Chiquillería
28.1.21
En mi infancia, igual que en la de tantos niños, había una innata naturalidad por el reciclaje. La chavalería entonces encontraba en los materiales de desecho de muchos oficios, una fuente de acopio para transformarlos en herramientas lúdicas. Las sobras de las carpinterías o los escombros de la construcción nos proveían de materia prima con la que elaborar infinidad de artefactos para jugar. Ahora los niños viven en una puerilidad obsolescente.
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3 apostillas:
Habrá de volver a reutilizar cosas. Por mil razones.
Un abrazo
Si la obsolescencia es la caducidad programada, la puerilidad de los niños de hoy es eterna... ¡y lo estamos pagando en los más altos niveles de la política!
Cuanto más sofisticada es una sociedad, más desechos deja -aunque sus calles estén impolutas, a diferencia de la suciedad espantosa de la India- y que son almacenados en vertederos o llevados a países pobres. En cuanto a los niños y su obsolescencia pueril puede que tengas razón, tienen demasiadas cosas y no les ha costado conseguirlas.
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