Degustaba un exquisito concierto de música hasta que una fusa se le clavó en la garganta y estuvo a punto de morir ahogado.
Paladar
15.11.09
Degustaba un exquisito concierto de música hasta que una fusa se le clavó en la garganta y estuvo a punto de morir ahogado.
Etiquetas: cuentos diminutos
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8 apostillas:
Cabe dudar que fuera una fusa, ¿no sería una mindundi semifusa? Una fusa enfurecida fulmina al más pintao.
Quizá era incapaz de entender la poética de ese lenguaje y, claro, lo que no se entiende se atraganta.
Hubiera sido una muerte musical y dentro de la panoplia de muertes que se nos ofrecen, no habría sido de las más desconcertantes.
Menos mal que no fue una semicorchea esa es indigesta,...
fusas..., ahhhhggrrr, que ricas, me pierden.
Si es que hay que tener cuidado con todo lo que nos da gusto!
Todo lo hermoso tiene espinas.
¿Una torpe ejecución, tal vez?
Un abrazo.
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