Papelería

10.2.21



He comprado una libreta con un precio marcado a un euro cincuenta y nueve. He pensado: «qué barata», tras imaginar que sus páginas en blanco podré mancharlas con innúmeras palabras, con miles de letras y espacios en blanco, y frases escritas con urgencia y desencanto para que no desentonen con estos tiempos espantosos y sugerentes.



Universo de palabras

9.2.21



Según Samuel Johnson «toda cita literaria contribuye, en cierta medida, a la estabilidad o al incremento del lenguaje». Imagino el lenguaje como un universo donde cada cita literaria es una nueva estrella hasta agotar la materia crítica.



Titulares

8.2.21



El ladrón más inteligente es el que nunca aparece en las noticias.



Pegajosos

7.2.21



Me dijo: «¿sabes lo peor de ser famoso?» No —le respondí. «Que ya no se te acercan las buenas personas».




Dificultades

6.2.21



Comprender es enfrentarnos a nuestra incertidumbre.



Días borrosos

5.2.21



El silencio toma el mando sobre el ruido y emergen sonidos inaudibles que antes no se percibían. El mayor recogimiento hace que la intimidad sea imprecisa. Los relojes biológicos marcan horas distintas para cada ser humano según la percepción del paso de los meses. La pandemia es un distorsionador del alma humana, esa que un día sentimos en concordancia con lo que nos rodeaba y con lo que nos sucedía. Ahora solo somos consecuencia de una vida difusa e indefinida respecto a lo que tuvimos.



Impugnaciones

4.2.21



La regla refuta la excepción.



Elipsis

3.2.21



Cuando alguien está pensando qué le va decir a su interlocutor y no escucha lo que éste dice para responderle, no hay conversación, hay discusión.



Doblador

2.2.21



A menudo no soy quien habla, me dobla la voz el actor que llevo dentro. Solo muevo los labios.

 

Fallo

1.2.21



No estamos condenados a muerte: nos sentenciaron a vivir.



Cuento triste

31.1.21


Acaba de leer ‘La tristeza’ y la imagen del cochero Yona y su caballo se repite en su mente sin cesar, lo imagina hundido en su desolación como pisadas clavadas en la nieve. Le desespera tanto ese final sin nadie con quien desahogar su corazón que por un momento se viene abajo como el protagonista del cuento de Chejov. Mientras reflexiona sobre el arte del autor ruso un mensaje de WhatsApp aparece en la pantalla de su teléfono móvil junto con un sonido peculiar adjudicado al contacto de un amigo. Lo lee: «El hijo de Martín ha fallecido de Covid en Londres». Piensa en ese padre que desde hace algunos años vive retirado en un pequeño pueblo, aislado y solitario. Le vuelve la imagen del cochero: Mi hijo ha muerto; pero a mí la muerte no me quiere. Se ha equivocado, y en lugar de cargar conmigo ha cargado con mi hijo. Siente la angustia de Martín pensando que son los hijos quienes deben enterrar a los padres y no al revés. En ese momento hace suya la desesperación que se habrá apoderado del corazón de Martín. Recuerda entonces que el dolor de los padres que pierden a un hijo no tiene nombre y las palabras del cuento vuelven a su mente: Su tristeza a cada momento es más intensa. Enorme, infinita, si pudiera salir de su pecho inundaría el mundo entero. De un salto se pone de pie como si quisiera sacudirse lo que siente y despertarse de un sueño, mientras en un espejo ve que hay lágrimas en su cara, pero que, como Martín, no tiene ningún ser humano con quien desahogarse: El caballo sigue comiendo heno, escucha a su viejo amo y exhala un aliento húmedo y cálido. Yona, escuchado al cabo por un ser viviente, desahoga su corazón contándoselo todo.



Modal

30.1.21



Flaubert recomendaba: «Sea metódico y ordinario en su vida, para poder ser violento y original en su obra». Parece tan juicioso poner el piloto automático en todo aquello que es rutinario y poco creativo, ¿o quizás no? ¿No hay quien desde la observación de esa vivencia de lo más puramente frecuente y habitual es capaz de transformarlo en una obra de arte? Entiendo que todo lo que sea un lastre hay que soltarlo, pero a veces es tan inspirador un hundimiento.



Luminosidades

29.1.21



La intuición es un relámpago en la luz.



Chiquillería

28.1.21



En mi infancia, igual que en la de tantos niños, había una innata naturalidad por el reciclaje. La chavalería entonces encontraba en los materiales de desecho de muchos oficios, una fuente de acopio para transformarlos en herramientas lúdicas. Las sobras de las carpinterías o los escombros de la construcción nos proveían de materia prima con la que elaborar infinidad de artefactos para jugar. Ahora los niños viven en una puerilidad obsolescente.



Quid

27.1.21



El aforismo más que un juego intelectual debe ser una llave que abra la mente.



Apariciones

26.1.21



Nada es lo que parece hasta que aparece lo que es.




Humanísimos

25.1.21



Dos cosas nos hacen muy humanos: nuestra capacidad de querer (y desquerer) y nuestras contradicciones constantes.



'Mesh'

24.1.21



La recoleta cala techada de estrellas lo vio partir de madrugada. Salpicaban pequeñas olas de crestas plateadas en el casco del bote que comenzó a deslizarse suavemente sobre un mar de tinta. La oscuridad tenía palabras sin rostro, figuras imprecisas que se apretujaban unas contra otras mientras la barcaza, empujada desde la orilla iniciaba el sigiloso viaje. 

La calmosa negrura almizclada con la emoción y el miedo lo despedían. Atrás quedaban las luces de la ciudad tragadas por el negro silencio y un hogar al que, seguramente, no retornaría más para volver a jugar por sus encaladas callejuelas, esas que lo verían crecer. 

La patera avanzó rumbo hacia la frontera donde dicen que los sueños son posibles, en tanto que el monótono traqueteo de la navegación le hizo bajar los párpados y dormir arropado por el calor de un pecho maternal. 

Al primer rayo del alba abrió sus grandes ojos y contempló con inocencia y temor el fatigado semblante de sus acompañantes de singladura. Un aire fresco y salino lo espabiló en mitad de un inmenso azul rodeándolo por todos lados. 

Al desembarcar en aquel puerto extraño, saltó a tierra y desnortado corrió hasta un rincón. Najma, la niña rifeña que le había abrigado durante toda la travesía, gritó: ¡Mesh! ¡Mesh

Una joven voluntaria fue tras el gatito arlequinado y se lo devolvió.




N. del A.- Mesh, palabra de origen bereber (tamazight) que significa gato.




Importancias

23.1.21



Decía Virginia Woolf con buen tino que «escribir lo que uno quiere escribir, es lo único que importa; y que eso importe por siglos o por horas, es lo de menos». Escribir, incluso, como un acto de gamberrismo intelectual o una humorada literaria, como una provocación o como un lamento, igual que quien sale a caminar y no tiene límites, como quien con irónica sorna habla de sí mismo en tercera persona. Y que importe solo mientras esté sucediendo hasta que se detenga.



Cronófagos

22.1.21



La cronofagia humana se sustenta en la conectividad permanente y la accesibilidad inmediata a cualquier lugar del mundo.