Última voluntad

2.1.08



Cuando especulamos sobre el final de la vida defendemos una solución rápida a cualquier otra opción. El escritor estadounidense Ambrose Bierce, antes de partir a Méjico en 1913 y ya septuagenario, explicaba en una carta enviada a sus familiares cuál era su elección vital: «Adiós. Si oyes que he sido colocado contra un muro de piedra mejicano y me han fusilado hasta convertirme en harapos, por favor, entiende que yo pienso que esa es una manera muy buena de salir de esta vida. Supera a la ancianidad, a la enfermedad, o a la caída por las escaleras de la bodega. Ser un gringo en Méjico, ¡ah, eso sí es eutanasia!».

5 apostillas:

Anónimo dijo...

¡Qué excelente lección! No hay nada como la experiencia y la tranquilidad de saber que uno lo ha hecho casi todo... salvo morir. Feliz año, Francisco.

Symp dijo...

ÁFRICA

A veces pienso si el negro va de luto
como si Dios se hubiera muerto para él.


g.fuertes

Lucía dijo...

Un hombre sabio.
Besos.

Joselu dijo...

El equivalente sería actualmente un pasaje para Irak o Afghanistán.

Anónimo dijo...

No hay major anera de morir que sabiendo como, cuando y que sea rápida... Saludos