Escriturientos

27.4.10



—A ti no te pasa que cuando escribes dejas blancos en el papel que después completas.
—Sí, a veces, cuando escribo es como si armara un puzle donde hay piezas que no encajan y otras que no aparecen.
—Y qué haces entonces.
—Me tomo un par de copas.
—Para tener más agudeza mental supongo.
—No, que va, a la tercera copa, las palabras se transforman en hormigas.
—Y qué haces con las hormigas.
—Dejarlas que se ordenen solas.
―Y si no lo hacen.
—Las fumigo y dejo el papel en blanco.



8 apostillas:

Fd. dijo...

Genial.

Joselu dijo...

Realmente es una heroicidad escribir en papel. Hace unos días una amiga me pidió que le escribiera una carta real con sobre, papel y sello, y recuerdo que me encontré extraño escribiendo a mano. Sin embargo, sé de escritores que hacen a gala seguir escribiendo con pluma. Quizás esa relación física con la hoja en blanco y el trazo con pluma o rotulador tiene algo de anacrónico pero a la vez de profundamente romántico.

Juan Poz dijo...

A grandes nales...

franco dijo...

¡Qué peligro si las confundieras! Te imagino borracho y pasando la goma de borrar por encima de un hormiguero o un poco intoxicado después de rociar un cuaderno con veneno para hormigas jajaja

Mari Carmen Caamaño dijo...

Los buenos escritores tienen eso, que antes o después las palabras se les ordenan solas. ;)
Saludos!

Rose Kavalah dijo...

Precioso

Gata dijo...

Im-pre-sio-nan-te
Me voy a duchar ¿vienes? ;P

Josfin M P dijo...

Entre palabras y hormigas, te has atraido a una gata. Ala, a la ducha
(los gatos llevan pulgas) a segur fumugando, ja ja