Posibles
12.12.25
Se vive también en lo que ama, la única eternidad posible, porque la vida no se agota en el cuerpo que la lleva, ni en la suma incierta de días que nos permiten existir. Vivimos, sobre todo, en aquello que elegimos amar, en los gestos que dejamos en otros, en las palabras que se quedan resonando cuando ya no estamos, en la huella discreta que alguien recuerda sin saber por qué.
El amor, no el romántico sino el que sostiene, es la única forma de permanencia, el resto se erosiona, nombres, obras, méritos... Lo amado, en cambio, se vuelve casa ajena donde seguimos habitando sin saberlo. Esa es nuestra eternidad transitoria y suficiente, la de durar un poco más allá de nosotros en la vida de quienes tocamos.
Etiquetas: amar, análisis, comentario, reflexión, vivir
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