Uno a uno, todos somos mortales; juntos, somos eternos.




Aventuras

26.2.13




—Me sabe mal molestarle pero igual le interesa pedir algo de justicia para este país.
—Donde hay poca justicia es un peligro tener razón.
—La razón la da el hambre.
—El rico come, el pobre se alimenta.
—Por eso no hay que acobardarse en esta vida.
—El valiente tiene miedo del contrario; el cobarde, de su propio temor.
—Entonces habrá que ser pacientes.
—La paciencia es virtud vencedora. La impaciencia es vicio del demonio.
—Pero habrá que exponerse.
—Lo más seguro es no ponerse en peligro.
—¿Y dejar el mundo correr?
—Cuando el avaro dice: tengo un tesoro, el preso dice: tenga una cárcel.
—¿No pedimos la verdad?
—No se debe mostrar la verdad desnuda, sino en camisa.
—Y mientras los poderosos se escudan en sus deseos.
—Por nuestra codicia lo mucho es poco; por nuestra necesidad lo poco es mucho.
—Mientras, el mundo se llena de necios, don Francisco.
—Todos los que parecen estúpidos, lo son y, además también lo son la mitad de los que no lo parecen.