Ávido lector devorador de libros, un día se confesó: «Estoy enterrado en millones de letras. Soy un sustrato de la literatura».
Leedor
11.1.08
Ávido lector devorador de libros, un día se confesó: «Estoy enterrado en millones de letras. Soy un sustrato de la literatura».
Etiquetas: cuentos diminutos
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6 apostillas:
Qué bueno.
Saludos de sustrato.
una vida basada en la lectura no es precisamente, una vida rica... precisamente de lo que se aprende leyendo, se debe poner en práctica. Porque solo leyendo, pues al final, lo que has comentado, formas parte de algo irreal ¿Porque no hacerlo real?
Un día enfermé de literatura y reconozco que no puedo vivir sin ella. Lo bueno es que mi padre se enfadaba cuando me veía leer. Decía que la literatura era anacrónica, que lo que valía era la ciencia y la técnica. No sé si es por eso que sigo leyendo apasionadamente, aunque no la ponga en práctica. ¿Cómo diablos se pone en práctica un relato de Lovecraft, Eloi blq ? ¿O uno de Dostoievski? Un abrazo a los dos.
OCTAVILLA
Amigos de la sala trece
del psiquiátrico pabellón:
Esta noche cuando dormite la monja
haremos la función.
G. Fuertes.
¿Ese tipo, más que ser un sustrato, no sería un estrato?
¿Y su esqueleto servirá para datar las pasiones?
No se me ocurre otra cosa: en una futura cata literaria no habrá manera de distinguirlo de la tierra porque será verso o narrador omnisciente o un marcapáginas...
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