–Hay hombres que merecen de la caridad femenina –me confió.
–¿A qué te refieres? –le pregunté.
–Lo ves –dijo mientras señalaba a un señor corpulento de rostro triste y mirada tímida –. Desde que lo dejó su mujer es el comodín de los separados.
–¿Y eso?
–Cada vez tiene un amigo diferente. Es como un alma caritativa que recoge a los divorciados. Todos terminan encontrando una nueva pareja, menos él que sigue sólo.
6 apostillas:
Qué mal hay en estar solo...??
Cierto que, a veces, puede ser angustiante, pero sólo a veces...
Cuando aprendes a tener la soledad como compañera de viaje todo se hace mucho más llevadero...
Dicen que nacemos solos y morimos solos... por qué no estarlo también durante el viaje...??
Depende de si es una soledad elegida o no.
La soledad es terrible, sobre todo si no se elige. Me imagino a ese hombre dando consuelo a todos los separados y quedando siempre solo. Inspira ternura y compasión. Qué necesitados estamos todos, unos de otros.
Falta por observar si alguno de esos amigos que encontró nueva pareja, repite... Saludos cordiales.
Sin duda muy gráfico.
Me ha venido a la menta la terapia de llorar del Club de la Lucha.
Soy uno de esos.
Y no es tan terrible.
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