Aranceles

29.7.23



La vida tiene un coste que pagamos cada día al levantarnos.




Física elemental

28.7.23



Somos vacío lleno de materia.




Lectoescritura

27.7.23



La dificultad de la lectura para una mente creativa es que, en tanto lee, está escribiendo a la vez.





Inmensurable

26.7.23



No podemos pensar en lo que pasará cuando no ha pasado nada.





Contumacias

25.7.23



Solo se debe apostar por aquello que nos hace sentir que estamos vivos.




Salvaguardas

24.7.23



A veces lo más duro es defender la honestidad.




Relaciones laborales

23.7.23



Tengo la fortuna de tener un jefe excepcional, que se desvive por nosotros y nos tiende la mano en todo momento. Es el alma de nuestra sección, formada por una docena de empleados. Jamás nos alza la voz, pero en ocasiones debe acatar decisiones drásticas, que contrarían sus sentimientos hacia nosotros y su criterio sobre lo que sería equitativo. Nuestro jefe nos confiesa que su superiora no es una villana, sino más bien todo lo contrario. Mantienen una excelente relación y comparten pasión por el deporte, del que conversan y se narran peripecias. El inconveniente es que ella cumple órdenes de arriba y tiene que ajustarles el cinturón, no por placer, sino por obligación. En realidad, los jefes de cada planta tampoco son perversos, según me han comentado algunos colegas. Solo procuran desempeñar su labor y congraciarse con el jefe de la multinacional. Dicen que, aunque duro, es un tipo con cierto gracejo que se relaciona bien con los responsables de planta. Lo que ocurre es que la empresa pertenece a un grupo multinacional con ambiciones desmedidas. Imagino que los consejeros de ese grupo son personas corrientes, con sus familias y sus afectos, que dan órdenes pensando en el bien general, aunque ellos se lleven la mayor tajada. Al final deducimos que el responsable de las horas extras mal remuneradas y las jornadas extenuantes es Dios, jefe supremo de todos los jefes. Es por ello que ahora estoy pensando en hacerme ateo.




Impensado

22.7.23



En ocasiones hallamos en la debilidad la solidez, en la timidez el arrojo, en la flexibilidad la resistencia.




Apologías

21.7.23



La soberbia justifica todos los errores.




Deterioros

20.7.23



Soy un lector maltrecho por tantos años de escritura.




Refugios

19.7.23



En el abandono recuperamos el amparo de la voz interior.




Sellados

18.7.23



El tiempo todo lo entierra.




Retintar

17.7.23



La memoria es sobrescribir el olvido.




Humedades

16.7.23



Estaba en boca de todos y por eso siempre iba mojada.




Sin otra vida

15.7.23



Nadie podría vivir una vida diferente a la que tuvo sin dejar de ser la misma persona.




Sabedores

14.7.23



Quien no sabe estar solo ignora la soledad íntima de sus días.




Camelo

13.7.23



La vida parece una broma, aunque para algunas personas no tenga ninguna gracia.




Inaudibles

12.7.23



Ante tanto ruido de fondo es deseable el estallido del silencio.




Obliterar

11.7.23



En la corrección de un texto propio veo a un profesor que corrige el examen que él mismo realizó.




Textos escogidos

10.7.23



Chuang Tse pensó dentro de mi cabeza: no sé por qué soy como soy. Y el mundo giró en torno a mí delicadamente. Adiviné que era sabio, pero no uno cualquiera sino aquel que debería desentrañar mis entrañas. Empecé entonces a considerar mi inutilidad aquiescente, desde que mi padre me dijo que no servía para nada, como una potencia del infinito. Asumí los peligros del conocimiento, no como un temor, sí, acaso, como un vértigo cervical de ser ante la cantidad de ausencia que concentra el Universo, y concebir que el amor es el grosor del vacío. La perfección está en adaptarse a todo con ligero corazón, manifestó Chuang en mi entender, ante lo espinoso de aceptar el destino de manera natural, ingenua y espontánea, hasta ser aquel que con inocencia viene y con sencillez se va. Y en este camino volátil y mudable, desaprender para no seguir ningún patrón porque la vida es cosa prestada.