Lesiones

14.8.20



—Me gustaría decir: a nadie herí y salí ileso de la vida.
—Nadie sale indemne de una vida sin herirse y que lo hieran.



Cinéreos

13.8.20



Hay una enfermedad vegetal llamada ‘tristeza de los cítricos’, que vuelve grises las ramas de los árboles hasta hacerlas morir. En los humanos la tristeza los vuelve ceniza hasta que los barre el tiempo.



Paralogismo

12.8.20





La mañana era parca en presencias cuando apareció el primer cliente conocido.
—Tú me dirás qué quieres.
—Lo de siempre pero renovado.
—No me pidas cosas raras en el desayuno.
—Lo raro hoy es normal mañana.
—Qué me quieres decir —protestó ante el asiduo amigo.
—Antes los hijos se marchaban jóvenes de casa. Después se quedaron en el hogar bastante tiempo.
—¿Y?
—Y ahora vamos a ser los padres quienes nos iremos —y se echó al gaznate un largo tragó de café.




Disparatados

11.8.20



Fue Crisipo de Solos, estoico practicante del razonamiento gradual, quien reveló: «no creo en la perfección ni en el despropósito de la aritmética». Añadiría yo, no creo en llegar a la meta ni en el estallido de la fonética.



Neurológicas

10.8.20



La inmediatez es el mal nervioso de esta sociedad.



En concierto

9.8.20



El pianista, ante la queja, observó: «quedarse dormido plácidamente en unos de mis conciertos en el mejor halago para mi interpretación. Quien lo hace sueña mi música».



Fortalezas

8.8.20



A quien siempre creen tener razón solo hay que reforzarles sus argumentos para que persistan en su error.



Saber popular

7.8.20



Quien miente entre mentirosos, ya no miente, solo engaña.



Rezagado

6.8.20



Últimamente creo que alguien me persigue. Me vuelvo y no veo a nadie. Sospecho que soy yo que me voy quedando atrás.



Aturdimientos

5.8.20



A mí hay ciertas cosas que me suelen dar vértigo y por eso recuerdo que en los proverbios y consejos de Juan de Mairena se puede leer: «Huid de los escenarios, púlpitos, plataformas y pedestales. Nunca perdáis contacto con el suelo; porque sólo así tendréis una idea aproximada de vuestra estatura». Mi línea del horizonte está siempre a la altura de la mirada del prójimo.



Llevadero

4.8.20



Una sociedad que tolera bastante bien la hipocresía, termina por vivir en una realidad soportablemente falsa.



Extinguibles

3.8.20



El amor es una llama inextinguible que nunca se apaga. Si acaba es porque nunca existió.




Tareas

2.8.20



Mientras extendía los brazos con las palmas de las manos enfrentadas para ayudar a su abuela a ovillar la madeja, pensaba que ese gesto era como liar el mundo: con cada vuelta una pelotera mayor.



Circunspecciones

1.8.20



Cuando mantengo una conversación con una persona desconocida sobre mi afición a escribir, su cara, casi siempre, termina siendo un poema. «¿Y qué escribes?», me pregunta. «Poesía», le respondo. «Ah, yo es que la poesía no la entiendo», expresa con amabilidad por no decir lo que verdaderamente piensa.



Paradigma circunstancial

31.7.20


Reflexionar, meditar, dudar, es como manejar el cerebro en modo manual de consciencia. La otra opción es vivir con el piloto automático puesto hasta el final del viaje.



Teologías

30.7.20



Narrativas mudas, lectores de nada. Todo se acaba.



En grado sumo

29.7.20



Importa la gente a la que importas.



Caprichos

28.7.20



La vida es una concatenación de arbitrariedades de las que nunca se puede estar a salvo.



Exclusiones

27.7.20



Tengo tanta aprensión ante lo que no he sido que trepido en mi existir.



La plaga

26.7.20



Los dos hombres parecían mantener una larga conversación cuando asomaron por el final de la calle arrastrando aquel artilugio. Al acercarse sus palabras aparecieron nítidas en mis oídos. Uno de ellos, el joven y fortachón, manejaba un gancho metálico con el que levantaba las tapaderas de las alcantarillas. Su compañero, no mucho mayor y más bajito, tiraba de un depósito con ruedas y una pistola para fumigar mientras escuchaba el discurso de su acompañante: «Las cucarachas son como las ideas, para que salgan de la oscuridad hay que espolearlas con un antígeno. Es lo que hacen con la gente, envenenan su mente con todo tipo de sustancias y le sacan los pensamientos de su parte más negra y genuina». 

Su amigo parecía no escuchar en tanto esperaba a que levantara la tapa de hierro para rociar aquella boca oscura con el líquido que contenía el recipiente. Después emprendieron su camino hacia una travesía posterior. Antes de perderlos de vista pude leer la leyenda impresa en el traje de trabajo que vestían: AHIMETPISA, Agencia de Higiene Mental y Tratamientos de Plagas Intelectivas Sociedad Anónima.