Limonada

5.3.19



Mi padre me solía preparar limonada (también me cortaba y pelaba trozos de caña de azúcar, mucho después incluso de dejar de ser un niño) y pensaba que lo hacía porque le gustaba emplearse en esa tarea la cual le era placentera. 

A mí me gustaba que lo hiciera porque era algo que me encontraba hecho y siempre es grato que hagan cosas por ti, además de porque la limonada que preparaba mi padre sentía que era la mejor del mundo. 

Desentrañar el misterio de la limonada me ha llevado años y lo he descubierto ahora, cuando mi hijo supone que bebe la mejor limonada del mundo (que por supuesto no lo es) hecha por su padre y que a mí me gusta prepararla para él. 

La verdad no es esa, aunque los hijos nunca lo saben: los padres preparan limonada a sus hijos para entender qué son y para qué valen.



3 apostillas:

Juan Poz dijo...

Un recuerdo: preparar las migas con mi padre mientras el resto de la familia dormía... Y luego ya, todo se acabó.

Albada Dos dijo...

Pues es una filosofía increible. Para saber quién son y qué pintan para un niño. Bonita manera de hablar de un padre

Un abrazo

Joselu dijo...

Yo de mi padre no puedo transmitir nada semejante. Lo único equivalente era que él fue todos los días al cine durante toda su vida. Y a mí me gusta ir al cine, no del mismo modo pero sí. Con él fui a ver en 1968, 2001, una odisea en el espacio, película que le fascinaba. Y yo llevé a mis hijas a verla en su cincuenta aniversario. Yo a mia hijas tal vez les transmita la tortilla de patatas. Ambas adoran la que hago. Es posible que un padre pase a la historia de sus hijas por una tortilla de patatas. Curioso. Tu padre, por la limonada.