Meollo
9.3.10
―Lo juro no fui yo. Se me apareció el fantasma de Deleuze.
―Platón diferenció entre el entendimiento estrictamente discursivo y la razón, que permitía conocer las ideas en sí mismas.
―Me obligó a citarlo y no me pude resistir.
―Y Kant llegó a afirmar que el entendimiento es la facultad de pensar y unificar bajo el concepto la diversidad ofrecida por la sensibilidad.
―Acepto la contingencia en el fracaso de mi comunicación.
Acasos
8.3.10
«Sólo el azar del encuentro garantiza la necesidad de lo pensado», opina Deleuze. Y lo ideado innecesario desahucia el desencuentro de la contingencia humana.
Extravío
7.3.10
Etiquetas: cuentos diminutos
Atolladero
6.3.10
El estudio del pintor
5.3.10
Invitado por un compañero de instituto, la primera vez que pisé aquella sala con suelo de madera y cuadros surrealistas que me recordaban a Dalí, mi timidez me hizo sentirme más pequeño, rodeado de gentes que hablaban y discutían sobre la creación artística. Sentadas o recostadas sobre varias ‘chaise-longue’ aquellos personajes pertenecían a un mundo, hasta entonces, sólo conocido por los libros.
La cita era los viernes, día de permiso extra para volver más tarde a casa, y aquello era una isla en mi vida estudiantil. Esperaba el fin de la semana con anhelo para poder leer algo que hubiera escrito y someterme a los comentarios, condescendientes por qué no, de los personajes que por allí pululaban y a quienes escuchaba, con asombro, contar sus experiencias vitales, sus reflexiones sobre libros y discos desconocidos para mí. Al fin no estaba sólo en el camino que emprendí.
Identificados
4.3.10
A la gente que me rodea, en general, les importa un bledo que tenga un ‘blog’, acostumbrados a lo tangible de mi persona, siente poca curiosidad por la expresión virtual en la que me proyecto a diario.
Si alguien me hace un comentario en persona es casi anecdótico, lo hace más por amistad que por el interés de conocer lo que publico. Incluso quienes solían mostrar alguna curiosidad por lo que escribía en papel, plantean bastante resistencia a este nuevo formato.
Es así, en esta realidad poliédrica que somos, Internet, las bitácoras y las nuevas tecnologías, han añadido una cara más a la persona que somos.
Pintamos la casa
2.3.10
Van más de cinco años que este inquilino se alojó en la bitácora ‘El día que estés muerto sabrás cuánto te quieren’. Un lustro en el que me he sentido a gusto en un habitáculo a veces burbuja, a veces máquina del tiempo y, a veces, cápsula espacial con la que viajar por el ciberespacio. Internauta de las palabras y de los amigos que visitan la ‘casa’, un día pensé que había pasado el tiempo suficiente como para darle unas manos de pintura y renovarse a la vez que morir día a día como destino común.
Entonces eché mano de quien sabe hacer buenos diseños como el que alberga ahora ‘El sexo de las moscas’. La diseñadora gráfica Anna Jordà ha creado una renovada imagen para ‘El día que estés muerto sabrás cuánto te quieren’. Su creación se ambientó en los objetivos y contenidos de habitan el ‘blog’. El resultado francamente satisfactorio.
Según la propia Anna: «la idea de web y ‘blog’ es recoger ideas y pensamientos volátiles, los que revolotean por la cabeza (metafóricamente, las moscas) y engendrarlos y reconvertirlos a través del sexo. A partir de estos conceptos se ha realizado el logo-marca para la web. Creemos que es importante este elemento gráfico dado que la entrada principal de este ‘blog’ lleva este nombre y por él se le conoce. Por ello proponemos que este logotipo aparezca en todos los blogs de creación propia del autor (...) Por otro lado, la imagen del ‘blog’ mismo (‘El día que estés muerto...) se trabajado a partir del concepto ya existente de ‘ocaso’ pero con un tratamiento más de obra gráfica. Una línea de horizonte y un pequeño sol escondiéndose. Se ha añadido un segundo sol. Conceptualmente se pretende también añadir un sol naciente para plasmar la dualidad de principio-fin y hacerlo visualmente más rico. Los colores son sobrios, elegantes y serenos. Se apartan de los colores generalmente luminosos que encontramos en formatos de Internet. Acompañan a los pensamientos pero no los distraen.»
Terminado el trabajo de Anna, llegó la hora de hospedar esa imagen gráfica renovada. Y vino Antonio Zambrana, administrador y diseñador de Blogsmadeinspain a rematar la faena.
El resultado delante de vuestras pantallas está. Espero que lo disfrutéis.
Sondeos
1.3.10
«Las palabras son pozos de agua en cuya búsqueda el decir perfora la tierra, pozos que cada vez hay que hallar y perforar de nuevo, fáciles de cegar, pero que en ocasiones van brotando también donde menos se espera», alegó Martin Heidegger. Será por ello que la pasión de la lengua sólo la entienden aquellos zahoríes incansables que se han perdido en su oficio.
Seguridad gramatical
28.2.10
Los artículos personales serán escaneados en los aeropuertos.
Etiquetas: cuentos diminutos
Pespunte
27.2.10
Hilvanados al mundo por instantes; cosidos por momentos. Esa es la costura detallada de la que estamos hechos con tejido de tiempo y de memoria.
Paralelogramos
26.2.10
Existe en la geometría de la memoria infantil una figura de nefasto recuerdo. Odiada y deseada desde el anhelo de la curiosidad, establecía la frontera de un mundo prohibido cuyas puertas sólo podía abrir el paso del tiempo. La presentación estelar de la silueta del rombo en la pantalla del televisor estaba precedida del mayor momento de incertidumbre conocido en la temprana edad. Los escasos planos que se colaban en el televisor sin que apareciera la maldita silueta del polígono eran como un regalo para intuir la historia que se contaría de inmediato y con la que se podría soñar pero nunca satisfacer la indagación.
Lo más infausto de aquel cuadrilátero paralelogramo no rectángulo era ver aparecer su doble figura, porque entonces no cabía negociación posible y el camino de la cama era seguro. Los límites de la libertad infantil frente a la televisión, en horario nocturno, estaban fijados por un área con cuatro lados iguales en longitud y paralelos dos a dos, para satisfacción de los padres.
La falsedad verdadera
25.2.10
Sócrates jamás dijo que «los jóvenes hoy en día son unos tiranos. Contradicen a sus padres, devoran su comida, y le faltan al respeto a sus maestros» y, sin embargo Internet aparece plagado de webs que la exhiben esta frase como propia. Tampoco Cicerón dejó escrito que «si ignoras lo que ocurrió antes de que tú nacieras, siempre serás un niño.» Y a François René de Chateaubriand se le atribuye la cita: «El escritor original no es aquel que se abstiene de imitar a los demás, sino el que puede ser imitado por nadie.» No se libra ni el propio Albert Einstein a quien se le otorgan frases como «Cien veces a diario recuerdo que mi vida interior y exterior se basa en el trabajo de otros hombres, vivos y muertos, y que debo esforzarme para dar en la misma medida en que he recibido y sigo recibiendo.» o «La religión sin la ciencia estaría ciega, y la ciencia sin la religión estaría coja también.»
La red ha extendido más que nunca estas citas apócrifas, pero también nos da herramientas para descubrirlas.
Taller del recuerdo
23.2.10
—Olvidamos para recordar.
—Cosa curiosa —reflexionó el oyente.
—Entonces recordamos para olvidar —terció en tono irónico otro interlocutor.
—No recordamos los olvidos porque los borramos para sobrevivir —insistió en su tesis el primer contertulio.
—A veces es necesario, entiendo yo —medió entre los dos.
—Pero olvidamos los recuerdos que nos sobran para vivir —concluyó el tercero en discordia.
Molineros
22.2.10
Cita Sexto Empírico, en su libro ‘Adversus mathematicos’, el verso de Eurípides: «Muelen despacio molino de dioses, más muelen muy fino». No sé cómo de refinado pero de lo pausado da muestra las miles de personas que mueren de hambre a diario.
Pizarra mágica
21.2.10
El profesor escribió en la pizarra la palabra coloide. Al girarse hacia la clase todos sus alumnos habían desaparecido.
Etiquetas: cuentos diminutos
El tendero de las palabras
19.2.10
La primera vez que me fijé en él lanzaba piropos a un grupo de jovencitas que pasaba frente a su tienda de ultramarinos. En la puerta había colocada una pizarra sostenida sobre una especie de atril de patas cortas. Escrito con tiza, junto al precio del pan, las patatas y el azúcar, se podía leer: «no hay sábado ni mocita sin amor».
El descubrimiento fue una licencia para mi curiosidad y mi imaginación de niño. Cada vez que tenía ocasión volvía a pasar por la calle donde reglaban frases ingeniosas, las mismas que procuraba memorizar para después comentarlas a mis amigos.
Un día tuve que entrar a comprar un kilo de garbanzos para cumplir con un encargo de mamá. El tendero, prodigioso para mí, me agasajó con algunas bromas y me despachó las semillas. Dijo: «un kilo de legumbres y cuarto y mitad de adjetivos para estos garbanzos tiernos y jugosos».
Entonces bajó un bote de cristal lleno de trocitos de papel blanco que estaba colocado en uno de los estantes, entre las latas de conservas, y me lo dio junto con el paquete de garbanzos. «Toma, un regalo», me dijo, mientras pensaba que mejor me hubiera dado un caramelo.
Al salir del comercio, intrigado, desdoblé el papel y dentro estaba escrita una palabra: obnubilar.
Etiquetas: cuentos diminutos
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