Flaubert recomendaba: «Sea metódico y ordinario en su vida, para poder ser violento y original en su obra». Parece tan juicioso poner el piloto automático en todo aquello que es rutinario y poco creativo, ¿o quizás no? ¿No hay quien desde la observación de esa vivencia de lo más puramente frecuente y habitual es capaz de transformarlo en una obra de arte? Entiendo que todo lo que sea un lastre hay que soltarlo, pero a veces es tan inspirador un hundimiento.
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3 apostillas:
Dicen que en los momentos duros, la inspiración se agudiza, y tal vez sea así, porque cuando estamos eufóricos y felices de la vida, solemos hacer menos introspección.
Un abrazo.
La mayor actividad de la mente sucede cuando se vacía y deja de hacer juicios, ni siquiera duda, solo es, sin pensamiento.
Hundámonos, pero llevémonos a algunos con nosotros.
Saludos,
J.
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