Satisfacciones
11.3.19
Sé que no estoy obligado a ser genial, así que me levanto y escribo por puro gozo cada mañana.
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Escribimos para no dejar de ser quienes somos.
G. Deleuze:
«Quizá soy transparente y ya estoy solo sin saberlo...»
Thomas Szasz:
«Si tú hablas a Dios, estás rezando; si Dios te habla a ti, tienes esquizofrenia. Si los muertos te hablan, eres un espiritista; si tú hablas a los muertos, eres un esquizofrénico»
Marco Aurelio:
«Toma sin orgullo, abandona sin esfuerzo»
Albert Camus:
«La gente nunca está convencida de tus razones, de tu sinceridad, de tu seriedad o tus sufrimientos, salvo sí te mueres»
Charles Caleb Colton:
«Hasta que hayas muerto no esperes alabanzas limpias de envidia»
León Tolstoi:
«A un gran corazón, ninguna ingratitud lo cierra, ninguna indiferencia lo cansa»
Voltaire:
«La duda no es un estado demasiado agradable pero la certeza es un estado ridículo»
Mahmoud Al-Tahawi:
«La perfección es el pecado de los vanidosos. La torpeza la virtud de los indefensos»
Fénelon:
«Huye de los elogios, pero trata de merecerlos»
Antón Chéjov:
«Las obras de arte se dividen en dos categorías: las que me gustan y las que no me gustan. No conozco ningún otro criterio»
Bukowski:
«Que no te engañen, chico. La vida empieza a los sesenta»
5 apostillas:
Es una suerte no estar obligado a no ser genial
Un abrazo. Un gusto que sigas escribiendo
El genio es la ingenuidad.
Los genios sufren mucho. La inteligencia prodigiosa va unida a una indefensión emocional que es muy dolorosa. Mejor no ser un genio. Se los admira, pero su vida no es envidiable. Así que quedémonos en el “aurea mediocritas” que es donde todos estamos.
Amar las obras menores es amar la vida.
Pero no debemos perder la perspectiva del gozo menos puro, que tal vez sea la labor de autocrítica.
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