El inspector Arguila

6.11.09



En él se resumían todas esas características que hacen de una persona un personaje literario. El inspector Arguila y su eterna gabardina, que parecía robaba al mismísimo Humphrey Bogart, aparecía en los lugares más inesperados e insólitos y cuando menos lo esperabas. De no ser por su físico enjuto y enclenque hubiera dicho que era una reencarnación de Ignatius J. Really.

Ocurrió que aquel estudiante de tanto usar el personaje inventado se olvidó por completo de su persona y ya nadie lo llamaba por su nombre, sino por el mote adoptivo. Gustaba de impresionar a la gente joven haciéndose pasar por un verdadero policía secreto y les requisaba el hachís.

Pasados aquellos años de locura no sé qué habrá sido de él. Terminó los estudios de Magisterio y lo supongo entregado a la enseñanza. Mi duda es si tendrá guardado aún aquel peculiar personaje dentro de algún armario.

6 apostillas:

Joselu dijo...

Mucho me temo que la enseñanza supone tal baño de realidad profunda, que despedaza las vertientes literarias que uno pudiera tener. Quizás lo reviva en las noches de los viernes.

Juan Poz dijo...

Discrepo de Joselu, que no se diga... La enseñanza supone tal inmersión en el histrionismo y la representación que cuesta trabajo despegarse del personaje, de la máscara, y reencontrarse con la vida corriente y, acaso, también moliente. Auténtico Retablo de las Maravillas es cada aula, ¿o no? Y aun carpa circense, según y cómo se dé la faena...

María dijo...

Joselu, no sé si son tus alumnos o qué, pero es verdad que una nube negra, te está comiendo vivo...En fin, deseo, que el fin de semana, te de ánimos y fuerzas.

Yo creo que "quien tuvo retuvo"...
Y espero, que de vez en cuando "el inspector Arguila" sorprenda a sus alumnos con su gabardina a lo Humphrey Bogart y alucinen todos un rato... Descolgarse la cara seria por un rato, no es necesario, es imprescindible.

Muchos besos.

Alyx Faderland dijo...

Estem.... no se si cuanto te quieren, el ultimo velorio familiar me dio para escribir un relato negro acerca de: faltaban testigos para solicitar la cremacion y de milagro nos salvo uno, y hubo que pedir ayuda al velorio vecino para llevar el cajon con la muertita....
Si bien todos somos buenos en este estado, esta sra. todavia no llego a este nirvana.
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Ah, quien soy, me presento, Althena la nueva incorporacion de "LA COSTILLA INCOMODA" reloaded, que junto con las chicas volvemos a la carga. Aseguramos que ningun hombre saldra herido, y de serlo sera curado. Asi que cuando gustes, la casa nuevamente es tuya para pasear a voluntad.

V a v o dijo...

me lo imagino en su casa corrigiendo los examenes, con su gabardina.

Luis Valdesueiro dijo...

En tanto en cuanto fuera una reencarnación de Ignatius, el destino de los exámenes no podría ser otro que la papelera...